Un rostro de comedia para series rompedoras en TVE
Perfil de Verónica Forqué en TV
Verónica Forqué fue habitual en Estudio y su orientación a la comedia la llevó en distintas décadas a coprotagonizar 'Platos rotos' o presentar la primera familia deslenguada en la TV en España, 'Pepa y Pepe', que dirigió Manuel Iborra
Con su voz aguda y sus ademanes de vecina despistada Verónica Forqué estuvo siempre llamada a la comedia y en televisión, aún más. Pese a todo fue Silveria en la serie biográfica sobre Ramón y Cajal con Adolfo Marsillach. Era la abnegada esposa del investigador, verso suelto en la España que despedía el siglo XIX. Era demasiado joven respecto al protagonista. Junto al propio Marsillach, recién incorporada al mundo de la interpretación, intervino en una peculiar dramedia sobre el interior de una obra de teatro, Silencio, estrenamos (1974) en tiempos de blanco y negro donde era una joven prometedora como confirmaría en varios Estudio 1, como La fierecilla domada u Hoy es fiesta.
Fue también la protagonista de la adaptación de Ay, Carmela, en el año 2000, con Juan Diego como Paulino, en el epílogo del teatro televisado, que ya sólo salpicaría a partir de entonces la programación de La 2. Su vocación por el teatro quedaba reflejada desde muy joven en un espacio divulgativo juvenil dentro de Un globo, dos globos, tres globos. Ya por entonces era una habitual secundaria en comedias en el cine.
En los 80 se convertiría en un icono de la Movida y con ese rol entre posmoderna y cándida, una química que sólo estaba al alcance de Verónica pasó a ser la vecina Loli, una joven liberal entre familias convencionales en la telecomedia Platos rotos, en 1985, con guion de Joaquín Oristrell, con una primera protagonista divorciada en TVE, a cargo de María José Alfonso, una mujer que ha de hacer frente al restaurante que deja tirado a su marido. No se podía imaginar por entonces Verónica que se las iba a a ver entre tantos platos de MasterChef Celebrity al cabo de los años.
Sus incesantes encargos en el cine la apartaron de la pantalla de casa, pero junto a Antonio Resines se encargaba de buscar parejas ideales en la serie Eva y Adán, agencia matrimonial.
Por entonces en TVE se intentaba hacer serie lo más parecidas a las que llegaban de EEUU en línea con Juzgado de guardia. También apareció en Chicas de hoy en día y en la segunda temporada de La mujer de tu vida, inevitable. Ella fue La mujer vacía, en 1994. Al año siguiente su pareja en la vida real, Manuel Iborra, se pondría al frente de Pepa y Pepe, la primera familia disfuncional de TVE. Una comedia deslenguada con la que Verónica Forqué se convertía en esposa de Tito Valverde y madre de dos hermanas desde entonces, Siliva Abascal y María Adánez, adolescentes. La disparatada comedia se extendió durante dos temporadas, 34 capítulos, y tiene parecidos donde también aparecerían casi todos ellos, incluso Isabel Ordaz, que era la vecina hippy. En Pepa y Pepe había mimbres que después se reconocieron en La que se avecina.
Fue la penúltima serie donde estuvo Forqué, como amante de Enrique Pastor (José Luis Gil se encuentra convaleciente) y alcaldesa, Teresa Sáenz de Tejada, entre 2014 y 2016. Su última aparición en televisión fue en el serial Amar es para siempre, en el otoño de 2020, en Antena 3. Estuvo sólo cuatro episodios aunque estaba previsto que fueran muchos más. La actriz no encontró su sitio.
Llegó a aparecer en una serie de TV3, Dues dones divines (Dos señoras divinas), y de nuevo con Iborra pasó de largo con La vida de Rita, una comedia realista y que no halló la aceptación generalista en el prime time de 2003 en La 1. Tuvo sólo cinco entregas estrenadas en el primer canal y se repuso completa ya en La 2. La vida de Rita sería ahora una de esas series manieristas que tanto le gusta hacer a Netflix. Estaba llamada aún a mucho más. Tenía popularidad, vis cómica y trayectoria, pero se ha acabado la historia de Forqué.
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