Daniel de la Fuente, triunfador de las novilladas de promoción

Daniel de la Fuente, que fue premiado con dos orejas de su segundo novillo, y Rocío Romero, que cortó una a cada uno de sus oponentes, salieron a hombros por la Puerta Principal en la Real Maestranza de Sevilla. El jurado, compuesto por los asesores de la plaza sevillana, designó al diestro de La Puebla del Río como triunfador del ciclo de promoción celebrado durante los jueves de julio en el coso del Arenal, entre tanto Rocío Romero fue elegida como segunda clasificada y Francisco de Manuel, tercero. La Maestranza les entregará como premios, respectivamente, un traje de luces, un capote de paseo y uno de brega.

Como materia prima, los noveles contaron con una novillada de La Peregrina (ganadería propiedad de Antonio Ferrera), que debutó en esta plaza, bien presentada y de juego desigual.

En la final, en la que participaron cuatro novilleros, Daniel de la Fuente cortó dos orejas al noble quinto, en una faena en la que los mejores momentos llegaron cuando toreó con la diestra, brillando especialmente en una serie con quietud, ligazón y en la que toreó despacio. También hubo algunos naturales de buen corte y gracia en los remates, como en un inspirado molinete. Cerró con unos bellos ayudados a media altura y tras una estocada efectiva cobró las dos orejas, que el público pidió con fuerza.

En el que abrió plaza, un ejemplar manso, complicado y que acabó orientándose, De la Fuente se entregó y sufrió hasta tres volteretas.

La cordobesa Rocío Romero volvió a evidenciar que tiene como mejor arma el temple. Ante su primero, mansísimo, y manejable, dio pronto con la distancia adecuada y logró los mejores muletazos con la izquierda, especialmente en dos tandas de naturales que calaron mucho en el público.

Romero ganó terreno a la verónica ante el deslucido sexto. Brindó a Morante y, de nuevo, los mejores momentos los logró con la zurda, en este caso con muletazos ayudados.

El madrileño Francisco de Manuel, que contó con el peor lote, puso en liza un valor sereno. Hizo frente al cuarto, que reponía, con quietud en una faena solvente, en la que destacó con la diestra antes de que el novillo se rajara.

Con el que cerró plaza, manso, rajado y con peligro, Francisco de Manuel se justificó en una labor porfiona.

El salmantino Manuel Diosleguarde fue quien apuntó los mejores lances de la noche. Ante el mansísimo y distraído tercero, cuya labor brindó a Ferrera, dio muletazos muy rápidos y sufrió una volterera.

Con el séptimo, manso y manejable, Diosleguarde volvió a volar por el aire en dos ocasiones, afortunadamente sin consecuencias y dibujó algún derechazo de buen corte.