Galván corta un rabo y comparte triunfo con Caraballo en La Isla

TOROS. Dos de Marcos Núñez, buenos de presencia y juego. NOVILLOS. Cuatro de Gavira, de variado juego, más fuerte y complicado el sexto. TOREROS: Matador: José Caraballo, que se presentaba como matador, vestido de purísima y oro, dos orejas y dos orejas. Novilleros: David Galván, nuevo en esta plaza como novillero con caballos, vestido de purísima y oro, dos orejas. Jesús Vela, que debutaba con caballos vestido con un terno sangre de toro de golpes blancos y cabos negros, oreja y silencio tras dos avisos. Incidencias. Un poco más de un cuarto. Debutó en la presidencia Jacinto Cano, correcto y atendiendo las peticiones. En cuadrillas bien Chamaqui en banderillas y El Cubo bregando.

Tarde pañuelos en San Fernando con salida a hombros de Caraballo y Galván, triunfadores rotundos.

En esta ocasión la empresa propietaria de la plaza de toros , la que regenta la familia Postigo, optó por un festejo low cost, en consonancia con los tiempos críticos que nos está tocando vivir. En este punto, tal vez buscando esa reducción del déficit que todo buen padre de familia ha de procurar, se han reducido fechas, puestos y presupuestos y lo que en tiempos pudiera ser una feria de corrida de toros y novillada, ha quedado en esta insólita combinación mixta con un matador y dos novilleros.

Pero como no hay mal que por bien no venga, hemos podido ver a Caraballo como matador ante sus paisanos, a David Galván presentándose también como profesional ante su parroquia y al debutante Jesús Vela, de la vecina Chiclana. Es decir, que si había poco, por lo menos ha sido para los de casa.

José Caraballo, todo disposición y ganas tras muchos meses en el banquillo, ora por la cogida de la alternativa, ora por la falta de oportunidades, se agarró a esta como a un clavo ardiendo y le cortó las dos orejas a su primero tras un estoconazo, como debe ser. Su decisión y ganas no se agotaron en el primer toro ya que revalidó su labor, cortando también con mucho empuje las dos orejas de su segundo, en una actuación triunfal

David Galván, ante un novillo de Gavira que se rajó tras dos buenas tandas por la derecha, estuvo valiente, serio y con la cabeza puesta en lo que había que hacer. Se le vio el valor y las ganas, rubricando con manoletinas, siendo premiado con las dos orejas. Pero lo esperanzador de sus maneras se reveló en la plaza isleña con su buen segundo de Gavira, novillo al que cuajó con una ejecutoria en la que desplegó desparpajo, recursos, inteligencia en la cara del toro y valor; armas y actitud que sus paisanos recompensaron con el rabo.

El chiclanero Jesús Vela solventó una papeleta que se le presentaba difícil por su lógica bisoñez, ya que le cortó la oreja a su primero y, voluntarioso con el poderoso sexto, falló al matar siendo avisado.