Balañá niega la venta de las plazas de Jerez y Palma de Mallorca

La histórica saga familiar catalana de los Balañá no venderá las plazas de toros de Palma y Jerez de la Frontera. Según informa la web especializada Aplausos esa sería la respuesta tajante de los propietarios de ambos recintos al sorprendente comunicado de la empresa Balears Cambio de Tercio, que había presentado una oferta de cinco millones de euros para adquirir las dos plazas.

Así lo ha hecho saber el periodista Javier Bocanegra, responsable del servicio de prensa de la plaza de toros de Jerez de la Frontera, en la cadena SER tras hablar con el propio Pedro Balañá, nieto del histórico empresario barcelonés que llevó las riendas de gran parte de los resortes del negocio taurino en el pasado siglo XX. Según la versión de Bocanegra, los empresarios ni siquiera se habrían planteado atender dicha oferta.

Según había informado Balears Cambio de Tercio en una nota de prensa, su objetivo pasaba por "dar un paso firme" con esta compra para afianzarse como "uno de los principales actores del panorama taurino nacional", ya que planearían presentar próximamente nuevas ofertas por la compra de otras plazas de toros en la Península.

Con esta oferta, añadía la misma nota, "no solo se busca sumar dos joyas arquitectónicas y taurinas" a su proyecto, sino también "liderar la transformación del sector, combinando tradición con innovación para generar valor tanto para los aficionados como para las ciudades que albergan estos históricos recintos".

Los Balañá, empresarios del ocio y propietarios de una red de cines, siguen conservando la emblemática plaza Monumental de la ciudad condal, cerrada desde 2011 por la frustrada abolición catalana que, en la práctica, ha conseguido interrumpir la larga tradición taurina de la región y por extensión de la propia ciudad, que llegó a tener en funcionamiento tres cosos taurinos simultáneamente. Los Balañá, precisamente, vendieron hace unos meses la plaza de toros de Felanitx, también en Mallorca.

La plaza de Mallorca, más conocida por Coliseo Balear, fue levantada según los planos de Baltasar Bennassar y se estrenó en 1929 viviendo sus años de mayor apogeo taurino entre las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo XX. El coso jerezano, por su parte, es fruto de sucesivas reformas de un primitivo coso de madera estrenando su actual fisonomía en 1894. Ambas plazas son gestionadas por la familia Matilla, estrechamente vinculada a la historia taurina de los Balañá y, de alguna manera, heredera de sus activos taurinos.