Vivir en Sevilla

Cuarenta años del bar Alhucema en Sevilla

Cuarenta años del bar Alhucema en Sevilla / Juan Carlos Vázquez

Cuando aún nadie sabía que existía el tardeo, el bar Alhucema, en la calle Carlos Cañal ya lo ejercía. Fue de los primeros bares de copa en abrir a las tres de la tarde para las sobremesas de charla y copa. "Mi padre fue el primero de los bares del centro que decidió abrir por las tardes para tomar copas. Tuvo mucho éxito”, explica Tomás Heras, actual propietario del local desde la jubilación de su padre en 2014.

Un establecimiento que fue tienda de ultramarinos (Casa Ramiro) desde 1927 hasta 1977 cuando se abrió como pub en una primera etapa con otros dueños. De ese tiempo quedan los agujeros en el mostrador para los grifos de la venta a granel de aceite y el mueble. Antes con garbanzos, lentejas y chícharos y ahora con todo tipo de licores y cervezas. "Yo venía con mi madre a comprar cuando chico y ahora vengo a tomarme una copa", explica Rafael del Olmo, que ha sido pregonero de estos cuarenta años de existencia del Alhucema.

La Navidad huele a alhucema, a copas con los amigos y a tardes que se convierten en noches. Uno de los momentos del año más propicio para el tardeo. Apenas levanta la persiana ya hay clientela esperando. "Mi padre cogió el bar en 1983 y hasta ahora".

Tomás Heras Tomás Heras

Tomás Heras / Juan Carlos Vázquez

La música, –"aquí no se pone reguetón"–, jazz, pop nacional e internacional de los años 80 y 90 y sobre todo “mucho amor en cada copa” son claves de su éxito. Pero, por encima de todo, "el espíritu y el ambiente de siempre". El gin tonic "sin adornos", hielo natural y refrescos siempre fríos ayudan a que las copas sean siempre especiales allí.

Interior del bar Alhucema. Interior del bar Alhucema.

Interior del bar Alhucema. / Juan Carlos Vázquez

Pero sobre todo el ambiente. "Aquí es raro que alguien se encuentre solo porque hay una clientela más o menos fija que casi son como de mi familia. Es un bar de referencia donde los clientes casi forman parte de mi familia”, afirma Tomás Heras. Y el trato con las personas. "Siempre con una sonrisa. Tal y como me enseñó mi padre, porque si algo funciona, ¿para qué vamos a cambiarlo", afirma.

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