Ingenio más experiencia, una fórmula de negocio
La emprendedora Carmen Silva ha abierto una camisería, en la que ella misma se desplaza hasta donde se encuentra el cliente
Tras 13 años de experiencia en el sector textil, Carmen Silva ha decidido emprender su propio camino en el ámbito empresarial. La crisis económica, en forma de desempleo, fue el impulso que le hizo idear su nueva empresa: Bespoke Camisería.
Esta emprendedora estudió perito agrícola, aunque, posteriormente, decidió dedicarse a su verdadera pasión y comenzó Diseño y Patronaje: "Era lo que realmente me gustaba y lo que se me daba bien". Con preferencia por la moda de hombre, se especializó en sastrería: "Creo que hay menos gente que sepa de sastrería y la ropa a medida siempre me ha resultado muy atractiva".
Carmen siempre ha trabajado entre telas, botones y cintas métrica, ya que era encargada de una sastrería y su función consistía en asesorar al cliente. El problema llegó cuando esta sastre se quedó sin empleo: "Siempre he tenido trabajo, nunca me había faltado".
Silva comenzó a pensar en cómo salir del bache en el que se encontraba. La búsqueda de un empleo adecuado a su perfil se convirtió en una ardua tarea, aunque Carmen tiene clara una premisa: "Nadie va a venir a buscarte y a darte un trabajo por lo buena que eres", sentencia la empresaria.
Ante esta situación, Carmen pensó en algo que, por lo general, había comprobado durante sus años de experiencia profesional: "A los hombres no les gusta ir de compras". A partir de este punto, la emprendedora comenzó a darle forma a su negocio.
Bespoke Camisería ofrece al cliente como servicio principal el desplazamiento hasta el lugar donde éste indique: "Yo voy al sitio donde está el cliente y le tomo medidas, le aconsejo sobre telas, colores y estilo de la camisa", explica Carmen Silva. Para ello, esta emprendedora lleva consigo diferentes telas, tipos de cuello y fichas del cliente, entre otros artículos. La inmediatez es una de las bazas de la empresaria, pues se desplaza a cualquier punto sin límite de horarios.
Las camisas son hechas totalmente a medida y cuestan 75 euros cada una. A partir de un pedido de tres de estas prendas, cada una sale por 70 euros. "Generalmente una camisa a medida suele costar entre 90 y 120 euros", comenta la empresaria.
Una vez que Carmen acuerda con el cliente la camisa que desea, encarga a un sastre la realización de la misma. "Hay hombres que tienen clarísimo lo que quieren, aunque a la mayoría hay que echarles un cable. El asesoramiento también forma parte de mi trabajo". Al cabo de tres semanas, la empresaria lleva al comprador la prenda encargada, aunque antes revisa si la tela es la correcta, si tenía bolsillos o no, y de qué forma eran los puños, entre otros detalles. Hasta que el cliente no se prueba la camisa y da el visto bueno, Carmen no cobra la camisa.
Bespoke Camisería también permite la opción de regalar una prenda a medida a través de una tarjeta regalo. Además, Carmen realiza todo tipo de arreglos de sastrería. Éstas son algunas de las alternativas de un negocio que nace de la experiencia en el sector textil unida al ingenio de una emprendedora en tiempos de crisis.
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