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Simof 2014 · Primera jornada

Primavera de mezclas imposibles

  • Lunares de mil colores se funden con estampados florales y los tejidos se combinan entre sí para preparar una feria ecléctica.

Veinte años lleva Simof definiendo el traje de flamenca como sello inconfundible de la cultura andaluza. Ayer el Salón Internacional de la Moda Flamenca abrió de nuevo sus puertas para seguir traspasando fronteras. En un acto presidido por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, y en el que se presentó el nuevo diseño flamenco de la botella de Marqués de Cáceres, se dio el pistoletazo de salida a un fin de semana lleno de volantes.

Siguiendo la tradición, la semana más internacional de la moda flamenca inauguró su 20 aniversario con las propuestas más jóvenes, las del Certamen de Diseñadores Noveles. Diez promesas del diseño andaluz abrieron la pasarela con colecciones atrevidas, demostrando que este traje tradicional también admite puntadas de innovación. El diseñador Álex de la Huerta recibió el premio a la mejor colección por su propuesta cien por cien femenina.

Una vez más Lina fue la encargada de abrir los desfiles de la tarde con La gata rosa, su nueva colección inspirada en la obra del pintor Hermenegildo Anglada. Un desfile con dos conceptos muy diferenciados. Por una parte, la propuesta más tradicional de la firma, demostrando que en sus más de cincuenta años de historia no ha perdido su identidad. Siluetas clásicas -con el típico traje de tres volantes y manga larga-, lunares y tejidos como el popelín y el algodón refuerzan el sello personal de su creadora.

En la segunda parte, la firma apostó por la innovación. Volantes en pico, telas vaporosas, fuertes contrastes de color, mezcla de estampados y hasta vistosas crestas formadas con margaritas para el cabello dieron un giro inesperado a la colección. Los complementos de Enrique de la Flor completaron un desfile rebosante de color.

Dos de los exclusivos vestidos de Lina fueron lucidos por la sevillana Eva González, la modelo invitada durante la jornada de ayer. La joven fue la encargada de abrir y cerrar cada uno de los desfiles que ayer se celebraron en el Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes), sede un año más de Simof.

Tras la exhibición de la colección de Lina, que hoy recibirá el premio Flamenco en la Piel -que concede la organización del evento- por su trayectoria profesional, la firma Aldebarán subió a la pasarela la apuesta más rociera de la tarde, dibujando la silueta de una mujer amazona que no pierde su sensualidad. Faldas amplias en tonos tierra y grises se mezclaron con sutiles blusas de gasa blanca. Los botos y sombreros de ala ancha completaron un estilismo ecuestre elegante y sofisticado.

Margarita Freire, por su parte, apostó por una colección ecléctica, mezclando desde el vestido más elaborado y sofisticado hasta ligeros y cómodos trajes cortos. La diseñadora sigue una temporada más confiando en los elegantes tonos tierra, destacando por encima de la paleta el mostaza.

A continuación, dos jóvenes diseñadoras compartieron desfile. Por un lado, María José Blay presentó a una flamenca atrevida y rompedora con espaldas al aire y siluetas muy entalladas. Y, por otro, Patricia Bazarot optó por líneas más calmadas con vestidos en tonos apagados con aires bohemios donde el lunar siempre está presente.

Si el año pasado se inspiró en el colorido de México, en esta edición Rocío Peralta contagió a la pasarela el ritmo y la vitalidad de Brasil. Trajes sencillos y favorecedores que, sin embargo, encuentran un perfecto juego estilístico con matones coloridos y grandes adornos frutales y florales para la cabeza.

La diseñadora sevillana Pilar Rubio mostró en su colección una retrospectiva de las diferentes etapas por las que ha pasado la moda flamenca, rindiendo homenaje a la belleza del traje andaluz. Para ello, recurrió a limpias y depuradas siluetas, a la ausencia de adornos y a los volúmenes para cerrar la primera jornada de Simof.

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