Feminismo

Verónica Sánchez, Elena Medel y Ana Langeheldt 'se quitan' el sujetador

  • La actriz, la poeta y la ilustradora hablan de feminismo y empoderamiento en un coloquio organizado por la firma Etam por el Día de la Mujer

Elena Medel, Verónica Sánchez y Ana Langeheldt en el coloquio organizado por Etam.

Elena Medel, Verónica Sánchez y Ana Langeheldt en el coloquio organizado por Etam. / Juan Carlos Muñoz

¿Qué tienen en común una ilustradora, una poeta y una actriz? Además de estar vinculadas al mundo de la cultura, su concienciación sobre el feminismo y el papel que desempeña en la sociedad es el lazo que las une. Así lo demostraron la actriz Verónica Sánchez, la poeta Elena Medel y la ilustradora Ana Langeheldt, que dieron su visión y experiencia en el acto que la firma Etam realizó este martes, en su tienda de la calle Velázquez, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Feminismo e igualdad

Seguras de sí mismas, tolerantes y con unas convicciones muy fuertes, las tres formaron parte de un coloquio en el que se trataron temas como el feminismo, el empoderamiento de la mujer, la sororidad o las dificultades a las que las mujeres se enfrentan por el hecho de serlos. A raíz de las movilizaciones del pasado 8M, el feminismo ha demostrado ser un movimiento con peso y repercusión en la sociedad, algo que ellas tienen muy claro.

"El feminismo es la batalla de nuestro siglo, nuestra asignatura pendiente. Pero hemos demostrado que es un movimiento admirable que de forma pacífica ha conseguido más que cualquier otro, aunque todavía queda mucho por hacer. Lo bueno es que cada vez somo más conscientes de lo que merecemos", señaló Verónica Sánchez. De acuerdo con su compañera, Elena Medel quiso ir más lejos y habló de igualdad en todas sus variantes. Para ella, este concepto no sólo debe hacer alusión al género, sino que tiene que aglutinar a todos los individuos y todas las colectividades porque, sino, "la igualdad cojea".

La sororidad, un concepto de peso

A diferencia de lo que muchos sectores piensan -o quieren hacer creer-, para Medel, Sánchez y Langeheldt el concepto de sororidad debe estar muy arraigado, sobre todo a la hora de respetar a cualquier mujer, con independencia de sus actitudes o pensamientos.

"Es necesario no tener prejuicios y tener conciencia de sororidad, respetarnos entre nosotras"

"La palabra hermana ha estado muy presente en las manifestaciones del 8M y creo que esa es la base. Es necesario no tener prejuicios y tener conciencia de sororidad, respetarnos entre nosotras", señaló Elena Medel. "No hay que hacer de menos a una compañera por cómo decida vivir su feminidad, por ejemplo", añadió Verónica Sánchez

Empoderamiento femenino

Otro concepto que cada vez tiene más arraigo en la sociedad es el de empoderamieto. Aunque, como ocurre con todo, a pesar de que haya una definición establecida, es un concepto al que se le puede dotar de un significado más subjetivo y personal. De ahí que, cuando se les pregunta a las tres, tengan clara la base pero hagan sus propias apreciaciones.

"No tenemos derecho a sentirnos débiles, al final tenemos la fama y no el derecho

"Para mí, una mujer empoderada es la que dice que no cuando algo no le apetece, cuando tiene la regla, no puede tirar del cuerpo y dice no. Nos han enseñado a no padecer porque debes continuar, a tomarte una pastilla y listo. Cuando a ellos les duele la cabeza, por ejemplo, sí que se puede caer el mundo", comentó Ana Langeheldt. Algo a lo que Verónica Sánchez añade que "no tenemos derecho a sentirnos débiles, al final tenemos la fama y no el derecho".

Que la mujer no es superwoman -y tampoco tiene que demostrarlo- también es algo en lo que las tres coinciden. "Estamos sobrecargadas porque "nos corresponde" y tenemos que empezar a asumir que eso no es así, que no podemos con todo porque no todo es nuestra responsabilidad", añadió Elena Medel.

Un momento de la charla en la tienda de la calle Velázquez de la firma Etam. Un momento de la charla en la tienda de la calle Velázquez de la firma Etam.

Un momento de la charla en la tienda de la calle Velázquez de la firma Etam. / Juan Carlos Muñoz

Obstáculos comunes para todas

Aunque mucho se haya avanzado en materia de igualdad, todavía son muchas las barreras que sortear. Al respecto, las tres coinciden en lo mismo, los obstáculos son comunes en todas las mujeres, da igual la condición o la profesión. Precariedad laboral, dificultades a la hora de conciliar, inferioridad salarial y discriminación.

Momentos previos al coloquio en Etam. Momentos previos al coloquio en Etam.

Momentos previos al coloquio en Etam. / D. S.

A todo ello se suman los micromachismos, el trato paternalista por parte de algunos hombres, la perenne obligación de agradar o la constante necesidad de justificar ser merecedoras de un puesto de trabajo.

"Tengo la sensación de cumplir años en mi vida privada pero no en la pública. Siempre proyectan una imagen aniñada y dulcificada de mí misma, como si por mí no pasaran los años. Las mujeres tenemos que caer bien", comentó Verónica Sánchez. "Las cualidades o rasgos en la personalidad de una mujer no se miden con el mismo rasero que en los hombres. A nosotras nos penalizan la ambición, la seriedad o la discreción, a ellos no", añadió Ana Langeheldt.

Feminismo VS feminidad

Dos conceptos que, para muchos, son diametralmente opuestos. Aunque no lo sean en realidad. Medel, Sánchez y Langeheldt lo tienen claro: la estética femenina siempre ha estado ligada al hombre. "Hemos sido educadas en un sistema patriarcal en el que nos han quitado nuestro derecho a la estética. Nos hemos plegado a los deseos del hombre y eso nos ha llevado a asexuarnos como acto de sublevación. Al final esa conducta también está supeditada al sexo masculino. Creo que tenemos derecho a elegir sobre nuestra propia estética conforme a nuestras propias normas. Mi propio concepto de feminidad me pertenece", señaló Verónica Sánchez. 

"Hemos sido educadas en un sistema patriarcal en el que nos han quitado nuestro derecho a la estética"

Referentes y rol de la mujer en la cultura

La pintura, la literatura, el deporte o las artes visuales tienen algo en común, la ausencia de referentes femeninos si toca a remontarse años atrás. Invisibles en la historia o eclipsadas por sus compañeros masculinos, las mujeres en la cultura han tardado en tener algún tipo de peso (y todavía resulta ridículo). Por eso las tres coincidieron en la necesidad de redescubrir la historia para conocer a esas mujeres invisibles y olvidadas. También reivindicaron la necesidad de ascender en sus respectivas profesiones en igualdad de condiciones.

Un momento del coloquio. Un momento del coloquio.

Un momento del coloquio. / D. S.

"Empiezas a la par que tus compañeros, trabajas igual, o más, y cuando pasan los años te das cuenta de que ellos tienen una notoriedad de la que tú no gozas", apuntó Ana Langehedt.  Verónica Sánchez, por su parte, quiso remarcar la necesidad de que el cine y la televisión muestre personajes femeninos que no sólo sean el acompañante de un hombre, que tengan capas, que no sólo se muevan por sentimientos y que sean las que realizan la acción, no las que la reciben. "Somos algo más que mujeres que hablan de hombres que las han dejado", sentenció Sánchez.

¿Un momento de liberación?

Por muy cómodos que resulten, llegar a casa y quitarse el sujetador es de los momentos más liberadores del día. Pero quitárselo en el sentido metafórico, además de resultar bastante más complicado, resulta gratificante de por vida. Si renunciar a un papel por no ser justo o no tener la misma enjundia que el del compañero masculino es liberador para Sánchez, para Langehedt lo es estar en casa, sola y en silencio, trabajando para ella misma, no para otros. Para Medel, por su parte, el momento justo antes de escribir, cuando no sabe hacia dónde va el poema o de qué va a escribir, es la liberación materializada.

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