Las fechas navideñas ponen aún más en evidencia la escasa diversidad de la oferta cinematográfica ante el acaparamiento de pantallas por parte de blockbusters y títulos franquiciados que apenas dejan espacio a propuestas más pequeñas y autoriales. Es lo que hay. No encontrarán aquí por tanto espacio para la promoción y sí tal vez un recordatorio de aquellos filmes que resisten el envite estelar o que se han colado en la cartelera entre espadas láser, princesas digitales y gatos cantarines.

Hoy mismo se estrena Una gran mujer, del ruso Kantemir Balagov, alumno aventajado de Alexander Sokurov y autor de una película previa, Demasiado cerca, que llamó la atención de la crítica con su desolador retrato de la juventud post-soviética. Balagov viaja ahora a los años inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial, a un Leningrado invernal, ruinoso y de interiores en colores intensos, para contar la historia de complicidad y dolor de dos mujeres que buscan reconstruir y dar sentido a sus vidas después de la debacle.

Ya para el día de Navidad, se prevén dos estrenos adultos a priori interesantes: después de conquistar Hollywood desde el rincón indie con Lady bird, Greta Gerwig prosigue con la reivindicación del punto de vista femenino con su particular versión 2.0 de Mujercitas, para la que ha reunido a un elenco estelar, con Saoirse Ronan, Emma Watson, Timothée Chalamet, Laura Dern y Meryl Streep, para quitarle polvo al women’s picture y al costume drama y presentar de paso todas las candidaturas posibles a los Oscar.

Una imagen de la nueva versión de 'Mujercitas' de Greta Gerwig.

También el 25 regresa a la cartelera española el japonés Hirokazu Kore-eda (Un asunto de familia) con La verdad, esta vez bajo bandera francesa y con un reparto que incluye a Catherine Deneuve, en su último papel antes de sufrir un derrame cerebral del que aún se recupera, Juliette Binoche y Ethan Hawke, en una historia que espejea elementos de la realidad para contar la difícil relación entre una estrella del cine francés y su hija tras la publicación de sus memorias.

Es posible que para esas fechas aún resista en cartelera la extraordinaria El traidor, de Marco Bellocchio, retrato del arrepentido mafioso Tommaso Buschetta, el primero en revelar las dinámicas y la estructura interna de Cosa Nostra liderada por Totò Riina en el famoso Maxi Proceso celebrado en Palermo a mediados de los ochenta. También Parásitos, del coreano Bong Joon-Ho, presente en los puestos más altos de casi todas las listas con lo mejor del año con su particular disección de la lucha de clases en clave de thriller doméstico.

Amenábar, Zambrano y Cabezas resisten en la cartelera navideña

Aquellos que prefieran el cine español, aún están a tiempo de ponerse al día con algunas candidatas a los Goya: Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar, aún no ha salido de la cartelera desde su estreno hace ya dos meses; Intemperie, de Benito Zambrano, aguanta el tirón con su relato con aromas de western de la travesía por el desierto de un pastor y un niño en la España de la posguerra; y Adiós, de Paco Cabezas, sigue convocando espectadores con un thriller de venganza protagonizado por Mario Casas y Natalia de Molina ambientado en los barrios marginales de Sevilla.

Delphine y Carole: 'insumusas'

Ahora que la reciente muerte de Anna Karina ha vuelto a poner encima de la mesa los roles y modelos femeninos de la nouvelle vague y el cine moderno europeo, llega simultáneamente a Canal Arte (en abierto y subtitulado en castellano) y Filmin este estupendo documental sobre una compañera de viaje generacional, la también actriz Delphine Seyrig (1932-1990), a la que recordarán por sus apariciones en títulos de Truffaut (Besos robados), Resnais (Muriel), Demy (Piel de asno), Buñuel (La vía láctea), Klein (Mr. Freedom), Losey (Accidente), Duras (India Song) y Akerman (en aquella memorable Jeanne Dielman), y su no tan conocida e importante faceta como comprometida feminista no sólo detrás de las pancartas y las manifestaciones, sino como activa practicante, junto a Carole Roussopopulos (1945-2009), de una serie de trabajos pioneros en vídeo que, desde el montaje, la ironía y el gesto político, pusieron en solfa los discursos audiovisuales e informativos dominantes y patriarcales de su época.

Delphine Seyrig durante un rodaje en una imagen del documental.

Delphine y Carole: insumusas recorre así una época (los años 70) marcada por el activismo feminista y la práctica del vídeo como armas de combate social, intercalando las entrevistas de archivo con fragmentos de algunos de aquellos vídeos de guerrilla como Scum Manifesto (1976), Maso et Miso vont en bateau (1976) y Sois belle et tais-toi! (1981), en los que dieron voz a mujeres de toda condición, desde las prostitutas a las actrices francesas, inglesas y norteamericanas (Jane Fonda y Maria Schneider entre ellas) que relataron cómo fueron tratadas por los productores y ejecutivos que quisieron hacer de ellas unos meros objetos de consumo de masas perpetuando estereotipos y cánones de belleza.

Esperando a Clint para Año Nuevo

Todas las noticias negativas que nos llegan, desde el peor resultado en el primer fin de semana de taquilla en muchos años a la torticera campaña de prensa con ‘acusaciones’ machistas, acrecientan aún más nuestras ganas de ver lo nuevo de Clint Eastwood, Richard Jewell, retrato de uno de esos héroes trágicos a su pesar que han protagonizado las últimas cintas del cineasta, historia del guardia de seguridad que impidió un atentado durante los Juegos de Atlanta en 1996 para ser acusado poco después de ser su responsable.