La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sánchez aguanta más que el telexto
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Ser soltero no es estar solo. Tampoco es una etapa que haya que "superar". Cada 11 de noviembre, el Día Mundial del Soltero recuerda que disfrutar de la propia compañía también es una forma de quererse. Pero para muchos, la soltería no está reñida con las ganas de conocer a alguien, de compartir una copa, una risa o un juego de mesa.
En Sevilla, hay un lugar donde todo eso ocurre sin algoritmos ni pantallas: el Arcade Bar, en la calle Feria. Allí, cada martes, los nervios se mezclan con la curiosidad y las risas en sus ya famosas citas a ciegas, un formato que se ha convertido en un punto de encuentro para solteros que prefieren las miradas reales a los 'matches' virtuales.
Sus dueños, Ana y Rubén, recuerdan que la idea nació casi por casualidad: "Nuestro bar siempre ha sido muy social. La gente viene a jugar, a charlar, y empezamos a notar que muchas parejas tenían aquí su primera cita", cuenta Ana. "Se nota mucho cuando una mesa está en su primera cita: se les ve nerviosos, se ríen más, bajan la voz… y pensamos que podríamos hacerlo de forma organizada".
Así surgieron las citas rápidas del Arcade Bar, que se celebran los martes por la noche. El funcionamiento es simple. Son 15 chicas y 15 chicos en el caso de las citas heterosexuales, o 16 participantes si son solo de chicas o solo de chicos. Los participantes pagan 10 euros, con una consumición incluida, y cada pareja conversa durante cinco minutos antes de cambiar de mesa. "A veces hablan de su trabajo, que es un error", ríe Ana: “Pero lo importante es romper el hielo".
Durante los descansos, el ambiente se relaja. Los solteros pueden dejar su nombre y contacto en un casillero tipo buzón de San Valentín, escribiendo el número del participante que les haya gustado. "Es como volver al colegio", dice Rubén entre risas. "Pero funciona. Hay mucha ilusión en esos mensajes anónimos".
El ambiente es lo que más destaca el público. "No ha hecho falta establecer protocolos de control porque la gente es muy respetuosa", asegura Ana. "Nosotros pasamos por las mesas, comprobamos que todos se sientan cómodos, pero la verdad es que el clima siempre es muy tranquilo. Nadie se pasa, nadie se incomoda. Da gusto".
Entre las anécdotas, hay historias que demuestran que el amor puede surgir incluso entre cambios de mesa. "Hace poco nos escribió una pareja que se había conocido en la edición anterior", recuerda Ana. "Nos mandaron una foto del cepillo de dientes que ella ya tenía en casa de él, ¡y era de la Patrulla Canina! Nos morimos de risa, pero fue precioso compartirlo en redes".
Además de romances, también nacen amistades inesperadas. "Últimamente, las chicas de las citas hetero hacen grupos de WhatsApp para contarse qué tal ha ido, o para quedar después", dice Rubén.
Los asistentes coinciden en que lo mejor es la naturalidad. Miguel, uno de los participantes en esta edición de citas a ciegas, cuenta que "es una experiencia entretenida". Para él, es su primera vez en algo así y se le ha hecho muy ameno.
Sin embargo, lo más difícil son los primeros minutos. "Con cinco minutos no te da tiempo a conocer mucho, pero es suficiente para romper el hielo", dice. "Aquí la gente es muy cercana, nada de miradas raras como en un bar cualquiera. Te sientes cómodo, como si hablaras con tus amigos, pero con gente nueva".
Celeste, otra participante, comparte su entusiasmo: "Súper bien, una experiencia muy buena. La primera cita fue más seria, no sabes qué preguntar, pero en la tercera ya estaba riéndome. Lo recomiendo a todo el mundo".
La inscripción se hace por redes sociales y las plazas se agotan enseguida: "Nos llegan más de 200 mensajes cada vez que abrimos convocatoria", explica Rubén. Por este motivo, no dejan repetir, ya que quieren que todo el mundo tenga la oportunidad de venir.
Muchos llegan al Arcade Bar hartos de las aplicaciones de citas. "La gente nos dice que está cansada de hablar por chat y no llegar a nada", cuenta Rubén.
Además de las citas a ciegas, el bar organiza actividades semanales: noches de trivial, juegos de rol ocultos, fiestas temáticas inspiradas en series como Stranger Things o The Last of Us, y eventos solidarios con protectoras de animales.
"Nos gusta que el bar sea un espacio de ocio y conexión", afirma Ana.
En un mundo en el que muchas conversaciones empiezan con un "hola" por mensaje, el Arcade Bar demuestra que aún hay quien prefiere mirarse de verdad.
En este 11 de noviembre, Día Mundial del Soltero, su propuesta recuerda que estar solo no significa estar aislado: a veces, basta con cinco minutos y una sonrisa para que algo cambie.
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