Vivir en Sevilla

Un dibujante que reta a la fotografía

  • Los retratos a lápiz de José Carlos González destacan por su realismo

Gracias a su palmarés, poco a poco se hace hueco en el imaginario cultural sevillano, sobre todo el más cofrade. Su técnica la pone a prueba en cualquier trabajo y su hiperrealismo impresiona en cada obra. Estampas retratadas al detalle con tal precisión que cuesta distinguirlas de una fotografía en blanco y negro. Porque blanco y negro es el tinte que brota del grafito y el lápiz, las disciplinas en las que José Carlos González Muñoz se siente como el once titular jugando en casa. Gracias a él, se siente una pequeña revolución en la ciudad a favor de la revalorización de estas técnicas primarias, que no gozan de protagonismo en una de las capitales del mundo que más gusta del Barroco.

Uno de sus últimos alborotos lo montó con la exposición Trazos de pasión III en el Círculo Mercantil, que se organizó con motivo de la cuaresma y en la que presentó una serie de dibujos sobre vírgenes dolorosas de la ciudad: una apuesta arriesgada, según él, y que resultó un éxito. No hubo jornada en la que el público no se acercara a conocer su obra y a adquirir uno de los originales, en cada uno de los cuales deposita, de media, entre 10 y 15 días de trabajo. Tras la muestra en el Mercantil -ya realizó otras dos en las dos últimas cuaresmas, la primera junto a Juan Miguel Martín, que pinta a bolígrafo-, sus dibujos sobre las imágenes más populares y devocionales de la capital andaluza ocuparon la portada de los programas de mano de la Semana Santa de Diario de Sevilla.

Fue el autor del cartel anunciador del Vía Crucis del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia en 2015 y del cartel de las Glorias también de 2015, entre otros, y desde que su popularidad ha aumentado percibe cómo el gusto por el dibujo a lápiz también lo ha hecho: "Antes era prácticamente el único que se dedicaba a esto, ahora quizás es que todos nos estamos dando a conocer". Además de dibujar motivos sacros, a los que intenta siempre imprimirles una perspectiva innovadora, recibe encargos sobre todo para retratos.

Del pequeño espacio que tiene reservado en casa para sus dibujos planea mudarse a un estudio "si el trabajo siguiera creciendo y fuera necesario". El joven sevillano, de 35 años, estudió en los Salesianos de la Trinidad, se licenció en Administración y Dirección de Empresas y realizó un máster en Profesorado, pues la docencia es otra de sus profesiones vocacionales. Sin embargo, es su inclinación innata por el dibujo por lo que acabó apostando y se graduó en Artes Aplicadas. En la actualidad, sus encargos y exposiciones los combina con las clases que imparte de dibujo y pintura.

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