Mértola: descubre la joya histórica a solo dos horas de Sevilla que cautiva a todos

A las puertas de Portugal desde Huelva se encuentra esta ciudad tan preciosa como llena de historia, a tan solo unos 150 kilómetros de Sevilla

La Calçadinha Romana de São Brás de Alportel: un trozo de historia en los pies, y cerca de Sevilla

Vista desde el castillo de Mértola con el Guadiana a la izquierda / Manu R. Macarro

A escasos 150 kilómetros de la bulliciosa Sevilla, cruzando la frontera de Huelva y adentrándose en el corazón del Alentejo portugués, se encuentra un tesoro histórico y natural que cautiva a quien lo visita: Mértola. Asentada majestuosamente sobre un promontorio rocoso que domina el río Guadiana, esta villa medieval no es solo un destino, sino un viaje en el tiempo.

La historia de Mértola es un apasionante libro abierto. Su privilegiada posición fluvial y su riqueza mineral la convirtieron en un punto estratégico codiciado desde la antigüedad. Fenicios, griegos y cartagineses la frecuentaron, pero fueron los romanos quienes le dieron un brillo especial, convirtiéndola en un importante puerto fluvial conocido como Myrtilis Iulia. Aún hoy, los vestigios de esta época, como la Casa Romana, se conservan con impresionante detalle, revelando la sofisticación de sus habitantes.

Una pintoresca calle de Mértola / Manu R. Macarro

Con la caída del Imperio Romano, llegaron los visigodos, dejando su huella en la villa, pero fue el periodo islámico el que la transformó de manera más profunda. Bajo el nombre de Mārtulah, se convirtió en uno de los principales puertos fluviales del sur de la península ibérica, floreciendo como centro de comercio y cultura. La antigua mezquita, hoy convertida en la Iglesia Matriz, es un testimonio único de esta fusión cultural, con su arquitectura que combina elementos cristianos e islámicos. El Museo de Mértola, distribuido por todo el pueblo, ofrece una inmersión fascinante en esta herencia, con exposiciones que van desde la arqueología hasta las artes decorativas islámicas.

Imagen de la fortaleza de Mértola / Manu R. Macarro

En el siglo XIII, la reconquista cristiana la puso en manos de la Orden de Santiago, que reconstruyó el imponente Castillo de Mértola sobre las ruinas del alcázar islámico. Desde sus murallas, las vistas panorámicas del río Guadiana y el paisaje alentejano son simplemente espectaculares.

Una calle de Mértola / Manu R. Macarro

El legado de la minería: Minas de São Domingos

A pocos kilómetros de Mértola, el paisaje cambia y nos adentra en una historia más reciente y dramática: la de Minas de São Domingos. Este antiguo pueblo minero, creado en el siglo XIX para la explotación de un rico depósito de pirita, fue uno de los principales centros mineros de Portugal. La compañía británica Mason & Barry lo gestionó durante más de un siglo, dejando una huella imborrable en el paisaje y en la vida de sus habitantes.

Balsa minera en Sâo Domingos / Manu R. Macarro

La explotación, que se extendió desde 1854 hasta 1966, extrajo millones de toneladas de minerales como cobre y azufre. Hoy, las minas abandonadas ofrecen un paisaje de "arqueología industrial", con las ruinas de sus antiguas chimeneas, talleres y edificios. El elemento más impactante es la inmensa corta, una explotación a cielo abierto de 120 metros de profundidad. El paisaje, marcado por los residuos de la minería, presenta colores ocres, verdes y rojizos, un testimonio de la riqueza geológica y el impacto ambiental de la actividad.

El poblado, con sus casas y su peculiar urbanismo, conserva la memoria de un pasado de trabajo duro y una intensa vida comunitaria. Para entender mejor esta historia, se puede visitar la Casa del Minero, un centro de documentación que recrea la vida de una familia trabajadora en la época.

El poblado minero de Minas de Sâo Domingos / Manu R. Macarro

Un oasis de agua dulce: La playa de Tapada Grande

En un contraste asombroso con el paisaje de las minas, la zona de São Domingos alberga un auténtico paraíso fluvial: la playa de Tapada Grande. A orillas de un apacible embalse, este rincón es una de las "playas interiores" más atractivas del Alentejo y ha sido galardonada en múltiples ocasiones, incluso con la prestigiosa Bandera Azul.

Atardecer en Tapada Grande / Manu R. Macarro

Rodeada de naturaleza, la playa ofrece un arenal, zonas de césped y un agua tranquila, perfecta para un refrescante baño en los calurosos días del verano alentejano. Dispone de una infraestructura completa, incluyendo aparcamiento, duchas, servicios y un bar-restaurante. Es un lugar ideal para familias, con zonas de picnic, alquiler de piraguas y una atmósfera de total tranquilidad. La playa fluvial de Tapada Grande es el contrapunto perfecto al turismo cultural e histórico, permitiendo a los visitantes disfrutar de una experiencia completa de naturaleza y relax.

La playa interior de Tapada Grande / Manu R. Macarro

Más que una ciudad: un destino sostenible

Mértola y su entorno no solo miran al pasado, sino que también se proyectan hacia el futuro. Su apuesta por la arqueología como motor de desarrollo y la conservación de su patrimonio la han posicionado como un ejemplo de turismo sostenible. El ambiente tranquilo y auténtico de sus calles empedradas, sus casas encaladas y su exquisita gastronomía local, con platos como el cordero asado o los guisos de caza, completan la experiencia.

A dos horas de Sevilla, este rincón del Alentejo se presenta como una escapada perfecta para desconectar del ajetreo urbano y sumergirse en la historia, la naturaleza y la tranquilidad del sur de Portugal. Un viaje breve que regala un recuerdo imborrable.

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