Rutas de senderismo

Camino de Santiago desde Sevilla | Etapa 5 de la Vía de la Plata: El Real de la Jara-Monesterio

Un bucólico paisaje entre El Real de la Jara y Monesterio

Un bucólico paisaje entre El Real de la Jara y Monesterio / Emilio J. de los Santos

La distancia entre Almadén de la Plata y Monesterio es larga, de unos 34 km, y algo dura, sobre todo en el tramo previo a El Real de la Jara por las abundantes subidas y bajadas. Esto hace que muchos peregrinos prefieran dividirla en dos, haciendo noche en el municipio realeño (tras 14 km) y afrontando los 20 km restantes al día siguiente.

La partida desde El Real de la Jara no tiene pérdida. Se sale por la Calle José María Pedrero, en el extremo norte del pueblo. Tras dejar las casas atrás, el sendero se ondula un poco antes de bajar al vado sobre el Arroyo de la Víbora, frontera natural entre Andalucía y Extremadura y despedida de la provincia de Sevilla.

El Arroyo de la Víbora, frontera entre Sevilla y Badajoz El Arroyo de la Víbora, frontera entre Sevilla y Badajoz

El Arroyo de la Víbora, frontera entre Sevilla y Badajoz / Emilio J. de los Santos

Cuidado al cruzar. Suele engañar ya que acumula bastante agua cuando no es verano y puede que nos obligue a buscar formas alternativas por los alrededores para pasar secos. Cuando ya estemos en Badajoz, podremos admirar de cerca el Castillo de las Torres, a escasos metros.

Como se ha indicado, se ha pasado a otra Comunidad Autónoma. La señalización en Extremadura presenta varias peculiaridades. A las flechas y vieiras habituales se les suman unos bloques con unos azulejos de dos colores: uno amarillo que indica el Camino de Santiago transitable y otro azulado que indica por dónde pasa la Vía de la Plata original. En muchas ocasiones coincidirán, en otras no. El consejo para el peregrino es muy sencillo: hay que seguir siempre las marcas amarillas, ya que las azules pueden llevarnos a puntos muertos impracticables.

Los mojones que se encontrará el peregrino en el recorrido por Extremadura. Los mojones que se encontrará el peregrino en el recorrido por Extremadura.

Los mojones que se encontrará el peregrino en el recorrido por Extremadura. / Emilio J. de los Santos

Los primeros kilómetros por tierras pacenses avanzan por una tranquila dehesa sobre una pista ancha y cómoda. Presenta un ligero ascenso, pero apenas se notará. En varias ocasionas, atravesaremos algunos riachuelos que tendrán algo de agua si llueve. En cambio, si hace calor, cuidado en este tramo porque apenas hay sombra sobre el camino.

Veremos mucho ganado en el tramo entre El Castillo de las Torres y El Culebrín. Veremos mucho ganado en el tramo entre El Castillo de las Torres y El Culebrín.

Veremos mucho ganado en el tramo entre El Castillo de las Torres y El Culebrín. / Emilio J. de los Santos

Aproximadamente, a media etapa, se acaba llegando a la Ermita de San Isidro, cuyo peculiar diseño llamará la atención. A los pocos metros está la famosa Venta del Culebrín y el complejo Leo, lugar donde paran a descansar o a comer muchos conductores que siguen la A-66. Toca atravesar un nudo de carreteras bastante desagradable. Las marcas nos indicarán que nos mantengamos en el arcén de la N-630 y pasar bajo la autovía. Tras esto, se toma un sendero que va por una zona arbolada por una ladera (las ruinas de la antigua Ermina de San Isidro nos ayudarán a orientarnos).  

El último tramo avanza por esa ladera, entre las mencionadas carretera y autovía. Será un tramo incómodo más que complicado. En cierto momento, se cruzará la nacional para alcanzar el lateral de un camping. Desde aquí se sube al modesto Puerto de la Cruz, último repecho antes de alcanzar Monesterio. Arriba veremos un parque y por una glorieta próxima se accede al municipio por el sureste.

La iglesia parroquial de San Pedro, en Monesterio La iglesia parroquial de San Pedro, en Monesterio

La iglesia parroquial de San Pedro, en Monesterio / Emilio J. de los Santos

Monesterio es una localidad muy famosa por su jamón, de hecho, tiene un museo dedicado a este producto. Destaca también la iglesia parroquial de San Pedro, con ábside almenado, obra del siglo XV, aunque reconstruida durante la década de 1940. El municipio cuenta con todos los servicios para un peregrino.

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