Etapa 22 del Camino Olvidado: Cabañas Raras-Villafranca del Bierzo | Donde el Camino Viejo se une al Francés
La última jornada de esta ruta es muy sencilla, sin apenas desniveles importantes. En la meta nos aguarda la Puerta del Perdón de la iglesia de Santiago.
Etapa anterior: Congosto-Cabañas Raras
Inicio del Camino desde Bilbao
Llega el momento de concluir el Camino Olvidado. Villafranca del Bierzo marca su final oficial, pero realmente termina al desembocar en el Camino Francés en la localidad de Cacabelos. Entonces, sufriremos un shock tras tantas jornadas en solitario. A partir de esta localidad, nos incorporaremos al enorme flujo de peregrinos que avanza desde Ponferrada hacia Santiago de Compostela.
El recorrido desde Cabañas Raras es fácil tanto en distancia como en perfil como en servicios. Son 22 kilómetros casi en llano con muchas localidades intermedias. Ojo, no quiere decir que no haya tramos peligrosos, de hecho, su arranque por el lateral de una carretera con muchísimo tráfico requiere bastante atención.
Como explicamos en la descripción de la etapa previa, el albergue de Cabañas Raras está en un polígono industrial a algo más de 2 kilómetros del pueblo. En cuanto salgamos, caminamos hacia la derecha por el lateral de la carretera SC-LE-12. Se trata de una vía que utilizan sobre todo los trabajadores del mencionado polígono industrial. Hay que extremar la precaución, pues apenas hay arcén y los camiones son abundantes. Hay que ir bien señalizados con chaleco reflectante.
Entramos en Cabañas Raras por el Barrio de Abajo. Una gran rotonda nos recibe. Seguimos de frente, rebasamos un antiguo potro de herrar expuesto sobre la acera y salimos de la zona urbana sin desviarnos. El asfalto desaparece pronto y el camino pasa a ser de tierra, cruzando una pradera abierta.
Manteniendo el rumbo, las praderas se cierran en el bosque de Las Mategas: el último tramo forestal de este Camino Olvidado. Conviene disfrutar de su calma. En el kilómetro 4 hay una bifurcación bien señalada: debemos ir por la derecha.
En el kilómetro 6 aparece un cruce. Magaz de Arriba queda a la derecha; Magaz de Abajo a la izquierda. Vamos hacia asta última. La calle describe una curva y, al fondo, tomamos otra vía perpendicular. Giramos a la derecha para atravesar la LE-5208 y dejamos atrás el municipio.
Los siguientes kilómetros transcurren por caminos de tierra entre cultivos: frutales… y, sobre todo, viñedos. Estamos ya en terreno de la denominación de origen de El Bierzo, patria de la Mencía, la uva oscura que caracteriza estos vinos.
El itinerario enlaza con otro camino. Lo tomamos hacia la izquierda. Cada vez vemos más cerca Cacabelos. El Camino Olvidado se acaba.
Accedemos a la localidad por un polígono industrial, siguiendo la calle Camino Real Carlos III. Tras una curva, hay una glorieta: vamos a la derecha por la calle Cimadevilla. Y de pronto… ya es evidente: señalización, bares y muchos peregrinos. Hemos entrado en el Camino Francés.
La calle nos guía al centro. Pasamos junto a la ermita románica de San Roque (siglo X). Todo se vuelve de piedra. Por la calle Santa Marina llegamos a la iglesia homónima, de trazas románicas y neorrománicas y muy reformada. Por la calle Las Angustias avanzamos hacia el río Cúa y lo cruzamos por un puente con buenas vistas de la playa fluvial. De aquí a Villafranca quedan menos de diez kilómetros.
Seguimos por la calle del Foyo, que es el nombre que recibe en Cacabelos la carretera LE-715. Rebasamos el santuario de la Quinta Angustia y, a la salida del pueblo, tomamos un carril senderista junto a la carretera, ya en suave subida entre viñedos.
Al kilómetro 15 llegamos junto a Pieros (albergue, fuentes, bares). Lo vemos desde fuera. No entramos en él. Un poco más adelante termina la subida y un camino parte hacia la derecha. Abandonamos la carretera.
A los 300 metros dejamos el camino principal y viramos a la izquierda. El paisaje es sobrio y precioso: hileras de viña y las montañas cerrando en anfiteatro la gran hoya berciana.
El sendero toca la LE-5235 y visita fugazmente Valtuille de Arriba. Pueblo que parece estar detenido en el tiempo.
Trazamos un arco a la izquierda y tomamos un nuevo sendero, algo más ondulado, pero sin dureza real. En unos cuatro kilómetros enlazamos con Villafranca del Bierzo. Entramos por lo alto, con una panorámica clara de la localidad.
La iglesia de Santiago nos recibe. Su Puerta del Perdón concede indulgencia a los peregrinos que no pueden llegar a Compostela. Este privilegio papal se concedió en el siglo XII. Es, sin duda, el lugar en el que consideramos que acaba oficialmente el Camino Olvidado.
Villafranca es una joya y se disfruta mucho. Fue declarada conjunto histórico-artístico en 1965 gracias a su riquísimo patrimonio. El castillo de los Marqueses, la colegiata de Santa María, San Francisco, San Nicolás el Real, el convento de la Anunciada, la calle del Agua… y una densidad notable de bares donde celebrar nuestra llegada. La gastronomía de la zona es rica.
El peregrino del Camino Olvidado puede obtener la Olvidada, el diploma acreditativo de que ha completado todo el trayecto, en la oficina de turismo municipal situada en el Jardín de la Alameda. Sólo hay que presentar la credencial.
Y aquí concluye nuestra guía de este interesante Camino Viejo de Santiago: han sido 550 kilómetros de belleza, soledad y aventura. Terminamos enamorados de la montaña, tras no haber perdido nunca de vista la cara sur de la imponente y variada Cordillera Cantábrica. La salida de Bilbao o la maravillosa comarca de Las Merindades parecen quedar ahora muy atrás. Sin duda es un recorrido que curte, pero está claro que se nos quedará grabado en el recuerdo. Muy recomendable.
Quien quiera continuar hacia Santiago de Compostela tiene aún por delante la dura subida a O Cebreiro. La gran meta está a unas siete u ocho jornadas.
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