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La batalla de las transiciones

  • Villarreal y Sevilla, dos maestros del contraataque, prometen un atractivo duelo en el que no se sabe quién tomará la iniciativa Interesante debate en lo táctico.

Hay teóricos del fútbol que defienden que las transiciones no existen, que las fases del juego sólo pueden dividirse en dos: defensa (cuando el balón lo tiene el rival) y ataque (cuando lo tengo yo). Sin embargo, la inmensa mayoría distingue también dos momentos de suma importancia, en la que además se deciden muchos partidos: las transiciones defensa-ataque y ataque-defensa, respectivamente. Se pueden calificar éstas como los movimientos que los jugadores de un equipo realizan cuando pasan de una fase a otra, es decir, de atacar a defender o de defender a atacar. Más o menos la rapidez y eficiencia con que un equipo es capaz de llevar a cabo estos mecanismos de manera coordinada, tanto para atacar más rápidamente e impedir que al rival no le dé tiempo de organizarse en defensa como de reordenarse tras la pérdida del balón impidiendo la progresión del contrario en lo que todos conocemos como el contraataque.

Mañana se miden en El Madrigal dos maestros de las transiciones en general y del contraataque en particular, por lo que se puede plantear una interesante batalla psicológica en la que, como en todas, ganará el más fuerte. Si el Villarreal de Marcelino es, posiblemente junto al Real Madrid, el equipo que mejor ejecuta el contraataque porque además basa su modelo de juego en él, el Sevilla de Emery no le va a la zaga y precisamente en el último mes ha ofrecido varios recitales de velocidad en las salidas del balón. En Anoeta, en Riazor o ante el Borussia Mönchengladbach en la anterior eliminatoria el Sevilla bordó el juego de contraataque con todas sus fases bien marcadas: atraer al rival con una defensa retrasada, robar y salir con velocidad con nombres propios en la mente de todos. La explosión de Vitolo ha coincidido con una acusada práctica de este sistema tan antiguo en el fútbol como efectivo. Pero no sólo el canario es ideal para estas transiciones y este juego al espacio: Aleix Vidal, Gameiro, Deulofeu, Figueiras... son jugadores veloces que pueden sorprender a un equipo en fase de desorden posicional, mientras que la pausa y la precisión de hombres como Banega o Reyes son los que contemporizan y eligen el momento preciso para el último pase.

El Villarreal, mientras, es un equipo trabajado para ese modelo. Si Marcelino también trató de implantar en el Sevilla esa compacta ordenación defensiva y los indicadores precisos para salir en el momento justo sin demasiada suerte o puede que sin los futbolistas idóneos, en el cuadro castellonense ha logrado que la coordinación sea a menudo casi perfecta. Con un 4-4-2 muy marcado y jugadores rápidos arriba, el Villarreal es un equipo que se siente muy cómodo contraatacando. Si un hombre como Cheryshev no rindió en Nervión por culpa de las lesiones en gran medida y es posible que por otros factores (como una mayor competencia), a las órdenes del técnico asturiano el ruso ha logrado explotar como nunca sus condiciones para el juego a altas velocidades. Otros acompañantes como Uche, como Giovani -a quien quiso traer al Sevilla cuando finalmente llegó Reyes-, Moi Gómez o el propio Vietto son futbolistas que ejecutan rápido si encuentran los espacios necesarios.

La batalla está servida y promete ser interesante. En teoría -sólo en teoría-, para sacar provecho de las transiciones defensa-ataque tiene cierta ventaja el equipo que ejerce de visitante, pero se ha demostrado que con los automatismos idóneos un equipo también puede ganar al contraataque como local (el máximo exponente es el Madrid). Habrá que ver cómo se comporta el Villarreal, pero ha ganado 10 partidos en casa en la Liga (uno más que el Sevilla) y sólo ha perdido con los tres grandes.

Son estrategias que hacen grande a este deporte. Saber combinar en un mismo partido momentos para llegar a la portería rival superando las tres fases del juego: avance, ruptura y definición (ataque) como para llegar tan rápido que no pueda reorganizarse defensivamente el rival (contraataque) supone alcanzar un nivel superior. Y Villarreal y Sevilla, muy parejos en la tabla, son maestros.

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