Con la cartelera local de versión original pasando por su peor momento en varias décadas, y con las malas vibraciones que provoca el escueto avance de programación del próximo Sevilla Festival de Cine Europeo, que parece entregado a una decepcionante cosecha de segunda línea y a retrospectivas de discutible pertinencia y dudosa actualidad, tan sólo la veterana Cinemateca de UGT parece resistir los envites de la paulatina desconexión de nuestra ciudad con el mejor cine contemporáneo gracias a una programación arriesgada y estimulante que, al margen de precariedades, incidencias y retrasos, aún mantiene vivo un hilo de comunicación con la oferta cinematográfica más interesante y plural de otras grandes capitales españolas.

A partir del próximo viernes 10 de octubre, la cinemateca que contra viento y marea dirige desde hace 17 años Manolo Gómez ofrece varios ciclos y retrospectivas a los que merece la pena acercarse. Y los perezosos recuerden que desde el 20 de diciembre tendrán una parada de metro en la misma puerta de su sede en la Avenida Blas Infante.

Como ya viene siendo habitual, y gracias a la estrecha colaboración con los servicios culturales de la Embajada de Francia en España, hasta diciembre podrá verse un pequeño ciclo dedicado a las Nuevas tendencias del cine contemporáneo francés, en el que se incluyen títulos de peso, muchos de ellos inéditos comercialmente en España, como la espléndida Flandres (2007), de Bruno Dumont, Gran Premio del Jurado en Cannes 2007, Ça brûle (2006), la aclamada película de Claire Simon, Bled number one (2007), de Rabah Ameur-Zaïmeche, y otros filmes a descubrir como la comedia Qui m'aime me suive (2005), de Benoît Cohen, Le dernier des fous (2006), de Laurent Achard, o Mauvaise Foi (2006), de Roschdy Zem.

Atenta siempre al cine experimental y a otras formas de no-ficción, la Cinemateca prolonga también desde octubre su ciclo El documental del mes, una iniciativa integrada en el proyecto CinemaNet Europe que estrena 12 documentales al año en más de 100 salas de toda Europa, con la proyección de dos títulos: Adiós revolución, de Hughes le Paige, y Pueblos sin camino, de Jorge Tsabutzoglu, cintas de corte político y reivindicativo que podrán verse este fin de semana.

Más estimulante aún resulta la completa retrospectiva que se le dedica al gran maestro del cine moderno Alain Resnais (Alain Resnais, sismógrafo de la realidad), que sigue de actualidad tras el estreno comercial en España de su deliciosa Asuntos privados en lugares públicos (Coeurs, 2006) y que a sus 86 años ultima una nueva película, Les herbes folles. Al margen de sus dos filmes fundacionales (Hiroshima mon amour, El año pasado en Marienbad), ambos esenciales en la configuración de un nuevo lenguaje cinematográfico a comienzos de los años sesenta, lugar de encuentro de la memoria, la Historia y nuevas formas de relato subjetivo, el ciclo nos trae también sus primeros trabajos documentales, Les statues meurent aussi (Las estatuas también mueren, 1950), Guernica (1950) y Nuit et brouillard (Noche y niebla, 1955), uno de los filmes imprescindibles sobre el horror de los campos de exterminio nazi, títulos a los que se añade también un documental de Michel Leclerc sobre el director, Una aproximación a Alain Resnais, revolucionario discreto (1980).

Ya por último, la programación prevista para octubre repesca para Sevilla la inédita película Nightwatching (La ronda de noche, 2007), en la que el controvertido Peter Greenaway recupera su vieja obsesión por relacionar cine y pintura a partir del famoso cuadro de Rembrandt.