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DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

Con efecto

Javier / Mérida

La siempre supuesta venta del maldito paquete

CADA día que pasa tengo más claro que hay una noticia que jamás podré ofrecer a los lectores de este diario. Se trata de la de la venta del maldito paquete mayoritario de acciones. Y las razones son dos. La primera es porque abundo en conocimientos y sensaciones que me obligan a pensar que jamás se producirá. La segunda es porque, de llevarse a efecto algún día, dudaré tantísimo de su legalidad y buena fe que en ese ínterin se me adelantarán otros compañeros. Pero siempre daré por bueno que esa noticia, sin duda una de las que anhela el beticismo, se me escape. Hablaremos de rumores, de vaguedades, pero dar por ciertas las noticias que provienen de las cloacas de la calle Jabugo, ya sea por parte de uno de sus vecinos o de la caterva que lo visita, es opositar a equivocarse. A que los lectores dejasen de tomar en serio al periodista y al medio. Por eso, vayan apostando a que por un día quizá tengan que comprar otro diario, porque en estas páginas difícilmente lean que quien azota al Betis dejará de hacerlo por una supuesta venta.

Porque, además, la operación tendría siempre este calificativo de supuesta durante días. Y por eso siempre habría tiempo de ofrecerla. Vamos, es que me filtran los contratos de compraventa y no me los creo, porque seguro que habría otros por detrás con cláusulas leoninas en favor del de siempre que dejarían aquéllos en papel mojado.

Lo de Luis Oliver apesta. Se lo creerán en Madrid, pero en Sevilla recela todo quisqui. Cierto es que llega el 14 de julio, el día en el que el ínclito declarará ante la juez, y hasta esa fecha hará y se leerá de todo. Y el día que la venta sea verdad que salga a la palestra y lo diga. Aunque no lo hará porque ya no se la creerá ni él...

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