Sevilla

El Consistorio pagó 72.600 euros por un 'software' que la Policía no utiliza

  • El Sppme denuncia que la unidad que investiga los accidentes carece de medios

El Ayuntamiento de Sevilla compró hace más de un año un sistema informático para la investigación de accidentes de tráfico que la Policía Local todavía no ha usado. El Consistorio pagó 72.600 euros por este equipo, que a día de hoy permanece almacenado en las dependencias policiales. Se trata de un sistema de captación de imágenes digitales y el software necesario para la integración de las fotografías tomadas por la cámara y escaneadas por un sistema láser.

Este sistema era uno de los medios que el Ayuntamiento prometió a la Oficina de Gestión de Atestados (OGA), la unidad de la Policía Local de Sevilla especializada en la investigación de accidentes de tráfico. Este grupo ha sido precisamente el que ha detenido el pasado fin de semana al conductor que se dio a la fuga tras causar un accidente en el que murió un motorista.

El Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (Sppme) en Sevilla denunció ayer el mal ambiente que existe en esta unidad y la intención de muchos de sus componentes de abandonarla. La Jefatura reorganizó la unidad a mediados de mandato y quitó al único mando de la escala ejecutiva que había en ella, un subinspector, de manera que todo el trabajo recayó sobre los oficiales que la conforman. "A los policías le vendieron que iban a modernizar la unidad. Para ello iban a comprar tabletas que llevarían incorporado un programa que haría posible que pudieran instruir el atestado in situ. Además se compró este sistema de captación de imágenes. Han sido muchas las promesas y pocas, por no decir ninguna, las realidades", apuntaron fuentes del Sppme.

La OGA carece de unos mínimos recursos materiales, no tiene ni siquiera una furgoneta con una mesa para poder atender a los implicados en accidentes y tomarles declaración en el lugar de los hechos. Carece de cualquier sistema de señalización, sólo llevan unos conos en los patrulleros para poder acotar la zona del accidente. Tampoco hay mamparas que puedan proteger a las víctimas de las fotos de los curiosos. Los policías utilizan sus propias cámaras para hacer las fotos.

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