Sevilla

IU se abstiene y Monteseirín decide terminar el Parasol

  • Con 15 votos a favor, 15 en contra y tres abstenciones, el alcalde ha usado su voto de calidad para decidir continuar con las obras.

"El Metropol-Parasol saldrá adelante". Estas palabras eran pronunciadas este martes por el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, en una rueda de prensa, previa al pleno extraordinario en el que se decidiría el futuro del proyecto de la Encarnación. Y este miércoles, tras la celebración de dicha reunión municipal, esas palabras se han convertido en su principal resumen.

Así todo, el alcalde ha contado sólo con los 15 votos socialistas a su favor, pero la abstención de los tres ediles de IU ha permitido ante el empate técnico -ya que los 15 concejales del PP han votado en negativo- que el alcalde saque adelante su idea gracias al uso del voto de calidad con el que cuenta por su papel de primer edil.

Dicho pleno aprueba así, gracias al voto de calidad del alcalde, consumar dicho incremento presupuestario para elevar a 89,6 millones de euros el coste de estas obras que ejecuta la constructora 'Sacyr'. Sánchez Monteseirín, así, se ha visto obligado a imponer su voto de calidad ante el empate registrado entre los grupos de PSOE y PP en la votación inicial de esta propuesta de Alcaldía al abstenerse los tres ediles de IU-CA.

Mediante la moción de Alcaldía aprobada por el pleno, la Corporación municipal ordena al consejo de gobierno de la Gerencia de Urbanismo, como órgano contratante de las obras, la continuidad de las obras que la constructora 'Sacyr' ejecuta en el antiguo solar del mercado de abastos de La Encarnación merced al diseño del arquitecto alemán Jürgen Mayer. La aprobación de este segundo modificado presupuestario del proyecto, así, insufla 30.470.537,15 euros más a las obras, que experimentan un incremento presupuestario del 50,17 por ciento.

La réplica llegó por boca del portavoz municipal del PP, Juan Ignacio Zoido, que señaló que "gobernar no es tirar de chequera" y exigió en todo momento que se depuren responsabilidades por las irregularidades del proyecto, entre las cuales destacó la ocultación de información en una iniciativa en la que "se ha rechazado el dictamen del máximo órgano consultivo andaluz" y que se lleva a cabo con "el dinero de todos los sevillanos".

Recordó que la desviación presupuestaria en el Metropol Parasol ha alcanzado casi el 70 por ciento y cuestionó al gobierno municipal por las responsabilidades en las que ha podido incurrir la adjudicataria, preguntando si cabe achacar la autoría de todo lo sucedido al Consistorio. Por todo ello, Zoido solicitó la retirada del último informe y la elaboración de uno nuevo.

De este modo, el alcalde asume en solitario la obra de las setas. Monteseirín firma como alcalde la propuesta para que la obra continúe en los plazos previstos pese al informe desfavorable del Consejo Consultivo de Andalucía. Dice que lo hace en razón del interés público y para no causar más perjuicios al desarrollo socioeconómico de la zona Norte del centro. Presume de contar con los avales del secretario del Ayuntamiento (que dictamina que el pronunciamiento del citado Consejo no es vinculante) y de la propia Gerencia de Urbanismo (que alerta del coste de la obra si se paraliza ahora). El alcalde desarrolló todo un argumentario para justificar su apuesta. Apeló a la Sevilla en blanco y negro de finales del franquismo, cuando la Plaza de la Encarnación aparecía en los reportajes periodísticos de la época "convertida en un nido de ratas". Explicó que seguir adelante con el polémico Metropol Parasol es una forma de luchar contra la "indolencia y frustración" que a juicio del alcalde han marcado este espacio del centro de la ciudad en su historia reciente. No se le escapó la alusión al proyecto de aparcamiento subterráneo en el mandato de Rojas-Marcos (1991-1995): "Entonces se negaron valor a los restos arqueológicos, cuando bajo la Encarnación apareció el mayor yacimiento romano de la ciudad". 

Monteseirín califica de "reto" su apuesta por acabar las obras en el contexto actual. "Vamos a cambiar de una vez la historia de dificultades que han jalonado la Encarnación en los últimos 39 años, hay que cambiar el sino de la Encarnación, es la hora de cerrar una herida abierta en el corazón de la ciudad". Monteseirín defiende más que nunca que este proyecto urbanístico es clave para el desarrollo económico de la zona Norte del casco antiguo.

El fedatario municipal, Luis Enrique Flores, ya calculó a finales de mayo el sobrecoste del proyecto en un 70% (38 millones de euros más de lo presupuestado) y dejó claro que debieron paralizarse las obras en mayo de 2007 al comprobarse la imposibilidad de levantar la estructura de madera. En esta ocasión deja claro tres aspectos en un nuevo dictamen. Primero, que el dictamen desfavorable del Consejo Consultivo "tiene carácter preceptivo y no vinculante". Segundo, que de seguirse el dictamen del citado organismo "deberá acordarse no aprobar la modificación del contrato y habrá que seguir un procedimiento de resolución y liquidación del contrato, redacción de proyecto y nueva licitación". Y tercero, que de apartarse el Ayuntamiento del pronunciamiento del referido dictamen, "deberán acreditarse con mayor rigor las causas que aconsejan el mantenimiento del contrato, como solución menos lesiva para el interés público que la protección del principio de inalterabilidad de los contratos".

A este tercer punto se aferra el alcalde . También se apoya en el informe de Urbanismo, que calcula que la resolución del contrato con la constructora y la convocatoria de una nueva licitación supondría multiplicar por 2,3 el coste de las obras (que pasarían de 30,47 a 68,8 millones) y conllevaría un retraso en la finalización de la ejecución (estaba prevista el 31 de diciembre de 2010 y pasarían a terminarse en junio de 2012, más de un año después de las elecciones).

Monteseirín insistió ayer en que el dictamen del Consultivo, aunque señala "errores", alude "en la mayoría de los casos" a las "mejoras" aplicadas al proyecto, "nunca a imprevistos". El alcalde admitió las enormes complicaciones de la obra: "El proyecto básico no estaba bien diseñado, lo que suele ocurrir con frecuencia en los grandes proyectos, que generan los problemas propios de cuando se apuesta por un proyecto de vanguardia". Y reconoció que las decisiones hubieran sido muy distintas en la coyuntura actual: "Hoy no hubiera apostado por la convocatoria de un concurso de ideas porque las circunstancias en lo económico son muy diferentes, la crisis actual afecta al Ayuntamiento y a la propia empresa". 

Sobre las consecuencias políticas del dictamen del Consultivo, el alcalde fue rotundo: "El informe no es ningún varapalo por mucho que lo diga la oposición, que hay que entender que hace su trabajo. Sevilla no puede dejar escapar esta oportunidad. La ciudad necesita este empuje. Con este proyecto vamos a mejorar bastante las condiciones de los habitantes de la zona". 

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