La noticia es que no hubo noticia, pero demostró que el protocolo de búsqueda de menores ha cambiado en los últimos meses. Apenas media hora después de que el informativo de Antena 3 televisión informara a nivel nacional de la desaparición en el barrio Martínez Montañés, en el Polígono Sur, de una niña de 14 años, una tía de la menor llamó a la Policía para dar cuenta de que la chica había aparecido sana y salva.

La menor Dulce H.G. había sido vista por última vez a las cinco de la tarde del sábado sin más pertenencias, según testimonio de sus familiares, que un bonobús y un móvil sin saldo. Según esas mismas informaciones, la niña había acudido a la celebración de un cumpleaños.

Tras la alarma de la familia, un grupo de vecinos de la barriada Martínez Montañés dedicaron toda la mañana de ayer a la búsqueda de la niña por las inmediaciones del domicilio familiar. A partir del mediodía se concentraron en un bar del barrio en espera de noticias y mostrando a los representantes de los medios informativos fotografías de la adolescente.

Según informó Europa Press citando fuentes policiales, a las tres y media de la tarde de ayer un particular llamó a la familia de la menor para indicarles que se localizaba en dicho domicilio y "estaba bien". La menor vivía con su abuela materna. Su madre, Natalia Hurtado, apareció en diferentes medios denunciando la desaparición con una foto de su hija.

En cuanto tuvo conocimiento de la desaparición, que según todos los indicios no fue tal, la Policía desactivó el protocolo de búsqueda que había puesto en marcha al recibir la primera llamada.

Este protocolo de búsqueda de menores fue puesto en marcha por el Ministerio del Interior, mediante instrucciones a las diferentes jefaturas de Policía, tras la desaparición de Marta del Castillo el 24 de enero de 2009 y la falta de operatividad mostrada en las primeras horas que siguieron a la denuncia por parte de su familia.

En este caso, la Policía puso muy pronto en marcha las indicaciones del nuevo protocolo. Con un sistema de alerta que lleva el nombre de Sadar (Sistema de Alerta por Desaparición de Alto Riesgo), las medidas pasan por la difusión masiva de las imágenes de los desaparecidos y los llamamientos a la colaboración ciudadana. Premisas que en este caso se cumplieron a rajatabla: la difusión de su rostro (que al haber aparecido la menor evitamos difundir en este medio) y la colaboración de los vecinos en la búsqueda.

Este periódico visitó por la tarde el barrio de la menor. Un primo dijo que todo estaba en orden, aunque su información sobre el paradero de la chica en las horas de la alarma no coincidía con la versión policial, situándola con una tía en Jerez "y dónde iba a estar mejor que con su tía".