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balance de halloween

La nueva Nochevieja

  • La Policía y los Bomberos cierran tres locales la noche de Halloween

  • En uno de ellos, una discoteca de San Francisco Javier, había 1.400 personas cuando el aforo era de 900

Desalojo de una discoteca en San Francisco Javier en Halloween

La noche de Halloween se ha convertido en la nueva Nochevieja. Miles de personas celebraron esta fiesta importada de EEUU en la calle, aprovechando además la bonanza del clima. A medida que fue avanzando la noche, la fiesta fue derivando en el excesivo consumo de alcohol y en un rosario de incidentes que, aunque ninguno grave, sí merecen una reflexión y quizá una intervención por parte de las autoridades judiciales. El Ayuntamiento puso en marcha un importante dispositivo de la Policía Local y los Bomberos, que precintaron varios establecimientos y desalojaron fiestas en las que se había excedido el aforo y se habían convertido en auténticas ratoneras en el caso de que hubiera ocurrido alguna incidencia.

Una de estas fiestas era la que se celebraba en la discoteca Valmont, en la avenida de San Francisco Javier, en la que llegaron a coincidir 1.400 personas más otras 150 que hacían cola en la puerta. El aforo permitido de este local es de 900 personas. Las redes sociales hervían con comentarios de los afectados. "Lo de anoche en Valmont fue un despropósito. Podría haber ocurrido una desgracia", decía uno de los asistentes, que denunciaba que había incluso bengalas en el exterior y que se estaban negando hojas de reclamaciones.

"Me lo pasé genial, sobre todo a las cinco de la mañana cuando nos desalojó la Policía, después de hora y cuarto de cola, con exceso de aforo y una copa gratis incluida que nunca pude pedir. Os habéis coronado", era otro de los comentarios de otra de las afectadas. Otro joven hablaba de "un apelotonamiento importante, lleno de empujones, donde no podías moverte ni respirar siquiera". Este mismo testigo aseguraba que "algunas personas comenzaron a marearse y que incluso una chica se desmayó". Al igual que en Nochevieja, los empresarios suelen alquilar sus locales a terceros para que celebren fiestas que terminan siendo multitudinarias y en las que no se respeta ninguna medida de seguridad.

La Policía Local y los Bomberos desalojaron y clausuraron también un establecimiento de la calle Cromo, en el polígono Calonge, por vender alcohol a menores de edad. Se trata de la sala ON, que fue cerrada pasadas las dos de la madrugada. Había varios menores bebiendo y fue identificado uno que llevaba sustancias estupefacientes. El local había sido pintado momentos antes y no se había podido airear. Hubo varias chicas que se marearon y vomitaron por el fuerte olor a pintura. En el interior había unos 300 menores. En la misma zona se inspeccionaron otros cuatro locales en los que se detectaron infracciones, aunque no irregularidades de gravedad.

Cierre del bar Kafka Cierre del bar Kafka

Cierre del bar Kafka / M.G.

También hubo inspecciones en la Alameda. En la calle Faustino Álvarez se cerró el bar Kafka, en cumplimiento de una resolución del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Otro local que fue inspeccionado fue el Versace, en la avenida de Llanes. "Uno de los principales objetivos de este dispositivo se centra en proteger a los menores de edad, que esta noche prolongan su estancia en las calles y establecimientos, de ahí la contundencia en aquellos locales en los que se detecten irregularidades que puedan afectar a la seguridad de éstos", apuntó el delegado de Seguridad y Movilidad, Juan Carlos Cabrera.

La Policía Local también detectó grupos de menores lanzando huevos y naranjas a una decena de líneas de Tussam. La Policía y la empresa de autobuses tuvieron que activar durante la noche en repetidas ocasiones y en distintos puntos de la ciudad el protocolo previsto ante el lanzamiento de estos objetos. La intervención policial, con vehículos camuflados, permitió localizar grupos de menores en la zona de Rochelambert realizando lanzamientos, así como a un grupo de menores en Los Bermejales que fueron identificados tras la ruptura de una marquesina.

Los actos de vandalismo provocaron daños en seis vehículos, además de poner en riesgo a conductores y usuarios que en algunos casos sufrieron manchas al entrar por la ventanilla los objetos. Una conductora tuvo que retirarse por una crisis de ansiedad. Tanto el PP como Ciudadanos se refirieron ayer a estos incidentes. El concejal popular Jaime Ruiz mostró su "preocupación por los continuos actos vandálicos que vienen padeciendo la flota de vehículos de Tussam" y pidieron que se "recupere" la coordinación policial que "protegía la línea de la empresa pública que opera en el Polígono Sur". El portavoz adjunto de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sevilla, Francisco Moraga, ha reivindicado este miércoles "una mayor vigilancia policial para garantizar la seguridad de conductores y viajeros de Tussam".

El delegado de Seguridad y Movilidad, Juan Carlos Cabrera, lamentó "el desconocimiento y el oportunismo político del PP respecto a la seguridad de los autobuses de Tussam" y advirtió de la "falta" de efectivos de la Policía Nacional para "garantizar la seguridad de los vehículos de la empresa municipal de transportes y que el dispositivo de protección de los mismos es asumido en solitario por la Policía Local". Para Cabrera, "el PP vivió su propia y paralela noche de insomnio, ya que los lanzamientos no se produjeron en el Polígono Sur" y detalló que "lo que sí sucedió, en cambio, es que en varios momentos se requirió apoyo de la Policía Nacional que no acudió por falta de efectivos". 

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