El Sevilla estrecha el cerco sobre el puesto de central que desea y el último nombre en aparecer en la escena es el de Emir Spahic, defensor bosnio de origen croata, con pasaporte comunitario, de 30 años que ha sido ofrecido al club de Nervión. La dirección deportiva conoce las virtudes de este central ambidiestro y con mucho carácter, tanto que la pasada liga francesa fue durísimamente sancionado con 17 partidos por dos codazos, concurriendo en el segundo de los castigos el agravante de reincidente. Ésta es una de las causas por las que Spahic ya le ha dicho al presidente del Montpellier que su ciclo allí ha concluido y ha solicitado que le facilite la salida. Entre otras cosas porque no se ha sentido bien defendido ante los comités por su club. Los diarios deportivos Marca y L'Equipe aseguraban ayer que el fichaje está cerca en una operación de 2 millones de euros.

Monchi tiene referencias de Spahic, capitán de la selección de Bosnia, desde tiempo atrás, pues anteriormente militó en el Lokomotiv de Moscú y fue de los jugadores más destacados en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA que terminaría ganando el Sevilla en Eindhoven, en 2006. Pese a la fama de duro que se ha ganado en Francia, es un futbolista con buena salida del balón, que maneja con las dos piernas, y buen dominio del juego aéreo pese a que no es muy alto (1,83). Nacido en Dubrovnik (Croacia) el 18 de agosto de 1980, ha destacado en sus dos años en el Montpellier, al que llegó libre del Lokomotiv en 2009. Esta temporada jugó 23 partidos, todos de titular, y con él en el campo el Montpellier estuvo 12 partidos sin encajar ningún gol, todo un hito en el equipo del sur de Francia. Eso sí, acumuló 8 tarjetas amarillas y una roja. La primera sanción llegó por un codazo a Roux, del Brest, que el árbitro sólo estimó con amarilla, antes de que el comité lo castigara de oficio con cinco partidos.

Spahic reúne las condiciones del perfil buscado, aunque para el curso entrante tendrá los 31 años cumplidos, de ahí que el Sevilla esté valorando como muy interesante la opción que se le ha ofrecido. Tiene experiencia y capacidad de mando, una más que aseada salida del balón, agresividad y velocidad. Además, puede jugar en el perfil izquierdo, incluso de lateral. Así lo ha hecho en el Lokomotiv y en el Montpellier, aunque su puesto natural es el de central.

De su capacidad hablan las ofertas que tuvo del Lille, campeón galo, en enero, antes de que su sanción lo convirtiera en enemigo público, y del Arsenal el verano pasado, antes de que éste se decantara por Squillaci ante la negativa del Montpellier a venderlo. Entonces, el peculiar Louis Nicollin, presidente del club galo, llegó a pedir por él 25 millones de libras, una barbaridad: "Vale tres veces lo que Koscielny", dijo en referencia a los 8,5 millones de libras que se gastó el Arsenal en el jugador del Lorient un mes antes.