José María Cruz, Vicepte. y Dtor. General

"Ni quiero, ni lo seré, ni estoy capacitado para ser presidente"

  • El cerebro que vela por los números del Sevilla dibuja el escenario económico que se avecina en el fútbol español y europeo · El abogado huye de una hipotética interinidad en el sillón de mando

-Usted llegó al consejo en 2002, casi a la par que el presidente y es director general desde 2005, fechas claves en el crecimiento del club. Pero Del Nido y Monchi son los que se llevan las flores...

-El puesto de director general es menos mediático porque la vinculación en el día a día con el primer equipo la tiene muy atribuida el presidente, que cuando constituimos el consejo en 2002 solicitó y se le autorizó llevar él la supervisión directa del primer equipo.

-¿Y cómo se plantea dejar una firma de prestigio como Ernst&Youngpara embarcarse en un proyecto que prácticamente empezaba? Si no me equivoco, iba a ser el primer cargo remunerado.

-No era el primero porque Manolo Vizcaíno ya se había incorporado, pero sí de los primeros. El paso lo di por varias razones. Yo soy persona de fijarme retos profesionales y una vez que considero que he logrado uno me gusta buscar otro. Después de 16 años en Ernest&Young había logrado lo que me marqué, ser socio de la firma y ocupar un puesto importante. Llevaba tres años colaborando con el club y sabía cómo se estaban haciendo las cosas con José María del Nido. Se habían sentado algunas de las bases para un proyecto ilusionante y para que se pudiera consolidar. Por lo tanto no era un salto al vacío.

-Es hombre de números, pero…

-(Corta) Vamos a ver, yo tengo fama de ser hombre de números y de hecho hay mucha gente que piensa que soy economista, pero soy abogado. Tengo conocimiento y experiencia en ese ámbito porque por mi trabajo he revisado los números de muchas empresas. ¿Y hombre de fútbol? Relativamente. No he sido futbolista profesional, pero tuve experiencia como vocal y luego secretario del Comité de Competición de la FAF, presidido entonces por Ángel Prados sobre el 85 o el 86. Luego lo he vivido en mi casa con mi padre, que estuvo en la primera junta del 69 al 73.

-¿Y qué le ha aportado el fútbol a un abogado que ha nadado siempre entre números?

-Me ha permitido moverme en un sector que no conocía como es el deporte profesional, un sector especial e interesante en el que estás continuamente en el escaparate mediático para lo bueno o para lo malo, aunque he buscado no exponerme a los focos. Me ha permitido participar activamente en la LFP, en la que he sido vicepresidente, en la Asociación Europea de Clubes (ECA), en la que estoy en varias comisiones y grupos de trabajo relevantes que me han permitido tener muy buen contacto con la gente de UEFA y el último paso que he dado es mi nombramiento como árbitro del TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo), que profesionalmente es algo que me apetecía y ya me han caído los dos primeros casos en los que soy árbitro, que no puedo comentar al ser confidenciales. Lo que no tengo es una visión muy clara de mi futuro a corto-medio plazo. No sé si seguiré muchos años vinculado al club y al deporte o si daré un giro a mi carrera profesional buscando otro camino.

-Lo tenía para más adelante, pero me obliga a preguntarle ahora. En los últimos meses se ha dicho desde que abandona el consejo hasta que todo el plan está trazado para que, en el caso de que el presidente falte, usted sea la cabeza visible. ¿Qué se ajusta más a la realidad?

-Yo lo he dicho en privado y cuando se me ha preguntado. Yo no quiero ser presidente del Sevilla, yo no voy a ser presidente del Sevilla, no es una aspiración mía ser presidente del Sevilla y no me considero capacitado para ser presidente del Sevilla. Ese cargo requiere unas cualidades que no tengo. En ninguna circunstancia voy a ser presidente del Sevilla. No es un cargo que me apetezca, no reúno las cualidades y me generaría una serie de inconvenientes, sobre todo a nivel familiar, que no estoy dispuesto a admitir. En cuanto a lo otro, no hay nada de cierto. Mi compromiso con el presidente es permanecer mientras él esté y si se va, irme con él. Pero si se eterniza y considero que mi etapa ha terminado por las razones que sean, dejaré el puesto, pero no hay deseos de cambio por mi parte ni ofertas que tenga que valorar. Tampoco desgaste.

-Como el guión de la entrevista ya está variado, seguimos con este hilo. Con la situación judicial que vive el presidente, el propio Del Nido ha dicho muchas veces que hay un plan trazado para que el club siga funcionando. ¿Usted jugará un papel importante?

-En este punto lo primero que tengo que decir es que tengo una confianza, no ciega, sino basada en que yo he seguido el procedimiento con él y con sus abogados. Tengo la certeza de que es inocente y la confianza de que será absuelto. Pero es innegable que existe ese procedimiento y que ya está visto para sentencia. Cuando el presidente dice que todo está previsto por si no pudiera continuar, está pensando en dos cosas. Una que el club tiene una organización a nivel de consejo y puestos ejecutivos para no verse afectado. Y otra, que si él quedara inhabilitado, habría una persona que lo podría sustituir. Evidentemente, una cosa es lo que planifiques y otra lo que pueda suceder. Ésta es una sociedad de capital y habría que ver las reacciones de los accionistas. Lo más normal es que se produjera una sucesión ordenada dentro del consejo. No comentamos día a día esta posibilidad, porque no la deseamos, pero está planificada. A veces, se nos critica que improvisamos, que no tenemos un plan, y una cosa es no tener un plan y otra no vocear cuál es ese plan.

-Recuerdo a su padre en una Junta avisando de que el Sevilla estaba en quiebra técnica…

-Ha ocurrido en varias ocasiones, no sé a cuál se refiere. Una sociedad anónima, sea deportiva o no, cuando su patrimonio es la mitad del capital social está en causa de disolución, pero no en quiebra. Eso es cuando el patrimonio es negativo. El patrimonio del Sevilla, a 30 de junio de 2002, era negativo, también a 30 de junio de 2003, aunque menos negativo, en 2004 también menos negativo y a partir de ahí fue convirtiéndose en positivo. Es correcto que estaba en quiebra técnica y se consiguió remontar para que no fuese necesario acudir, como han acudido otros clubes, a concurso de acreedores.

-La Ley Concursal se ha apoderado ya del día a día del fútbol. Albert Soler ha dicho estos días que quiere algunas modificaciones y en qué puede afectar a la ley de sociedades anónimas. ¿Su opinión?

-Es un tema complejo porque se opina con mucha frivolidad y desde dos frentes, uno a favor de que se aplique la legislación cocursal al fútbol como se aplica a cualquier otra empresa, y otra visceral y en contra, de que debería buscarse otra fórmula por que los clubes deberían descender haciendo excepciones a la legislación general. Yo creo que la ley es la que es y es para todos, sea un club de fútbol o no. Evidentemente hay ocasiones en las que se distorsiona la competición porque hay clubes que no son capaces de afrontar los pagos en las fechas previstas y gracias al concurso de acreedores mantienen la categoría, pero hay que intentar favorecer la continuidad de los clubes. Leía el otro día que un grupo de clubes de Segunda B perdían la categoría nacional por no pagar. Es difícil que un club desaparezca porque se vuelven a refundar con una denominación parecida, pero es cierto que hay una estadística. El cien por ciento de las SAD de fútbol que han presentado concurso de acreedores han continuado y es muy raro que se dé ese porcentaje en otra actividad. No sé decirle en temas financieros, automovilísticos, de construcción… Probablemente un porcentaje muy pequeño consiguen mantenerse con vida. La gente se pregunta por qué.

-Cuando, además, las deudas se presumen mucho mayores…

-Bueno, decir que en el fútbol somos unos manirrotos, que está mal gestionado y decir que las cajas de ahorro son un ejemplo de buena praxis… O cierto sector de la construcción... El sector automovilístico, uno de los que más mueve, es muy sensible a la crisis y Ford o General Motors un año pueden dar cientos de millones de beneficios y al siguiente cientos de millones de pérdidas, pero los gestores son los mismos. Con el fútbol pasa igual, es especialmente sensible. Hay cambios previstos en la legislación concursal, pero tardarán en concretarse en la situación política en que estamos. Pero es cierto que hay una sensibilidad en el mundo del fútbol de que la ley no se puede aplicar igual que en el resto de las empresas. Estamos trabajando en la Liga para establecer un control financiero y en la UEFA para que no proliferen muchas situaciones concursales, que no sean la regla sino la excepción. ¿Cómo? No sabemos todavía. A mí me parece positivo que se intente evitar un descenso, pero lo que no me parece bien es que se magnifique la aplicación de la Ley Concursal. No me parece bien que un club deje de pagar a otro por un traspaso, se declare en concurso, no pague a ese club y venda a ese futbolista. Luego cobre el cien por ciento y compre a otro futbolista. Son situaciones de abuso.

-La distorsión es ya patente. En nuestra Liga el Valencia, tercero, acabó a casi a los mismos puntos del primero (25 ) que del descenso (28). ¿Hay conciencia en la UEFA de que esto puede extrapolarse a las competiciones europeas que disputen Madrid y Barcelona?

-Yo hablo con Bayern Múnich, Inter… y les digo que lo que estamos viviendo en España lo vamos a vivir en Europa. Todos los años, si no hacemos algo y el sorteo no lo impide, la final de la Champions va a ser Madrid-Barcelona. Sólo algunos clubes con multimillonarios árabes o rusos van a poder hacerles frente.

-El reparto de los ingresos televisimos motivó su dimisión en la LFP. ¿En la comisión de juego limpio de la UEFA, en la ECA, que deben velar por eso, qué dicen?

-¿Los grandes clubes europeos qué dicen? Dicen dos cosas. Que les gustaría estar en la situación de Madrid y Barcelona y que como no pueden y entienden que no deben estarlo, que lo que hay que cambiar es la Liga española. Es necesario y urgente que en el fútbol español exista un reparto equilibrado de los ingresos por TV.

-El presidente ha comentado que el Sevilla vive el 30% por encima de sus posibilidades. ¿Cómo y cómo lo hacen Valencia y Atlético?

-Asumiendo riesgos, aunque controlados. Nosotros, para poder cubrir con ingresos el coste de la plantilla, incluyendo sueldos y amortización de traspasos, necesitamos estar en Champions. Dos van a ser siempre Madrid y Barcelona, y las otras dos plazas, que, a veces, se queda en una, nos la repartimos nosotros, Valencia, Villarreal y Atlético. El que la consigue ese año cumple sus objetivos, y el que no tiene un problema económico que si se repite dos años limita el crecimiento. Por eso hay buscar ingresos con ventas de jugadores y otras medidas, publicidad, patrocinios.

-Y los futbolistas no quieren dejar de cobrar. Otra vez huelga...

-Si no hay acuerdo, es bastante probable que no empiece la competición, pero mi duda es y así lo he transmitido allí, si los futbolistas van a hacer una huelga con una jornada simbólica o se van a declarar en huelga hasta que no se llegue a un acuerdo, lo cual sería inviable. A veces, los futbolistas o los representantes sindicales de los futbolistas se olvidan de una cosa, los clubes no persiguen intereses para sí mismos, sino para ellos. El club es una herramienta para recaudar dinero para dárselo a los futbolistas. Los únicos que ganan dinero en el fútbol son los futbolistas y los agentes, no lo ganan nunca los clubes y los más perjudicados de una huelga serán los futbolistas. Si los clubes no les pueden pagar porque no hay competición, tendrán que ir todos a la quiebra, a concurso de acreedores y no podrán mantenerse. Eso no significa que haya que buscar fórmulas para evitar impagos masivos.

-¿El CSD interviene poco?

-Yo soy poco intervencionista. Debe ser una función de tutela. Pero si a nivel interno no somos capaces de poner en marcha un mecanismo de control económico, sí tengo la certeza de que al final el CSD será el que lo impulse, porque la situación es caótica, dramática… El fútbol, que por sistema tiene problemas, en época de crisis más…

-Y en épocas de vacas flacas siempre se dijo que es de la cantera, pero acaba siendo ficticio. Usted está en la comisión de la UEFA que trabaja por evitar casos como el que se vive aquí con Luque.

-La FIFA prohíbe que haya traspasos de jugadores no comunitarios por debajo de 18 y si son comunitarios por debajo de 16. O sea de 16 a 18, si es comunitario, se puede ir libremente. Eso es a efectos de otorgar el tránsfer, luego dependiendo de cada caso habrá unas compensaciones. En la ECA, los clubes que estamos dentro, entre ellos, el Inter y el Sevilla, lo tenemos con el caso Luque. Y ahora, según parece, Cotán. En la ECA, no como un acuerdo vinculante pero sí como una declaración de principios, dijimos que no podemos hacernos los clubes esto los unos a los otros. Ni acudir a casos como con De Sanctis (artículo 17 del estatuto del futboista de la FIFA), ni acudir a casos de jóvenes futbolistas como Luque o Cotán. Hemos dicho decenas de veces que eso no lo podemos hacer. Cuando conocí lo de Luque mi primera gestión fue hablar con el director general del Inter, con el que tengo amistad, y decirle: no me cuentes milongas de que esto no lo conoces tú, pues te recuerdo que hemos estado en reuniones en las que hemos acordado que el Inter no se puede llevar a un jugador del Sevilla en contra de la voluntad del Sevilla, sea del primer equipo o sea de la cantera. Eso no está firmado, pero es un pacto. El Sevilla le ha hecho una oferta a Luque y estamos esperando a ver qué reacción tiene. Si no la firma y se va, intentaremos que recibamos la mayor compensación económica.

-¿Está detrás el 6+5?

-Eso es una cosa de FIFA, que no apoya UEFA ni la ECA. La FIFA organiza competiciones de selecciones y, por tanto, le interesan las selecciones. Le importa un pimiento los clubes, quiere menos días de competición de clubes no para que los jugadores descansen sino para que jueguen más con las selecciones. Cada vez pone más fechas y lo que reparte a los clubes es una migaja. Lo que recaudamos por los que fueron al Mundial lo gastamos en seguros para esos jugadores por si se lesionaban. Y nosotros seguíamos pagándole esos días como si estuvieran en nuestra disciplina.

-En la situación económica actual, ¿qué hará para desfichar?

-Es igual de difícil vender a un jugador cuya cotización ha bajado que fichar a jugadores por debajo de su cotización. Intentamos fichar barato y vender caro. Nosotros no vamos a malvender a nadie. Otra cosa es que se venda más bajo que lo que un medio pueda entender cuál es la cotización. Cuando vendes a un jugador lo que ves no es lo que te gastaste, sino lo que queda de la amortización. Nosotros compramos a Zokora por 8,5 millones, ha estado dos años, entonces su valor es 4,5, póngale 5, y lo hemos vendido por 6. El valor contable no es 8 porque lo he usado dos años, es menos. Al final la venta de Zokora ha representado una plusvalía.

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