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Emocionado adiós a Antonio Benítez

El Betis despidió ayer a un trozo de Betis. Y es que Antonio Benítez no sólo fue un jugador más en la centenaria historia del club verdiblanco, sino que en su fútbol y en su manera de entender la vida se recogen buena parte de las esencias del equipo de las trece barras. Su féretro, portado por sus compañeros del 77, se cubrió con una bandera del Betis como reflejo de lo que uno le dio al otro, como el espejo del Betis que Benítez representó para muchos aficionados.

Antonio Benítez no sólo fue un futbolista de categoría, sino que dejó su impronta en todo aquel que lo trató en primera persona. Esa emoción se sintió ayer en todos los asistentes al sepelio. Un Luis del Sol roto por dentro con la pérdida de un buen amigo o en las lágrimas de la mayor parte de los compañeros que quisieron rendirle el último adiós.

Allí estuvieron Rafael Gordillo, Del Sol, Joaquín Sierra Quino, Rogelio, Gaby Calderón, Macario, López, Alabanda, Cardeñosa, Ortega, Esnaola, García Soriano, Bizcocho, Cobo, Biosca, Salva, Telechía, Del Pozo, Demetrio, Orife, Parra, Casado, Reyes o Diego, quienes como Benítez vistieron la elástica verdiblanca, además de Miguel Guillén, como presidente de la entidad. Pero también acudieron sevillistas como Enrique Lora o Paco Gallego, que mantuvieron rivalidad con Benítez, pero esa que finalizaba en una tertulia distendida.

Pero Benítez, consuegro de Fernando Terremoto, jerezano y residente en Triana durante su estancia en Sevilla, mantuvo una vinculación muy especial con el mundo del flamenco, que tampoco se ausentó en su adiós. Dieguito de la Margara, quien también fuera futbolista, Chiquetete, Manuel Molina o Diego Carrasco despidieron a Benítez, un trozo más de Betis en el cuarto anillo.

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