Mel dejó a Fabricio fuera del amistoso y avivó la polémica
Miguel Guillén tampoco quiso expresar la versión del club sobre las declaraciones del canario.
El toque de atención con el que Pepe Mel buscaba una reacción de su equipo parece que surtió efecto a las primeras de cambio y, a la espera de continuidad cuando vuelva la competición el próximo lunes, el Betis sí fue ayer un equipo con tensión, que pretendió siempre llevar el peso del partido con su sello de identidad de la posesión de balón y que también aprovechó su velocidad en el ataque. No siempre el cuadro verdiblanco jugó con claridad e incluso se erraron algunos pases sencillos, pero el rival era todo un Benfica que peleará en la Liga de Campeones en el grupo del Barcelona.
Si durante el verano Mel insistió con el 1-4-4-2, con las alas bien abiertas, el Betis ayer empleó siempre un sistema con tres centrocampistas, con un 1-4-2-3-1 que le permitió ganar la batalla del centro del campo, ésa misma que perdió ante el Rayo Vallecano y que le llevó a realizar uno de los peores partidos que se le recuerda. Seguro que Mel volverá a utilizar el juego por las bandas, pero con la llegada de Nosa Igiebor y las apariciones de Nono y Salva Sevilla, el equipo verdiblanco está llamado a hacerse poderoso en la zona central, con Beñat y Rubén Pérez como piezas fundamentales del eje.
Compareció el Betis con un equipo mucho más reconocible y que se parecerá en casi todas sus piezas al que el lunes regrese a la competición en Valladolid. Quizá la entrada de Paulao en la zaga, si se recupera de los problemas musculares que le impidieron jugar ayer, y de Rubén Castro en el ataque puedan hacer variar el once de Mel, que, a diferencia de lo ocurrido en los amistosos de la pasada semana ante el Cacereño y el Coria, sí ofreció una sensación de control. Pese a todo, la fuerte presión ejercida por el Benfica dificultó la salida de pelota del cuadro verdiblanco, que desde Casto, siempre intentó hacerla por bajo. Beñat, que realizó un viaje de más de 8.000 kilómetros para estar disponible, intentó llevar la iniciativa del juego, asociándose con un Igiebor que apareció por muchas zonas pero siempre del frente de ataque.
El nigeriano se estrenaba con la camiseta verdiblanca y la atención se focalizaba en su figura. De entrada, su presencia significó un cambio en el esquema con un 1-4-2-3-1 donde ocupó la posición de mediapunta, al estilo de lo que en su día fue Emana. Con un buen primer toque y siempre buscando la asociación con el compañero, Igiebor dispuso de la primera ocasión del equipo, cuando a los cuatro minutos disparó tras una acción de Beñat. Esa ocasión del nigeriano y un mano a mano de Jorge Molina tras una buena jugada de Juan Carlos fueron las acciones más peligrosas del equipo verdiblanco en los primeros 45 minutos.
El peligro del Benfica llegó siempre de las botas de Aimar, cuando el hábil argentino encontró los espacios para conectar con Salvio, Gaitán o Rodrigo. Precisamente, el delantero de la sub 21 española apareció en dos de las acciones de peligro de los lisboetas, primero para asistir a un Lima que remató defectuoso y luego para intentar una vaselina sobre Casto, cuando hubiera tenido otra opción más sencilla.
Con todo, las prestaciones béticas sí se parecieron más a lo pretendido por Mel, con un mayor control de la pelota y buscando la percusión por banda con Juan Carlos y Agra, que comenzaron a pie cambiado para luego pasarse a sus posiciones naturales, como estiletes.
Ni el hecho de encajar un gol nada más regresar de vestuarios, con cuatro cambios ya sobre el césped y Cañas de central, descompuso al cuadro verdiblanco, que continuó llevando el control de juego, ahora con Nono y Salva Sevilla como aglutinadores del balón. Tras el gol de Gaitán, el Betis avisó hasta en dos ocasiones antes de que Jonathan Pereira batiese de preciosa vaselina al meta Artur para colocar el empate en el marcador. El gallego se había encontrado minutos antes con la buena colocación del luso para detenerle un disparo desde dentro del área y seguro que esa jugada anterior lo llevó a buscar el toque sutil por encima, evitando la posición adelantada del meta.
Con el carrusel de cambios, tanto el Benfica, que ya no presionó tan arriba en la segunda parte, como el Betis comenzaron a mostrarse más desacertados en el pase, aunque sería el cuadro verdiblanco el que dispusiera de una última ocasión para llevarse el partido en una acción de Rubén Castro. La aparición del canario fue otra de las buenas noticias para el Betis, que recupera a su delantero para Pucela.
Se tomó muy en serio Mel el último de los amistosos antes de regresar a la Liga y su equipo volvió a ofrecer la versión que el técnico pretende que sea la norma y no la excepción durante la temporada. Intensidad, control del juego y velocidad, pero eso sí, siempre con tres centrocampistas que le permitan dominar una batalla decisiva para su identidad.
BENFICA: Artur; Miguel Vitor (André Almeida, 46'), Luisao, Jardel, Melgarejo (Luisinho, 56'); Matic; Salvio (Nolito, 46'), Aimar (André Gomes, 56'), Gaitán (Bruno César, 60'); Lima y Rodrigo (Ola John, 60'). REAL BETIS: Casto; Nelson, Mario (Cañas, 46'), Dorado, Nacho (Álex Martínez, 73'); Rubén Pérez (Salva Sevilla, 46'), Beñat (Pozuelo, 61'); Juan Carlos (Ángel, 73'), Igiebor (Nono, 46'), Agra (J. Pereira, 54'); y Jorge Molina (Rubén Castro, 46'). Goles: 1-0 (46') Gaitán. 1-1 (69') Jonathan Pereira. Árbitro: Hugo Miguel (portugués). Amonestó a Nolito y Nono. Incidencias: Encuentro amistoso disputado en el Estadio Municipal de Portimao ante unos 4.500 espectadores. Beñat no se desplazó a Portimao en el autobús del equipo y sí en un vehículo junto al presidente, Miguel Guillén.
A última hora de la noche del martes, y tras el tardío entrenamiento que el equipo realizó a puerta cerrada en el Benito Villamarín, Pepe Mel ofreció una lista de convocados para el encuentro ante el Benfica, que se conoció ayer por la mañana de manera oficial, donde incluyó a todos los disponibles a excepción de Fabricio. Y es que al técnico no le sentaron nada bien las declaraciones del canario a Canal Sur Radio, donde el meta dejó dudas sobre un posible exceso de relajación del Betis en el encuentro liguero ante el Sporting de la pasada temporada en Gijón (2-1).
El enfado de Mel, y también de parte de la plantilla, con el meta fue enorme, al no comprender la torpeza de Fabricio con esas palabras que colocan a todos en una complicada posición, ya que se puso en duda la profesionalidad del equipo. Ahora bien, el club verdiblanco y el propio entrenador tampoco fueron capaces de echar agua al incendio creado, sino todo lo contrario. La decisión de Mel de dejar fuera al canario de la expedición a Portimao, donde anoche se midió al Benfica, sólo sirvió para avivar una polémica que todavía desconoce sus consecuencias finales. Si Mel ya pensaba sentar a Fabricio por una cuestión deportiva -el rendimiento del meta en las dos primeras jornadas ha estado lejos de lo esperado-, ahora la cuestión aparece como una pérdida de confianza hacia su persona.
Por si fuera poco, el presidente, Miguel Guillén, que acudió junto a su homólogo sevillista, José María del Nido, a un acto en el Ayuntamiento con el alcalde Juan Ignacio Zoido, tampoco respondió a las preguntas de los medios de comunicación, perdiendo la ocasión de ofrecer la versión oficial de la entidad verdiblanca. La acusación vertida sobre la entidad y los jugadores -se apunta a una posible relajación para favorecer al Sporting, que se estaba jugando un descenso que al final no pudo evitar- bien hubiera merecido una versión del Betis, toda vez que las palabras de Fabricio dan lugar a una interpretación muy negativa.
Tras la buena actuación de Casto ante el Benfica, parece que Mel no tendrá duda alguna sobre el dueño de la portería ante el Valladolid, aunque la salida de Fabricio no sólo se produzca por un aspecto deportivo. El exceso verbal del meta canario no gustó al entrenador, que ahora tendrá que volver a ganarse su confianza, ya no sólo para competir como titular sino para tener opciones de entrar en la rotación.
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