La pasada temporada, con el Sevilla inmerso en un bache de juego y resultados, Manolo Jiménez apostó por Fazio como medio centro ante el Villarreal y le cambió la cara al equipo. La solución se vio refrendada con otros dos grandes partidos en Santander y en el campo del Betis. El argentino se puso de moda como ahora le ha pasado a Capel, de forma igualmente justificada. Jiménez dio con la tecla y mañana podría darse el reestreno de dicha solución táctica.

El campeón olímpico ya no es tan tajante a la hora de definirse como central. Se va haciendo a la idea de que Jiménez cuenta con él como una piedra angular de su equipo y ofrece su versatilidad: "Yo trataré de adaptarme a todo tipo de juego. En Argentina siempre se cambia de sistema táctico según el partido, un partido se juega de una forma y el siguiente, de otra. Y yo no me quiero estancar en un puesto. Estoy acostumbrado a que los jugadores no tienen una sola posición, y en mi caso puedo actuar de central o de medio centro. En cualquier lado menos de portero. No voy a elegir un puesto fijo", afirma con rotundidad el jugador de 21 años.

Después de una pretemporada inmaculada de Maresca y Romaric, el atasco ofensivo en Santander y la cercanía del derbi podrían provocar ese cambio táctico. "Ellos hicieron su negocio -dice sobre el Racing-, esperar y salir a la contra. Fue el primer partido de la temporada y de acá adelante se van a ir salvando los errores". Una de esas correcciones apunta a su inclusión en el once: "El míster me conoce muy bien y sabe que puede contar conmigo de central o de medio centro. Fue muy positivo cuando jugué de medio centro, e hice goles, pero también tengo una sensación muy positiva de cuando actué de central, y ahí también puedo hacer goles, en las jugadas de estrategia".

Su experiencia en Pekín será inolvidable para él y le ha hecho madurar: "Es algo impresionante, jugar en la selección para los argentinos es lo máximo y más todavía salir campeón olímpico. Nunca me imaginé de chico que podía llegar a esto". Ahora quiere más: "Sé que me llegará mi oportunidad en la absoluta, pero tengo 21 años".

Argentina vuelve a salir a la palestra como ejemplo a seguir: "Siempre que vamos a la selección es para salir campeón y no nos conformamos con la segunda plaza. Y acá en el Sevilla tiene que ser igual". Eso sí, hay que matizar esa ambición: "Acá los favoritos son Madrid y Barcelona. Pero en los últimos años el Sevilla ha estado arriba y ya no tiene el papel de sorpresa. No será algo nuevo que el Sevilla pelee por los puestos de arriba. Y esa presión es buena. Cada jugador es distinto, pero, en mi caso, cuanta más presión tengo mejor juego, mejor me salen las cosas. Desde chiquito soy así. Y el Sevilla tiene lo mismo. En los partidos clave, siempre salió adelante. Los partidos con grandes equipos como el Arsenal, el Real Madrid, los grandes partidos europeos, los títulos de UEFA, la Supercopa... Y en la temporada pasada tuvo partidos clave para la clasificación europea que también los sacó jugando con mucha presión. Cuanta más presión, mejor juega el Sevilla".

Una presión extensible a toda la plantilla y a su compatriota Acosta, quizás el que tiene más competencia: "Lautaro se caracteriza porque puede pelear de igual a igual con cualquiera en las bandas y en la mediapunta, por la derecha o por la izquierda. Yo lo conozco muy bien y está muy capacitado para pelear el puesto. Puede jugar como Adriano, tiene la velocidad de Diego y el regate de Jesús. Pero es diferente", dice sobre el otro campeón.