Último vagón a la Copa

Quedan 10 partidos para que se cierre la primera vuelta y los planes no están saliendo por el momento. El Cajasol no ha arrancado a sudar esta temporada y esa traba se aprecia con claridad en los resultados obtenidos. Dos victorias y cinco derrotas son el pobre balance del equipo en este arranque, con el problema añadido de haber enlazado cuatro tropiezos en una nefasta racha que debe ser cortada hoy mismo. En caso contrario, la Copa del Rey, primer reto del club, empezará a verse como una quimera. Es el último vagón, prácticamente, para engancharse en la pelea por entrar con los ocho mejores con vistas a competir en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid el próximo año.

Este Cajasol que no termina de carburar en poco se asemeja al que deleitó el pasado curso como revelación del torneo liguero, honor reconocido por todos los estamentos de la ACB. Sólo la tremenda alegría cosechada el pasado martes en Chequia, en el estreno en la Eurocup contra el Nymburk, permite pensar que el equipo puede levantar el vuelo en breve después de un inicio timorato. En el envite contra los centroeuropeos, el impulso de Urtasun contagió a los demás para machacar a su oponente gracias al recital ofensivo del último cuarto. No se echó en falta entonces a Calloway y aunque el estadounidense de origen no estaba en su mejor momento, sí habrá momentos en que el equipo se acuerde de él. Satoransky está creciendo, pero a él solo le debe pesar tanta responsabilidad. Urtasun, Bullock y Kirksay estarán para ayudar en la dirección, incluso Sastre estuvo fino con un trabajo oscuro y efectivo en defensa en el encuentro en Chequia. Todos tendrán que concienciarse de la ausencia del base titular, a la espera de que se concrete la llegada de un sustituto.

La decepción en Granada de la pasada semana, cuando cayó derrotado el Cajasol tras un partido controladísimo y en el que desperdición Kaloyan Ivanov el tiro de gracia, casi sobre la bocina y bajo la canasta, para sumar la tercera victoria, que hubiera sido la primera a domicilio, tornó en felicidad en Chequia, el martes, cuando se prevía un duelo durísimo y en cambio el último periodo fue una balsa de aceite, merced a su acierto atacante, para los sevillanos. Hay que ir recuperando la identidad de antaño, por mucho que haya más jugadores de corte ofensivo en la plantilla, y aplicarse en defensa a tope. Y tiene que ser ya. La expectación generada la pasada campaña en Sevilla con un Cajasol luchador y ganador no puede evaporarse a las primeras de cambio.

Será el conjunto de Pedro Martínez, el Gran Canaria 2014, el rival que debe derribar en la lona hoy en San Pablo el Cajasol. Los isleños tienen la costumbre de vencer en casa y perder fuera, así que en el pronóstico parte con una leve ventaja el bloque local.

El equipo grancanario también ha meneado bastantes nombres en su relación de jugadores, manteniendo a clásicos como Savané y Moran, y continuando en nómina el mejor artillero de la ACB, Jaycee Carroll, un escolta tan peligroso como individualista. Las incorporaciones realizadas este verano son jugadores de complemento que apoyan a las principales referencias. Taurean Green no tuvo una etapa muy brillante en su paso por Zaragoza y en Las Palmas está dando un mejor nivel; Bramos es un rocoso alero que se las verá con Kirksay; Wallace y Nelson son dos hombres potentes para el juego interior, mientras que los jóvenes Beirán, especialista en el tiro, y Xavi Rey, pívot con ganas de revancha por las pocas oportunidades de que dispuso con Plaza, cuentan con la confianza de Pedro Martínez.

Al Cajasol ya no le valen las excusas de la adaptación y tampoco la ausencia de Calloway puede sacarse a colación. Tiene la obligación de desquitarse de las cuatro últimas derrotas seguidas y seguir aspirando a clasificarse para la Copa del Rey. Katelynas e Ivanov necesitan subirse al carro de Paul Davis, que va entendiendo poco a poco qué se le exige y ha mejorado bastante sus prestaciones. Los dos ala-pívots, en cambio, están lejísimos de hacer olvidar a Savanovic. Por ahora.