Vuelco en las sensaciones

Emery dilapida con sus malas decisiones en Valencia su margen de crédito ante una afición que lo señala y abre el debate, del sistema a los cambios y la portería.

Emery, cabizbajo mientras Djukic celebra un gol del Valencia.
Eduardo Florido / Sevilla

24 de septiembre 2013 - 05:02

De golpe y porrazo, Unai Emery, por sus decisiones tácticas más que por la posición de colista, se ha puesto él solito en el centro de todas las críticas de la misma afición que hasta hace una semana le daba margen de crédito. Perder en Mestalla entraba dentro de la lógica, como también hacerlo en el Camp Nou, algo habitual, o caer en casa ante el Atlético, nada extraño en los últimos tiempos. Sin embargo, la lectura positiva que se les daba a las sensaciones que brindaba el Sevilla pese a no sumar puntos en este difícil arranque ha dado un vuelco absoluto por la forma en que Emery entregó el partido en Valencia.

Ante un rival moribundo que mostró un estado de nervios propicio para la remontada, el guipuzcoano reaccionó de la peor forma, con un cambio determinante para intentar plasmar precisamente lo que se le estaba demandando, más piezas en la medular para adelantar a Rakitic. Fue una concesión a la galería de lo más inoportuna. Ahora, el entrenador está más que señalado y sólo la bonanza del calendario venidero mantiene un hilo de margen.

El propio Emery y sus ayudantes aún deben estar dándole vueltas a esa decisión por la que Gameiro fue el elegido para dejar su sitio a Cristóforo. De hecho, ayer se echaron de menos sus habituales análisis pospartido en su blog. Pero no fue sólo este cambio lo que provocó que el Sevilla se entregara en Valencia. El colista lo es por varios factores, entre los que sigue siendo decisivo la forma en que Emery dispone al equipo.

Justo cuando Emery se decidió a adelantar la posición de Rakitic, que ha centrado el debate hasta ahora, se le cayó el castillo de naipes. La llegada de Marko Marin al Sevilla ha pasado de ser un motivo de mucha ilusión y expectación a un verdadero problema táctico. El técnico ya ha explicado en varias ocasiones por qué no sitúa al bosnio-alemán junto al suizo-croata. En su obsesión por ofrecer un sistema simétrico basado en el esquema del 4-2-3-1, no ve a Marin con la capacidad de abandonar el centro de la línea de tres cuartos para actuar desde un flanco y dejarle hueco ahí al mejor hombre del Sevilla, su capitán y el alma máter del equipo, Rakitic.

El internacional croata también le ha dejado caer al técnico, según confiesa éste, que no quiere actuar como en su selección, donde sí suele partir desde la izquierda para situarse como falso extremo y caer continuamente hacia el centro. Es decir, que el entrenador de Fuenterrabía no encuentra la fórmula para que los dos hombres más talentosos en la parcela creativa actúen juntos por detrás del delantero y por delante de dos mediocampistas específicos, ya sean éstos M'Bia, Cristóforo, Iborra o Trochowski.

Las dos veces que se ha decidido por esta opción el Sevilla mantuvo como pudo el tipo ante el Barcelona e incluso tuvo una dignísima reacción y ganó en Estoril. ¿Por qué volvió a retrasar a Rakitic en Mestalla si le había ido medio bien en sus dos anteriores salidas como visitante? Que anteponga a debutantes en la categoría como Vitolo o Jairo, en un equipo en el que sobra bisoñez, a la posibilidad de que los dos hombres franquicia encuentren la conexión idónea en ataque es otra lectura negativa del asunto.

Pero con las derrotas se suelen abrir los debates en la búsqueda de explicaciones y en la calle ya se ha instalado uno nuevo. El de la posición de Rakitic ya aburre y el aficionado se pregunta si Javi Varas no salvaría más puntos que Beto, al que también se le da su parte alícuota de responsabilidad al menos en dos de los tres goles encajados por el Sevilla en Mestalla. Emery le dio la titularidad al meta sevillano en Estoril y éste respondió incluso salvando la victoria en el último suspiro. Y también realizó paradas de mérito en su única titularidad hasta ahora en la Liga, por lesión de Beto, ante el Málaga.

Evidentemente, el Sevilla está notando las bajas en el sistema defensivo de Pareja, Fazio y Carriço, así como las de hombres que ofrecerían otras variantes en ataque: Perotti, Reyes y Cheryshev. Y este cúmulo de bajas, unido a la dificultad del calendario inicial, con sólo dos partidos en casa (Atlético y Málaga) y tres salidas complicadas (Levante, Barça y Valencia) habían minimizado los pésimos resultados hasta el desatino de Emery en Mestalla. Precisamente el calendario y el regreso paulatino de lesionados le puede suponer una agarradera al técnico. El Sevilla recibe de aquí a noviembre a Rayo, Almería, Osasuna y Celta, y va a Anoeta, Valladolid y el Bernabéu. A estos dos factores debe agarrarse Emery, pero el margen se le ha terminado, al menos ante el veredicto de la afición...

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