Pepe Mel no acudió en momento alguno al estadio Benito Villamarín, donde se celebraba la reunión del consejo. Desde su casa, el técnico preparaba el entrenamiento del día siguiente, a la espera de noticias. Finalmente, Mel se enteró de su despido por las redes sociales, ya que la noticia se filtró antes de que el club lo informase de la decisión.

"Me parece lamentable que eso haya sucedido. El Betis no se merece una conducta así, la persona responsable de esa conducta no se la merece el Betis y debe hacérselo mirar, por muy cercana que esté al Betis. Hemos querido ser cuidadosos en cuanto a la comunicación de la decisión. Inmediatamente después de decidir, el tiempo que se tarda de la sala de junta al despacho inmediato, he llamado a don José Mel Pérez. Me ha costado localizarlo unos minutos, muy pocos. Alguien ha cometido la tropelía de poner en conocimiento de la prensa antes que a Mel lo que pretendíamos comentarle. Lo siento muchísimo", manifestó el presidente, Juan Carlos Ollero, muy molesto con lo sucedido.

Y es que el club deberá abordar con el técnico la negociación de su rescisión. "Los detalles del contrato del entrenador no los hablamos aquí. No nos hemos parado y no hemos dedicado ni un minuto al coste de la rescisión. Los criterios han sido deportivos y de club. Estas cuestiones se dejan para después y se hablan con los abogados", manifestó Ollero, conocedor de las cláusulas que aparecen en el contrato de Mel y por las que a éste le correspondería cobrar la totalidad de este año e incluso la del que viene.

Y es que sólo en el caso de que el equipo bético hubiera estado en descenso, Mel percibiría hasta el día de su despido. Además, esta cláusula indicaba que la situación clasificatoria se revisaría cada diez encuentros, por lo que habría que haber esperado hasta la jornada 30 para poder aminorar el coste de la destitución.