Pocas veces el tenis ofreció un abismo de contrastes entre hombres y mujeres tan marcado como el de 2010: mientras Rafael Nadal hacía historia a raquetazos, las hermanas Williams y compañía desconcertaban.

Nadal se llevó tres de los cuatro Grand Slam, mientras Roger Federer conquistaba el restante y el Torneo de Maestros en una rivalidad que sigue firme y promete más emociones.

"Fue el mejor año de mi vida", admitió casi lo obvio el español, que al ganar en septiembre en Nueva York el Abierto de EEUU se convirtió en el séptimo hombre en la historia en haber conquistado al menos una vez los cuatro grandes: sólo Fred Perry, Donald Budge, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi y Federer habían logrado semejante hazaña.

Nadal, además, logró una infinidad de marcas e hitos estadístico-históricos a lo largo de una temporada en la que uno de sus grandes logros fue no lesionarse de gravedad.

'Corona libre' entre las tenistas

A la vibración histórica de los hombres se le contrapuso un circuito femenino que va de mal en peor. Serena Williams jugó apenas seis torneos en el año, aunque ganó dos de los grandes. Luego, una insólita lesión sumió su figura en el misterio, similar al de su hermana Venus, otra jugadora part time.

El síndrome de las número uno sin historia como sustento, que parecía controlado tras el interregno de Dinara Safina, volvió con fuerza con la danesa Caroline Wozniacki. Y Kim Clijsters, ganadora de su segundo Abierto de EEUU consecutivo como reciente madre, demostró las oportunidades que ofrece el tenis femenino.

La Copa Fed, un certamen que intenta, pero ni por asomo logra parecerse a la Copa Davis, tuvo por tercer año consecutivo a Italia como campeona, otra señal del estancamiento en el circuito de la WTA.

La mejor historia del tenis femenino en 2010 pasó, sin dudas, por la italiana Francesca Schiavone, veterana e inesperada campeona de Roland Garros, dueña de un revés a una mano que es excepción en un circuito plagado de robóticos golpes a dos.

Mientras la tradicional Copa Mundial por Equipos de Düsseldorf anunciaba su desaparición, la Davis, que atesora toda la vibración que le falta a la Copa Fed, sumó un nuevo campeón, Serbia, un país en el que el tenis es pasión nacional.

El 'tercer hombre'

Buena compensación para un Novak Djokovic que sigue soñando con ser el tercer hombre, la cuña entre Nadal y Federer. Por ahora, no puede, siempre está un escalón por debajo de los dos gigantes. Lo mismo le sucedió al británico Andy Murray, que al menos pudo intentarlo: el argentino Juan Martín del Potro, campeón del Abierto de EEUU 2009 y gran esperanza para cortar el duopolio, estuvo casi todo el año sin jugar debido a una lesión de muñeca por momentos tan misteriosa como los devaneos de las Williams.