La ventana
Luis Carlos Peris
El genio se deja querer
Anda José Antonio aireándose por el mundo, como escapando de la rutina que suele proporcionar la cercanía, ese día a día en que no pasa nada. Está viviendo el cigarrero como una especie de luna de miel con la propia vida y lo mismo está hoy en París que mañana opta por seguir la napolitana estela que dejó Maradona. Lo último ha sido la recepción de un premio en Verona, la ciudad donde el amor imposible de Romeo y Julieta. Se ve al torero más enjuto, lo que provoca que la esperanza de la afición se desboque y empiece a creer posible la presencia de Morante en el patio de caballos cuando sea Domingo de Resurrección. Mientras tanto y como donde hay confianza da asco, en el Ayuntamiento de Sevilla anhelan la llamada del cigarrero dando fecha para recibir la distinción que Sevilla le ha concedido. ¿Para cuándo ese acontecimiento? Quién sabe cuándo será la feliz noticia y cuándo decidirá dar por terminada la tournée para corresponder a su tierra, que nunca es tarde si la dicha lo merece.
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