"Si bajamos, el año sería un desastre"

Señalado directamente en algunos encuentros por sus errores atrás, Jordi Figueras, como el Betis, ha encauzado su temporada en este último tramo del campeonato, aunque puede que la reacción del equipo llegue tarde. Todo pasa por empezar a sumar en la Liga, aunque antes queda otro derbi europeo que el conjunto verdiblanco, según el central, debe afrontar "como si fuera a partido único: "Debemos salir como si fuéramos 0-0. No sólo queremos pasar, sino también ganar el segundo partido".

Sin embargo, el defensa es realista y reconoce que la alegría que supondría superar esta ronda no taparía la mediocre campaña. "Si eliminamos al Sevilla y el equipo desciende a Segunda, la temporada sería un desastre, no tiene otro nombre. Lo que da de comer al club es la Liga. Pelearemos hasta el final por mantenernos", indicó el ilerdense, quien, de vuelta a la competición continental, recordó que con "la ventaja de dos goles el equipo no puede volverse loco". "Hay que ser inteligentes para saber llevar el encuentro. La eliminatoria está abierta y no hay que relajarse ni ir hacia arriba. Ellos con espacios son muy buenos, de tres cuartos de campo hacia adelante tienen jugadores de mucha calidad y tendrán que jugársela. Tampoco digo que nos vayamos a meter atrás, sería un error por nuestra parte. Ellos son los que tienen que arriesgar y nosotros debemos esperar, pero sabiendo que tenemos gente de calidad y veloces que pueden hacer mucho daño", afirmó.

Cuestionado sobre la forma de motivar del Sevilla a sus jugadores, Figueras entiende que "cada uno juega sus armas" y que el Betis también lo hace "a su manera". "Llevo aquí ocho meses y todos hablan del derbi, todos quieren ganar al Sevilla y no hace falta una motivación extra. Nosotros estamos al 120% motivados de cara al partido e imagino que la afición aún más", destacó.

Una de las claves de que el conjunto heliopolitano esté vivo en el cruce es la mejoría que se ha producido en el grupo, visible tanto en el apartado individual como en el colectivo. ¿Qué ha cambiado? "Creo que fue a partir de la victoria contra el Espanyol. Nos dimos cuenta de que el equipo podía y a día de hoy lo seguimos pensando. La situación es muy complicada. Hay muchos equipos ahí metidos, quedan encuentros entre rivales directos", indicó Jordi, que se ofreció como improvisado lateral zurdo -"ya he jugado otras veces y estoy para lo que quiera el técnico", señaló- y apuntó al plano anímico y al entrenador como claves de la mejora: "El míster tiene parte de culpa. Encontró un equipo muy bajo de ánimos y lo levantó. En lo personal, creo que cuando un equipo va bien, cada uno sobresale un poco más y al contrario. Es muy injusto culpar a un solo jugador de la mala racha. Todos tenemos fallos, los asumí en su momento y los sigo asumiendo".