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La constante búsqueda del mejor once posible

  • Emery no ha repetido ni un equipo en los diez primeros partidos y ha usado varios sistemas y a todos los jugadores excepto Escudero y Luismi.

La esperanza ha vuelto a instalarse en el horizonte del Sevilla después del triunfo sobre el Barcelona. Como en un alfa y omega de los diez primeros partidos, la ilusión temprana de la Supercopa se reabre tras la victoria. En medio, un vaivén de sensaciones que retoma la línea ascendente. Claro que esta conclusión está en cuarentena hasta que el Sevilla retome la competición el sábado que viene en Éibar. Todo lo catártico que tuvo el golpe en la mesa con el que el equipo embocó el mes de octubre podría volver al amargor de septiembre si no compite en Ipurúa.

La primera decena de encuentros del curso da para un análisis pormenorizado de las causas y los factores que han llevado al equipo blanquirrojo a esta situación de incertidumbre. La primera de ellas es bien sencilla: entre bajas, adaptación de los diez fichajes y giros tácticos, Unai Emery no ha repetido ni una sola vez el once inicial. No es nada extraño, pues en sus primeros 100 partidos en Primera con el Sevilla, que cumplió en Las Palmas, tuvo 96 alineaciones.

Algunos destellos de luz han brillado en medio de la penumbra de un inicio de curso que no ha respondido a las elevadísimas expectativas que propició este verano. Sobre todo en las segundas partes: en la Supercopa, ante Atlético, Celta, Rayo y Barcelona en la Liga, y frente al Borussia Mönchengladbach en la Champions. Sólo en la mitad de esas reacciones en las que el equipo se reconoció a sí mismo sacando su característica intensidad lo acompañó el éxito, de ahí el escaso bagaje de victorias que acumula, sólo tres. El resto, dolorosas derrotas, empates insulsos, bandazos tácticos, incluso alarmante pérdida de identidad. Fue justo ante el Barça cuando el Sevilla de Emery se reencontró a sí mismo y recordó al de otros años.

En la búsqueda constante de su once más competitivo, Emery se ha visto condicionado por la doble necesidad de ir paliando las bajas que ha sufrido -hasta nueve cuando visitó a la Juventus- y de ir introduciendo a los costosos fichajes. En ese proceso, pasó del habitual 4-2-3-1 al 4-4-2, un sistema que tuvo su peor cara en Las Palmas, donde, con cuatro medios, Krychowiak, Cristóforo, Krohn-Dehli e Iborra, y dos delanteros, Llorente e Immobile, el Sevilla fue un espectro deambulante por el pésimo césped. Fue la sima de la trayectoria. La vuelta al esquema de siempre y la irrupción de Konoplyanka enderezaron el rumbo ante el Rayo. El 4-4-2 de Turín, con Konoplyanka en la derecha y Reyes de segundo punta, fue otra vuelta al negro. Y frente al Barcelona, único partido en el que Emery no usó al ucraniano -en Las Palmas sufrió una fiebre-, el equipo le dio continuidad a esa senda reencontrada del 4-2-3-1.

El técnico sevillista ha usado a casi todos sus jugadores, excepto el lesionado Escudero y Luismi -ni un minuto pese a las lesiones en el eje defensivo-, siendo Krychowiak y Coke los únicos que han jugado los diez partidos como titulares. El polaco, de hecho, ha jugado todos los minutos. Gameiro se ha confirmado como el delantero de referencia, con diez partidos, ocho titularidades y tres goles. Y Krohn-Dehli es el fichaje que más partidos ha jugado, nueve, pero el que más minutos lleva es Andreolli (630 en siete citas), mientras que N'Zonzi es el tercer refuerzo en número de minutos (566 en siete partidos), seguido de Konoplyanka (8 partidos y 300 minutos), que suma los mismos minutos que el lesionado Rami (en tres partidos solo). Más lejos quedan Llorente (7/284'), Immobile (6/168'), Mariano (5/166') y Kakuta (1/30').

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