"Nosotros tenemos muy claro la idea que tenemos de centrales para sus condiciones económicas. Si interesan avanzamos y si no descartamos". Con estas palabras, Monchi aclaraba cuál es la idea del Sevilla a la hora de fichar al central que busca para redondear la plantilla, una idea también extensible para el lateral derecho. Por la economía del club, en un año sin Europa y con un recorte en los ingresos por socios, por las previsibles bajas y por el abaratamiento de los precios, la dirección deportiva tiene escaso margen de maniobra. La prueba fue el último intento por Sivok, reconocido por el propio José María del Nido. Su agente se plantó en unas condiciones leoninas y fue descartado.

Se da la circunstancia de que Jiri Müller, el agente del central internacional checo que ha quedado libre del Besiktas, también lo es del Fulham, y eso dificultó aún más la operación. Pero lo que frenó en seco la negociación producida en Mónaco la semana pasada fue las elevadas pretensiones del jugador. Müller pidió un millón y medio de euros por prima de fichajes y más de un millón neto por temporada. Salía más caro que Cata Díaz, al que el Sevilla intentó sacar sin coste de traspaso o con un mínimo precio antes de que se entrometiera el Atlético de Madrid.

Otros casos, como Botía, ya se salen completamente de esos parámetros. Pese a la juventud del futbolista y su proyección, el Sevilla no está en condiciones de pagar 4 millones de euros por él.