Munuera Montero alargó el gozo del Betis de Pellegrini

El derbi sevillano | Contracrónica

La suspensión temporal del derbi, laboratorio de los nuevos protocolos, rubrica el cierre del círculo del entrenador chileno, que se regaló su primer triunfo en Nervión dos días después de su renovación

Opinión: La penúltima pica de Manuel Pellegrini

El contraste entre el gozo del Betis y ela decepción del Sevilla.
El contraste entre el gozo del Betis y ela decepción del Sevilla. / Antonio Pizarro

Algo tendrá el derbi que sólo tiene el derbi para que los nuevos protocolos también lo elijan como el campo de prueba de los experimentos. En la temporada 2019-20 fue el primer partido que se jugó tras la suspensión temporal de la Liga por el Covid. La primera suspensión temporal que sufrió un derbi, con reanudación a los diez minutos, también tenía que ser en el partido de la máxima rivalidad según Sevilla. El fútbol español parece solazarse con las virtudes y los defectos del fútbol sevillano. No siempre es la fiesta prometida, aunque al beticismo poco le importará. Tuvo más tiempo de gozo y felicidad.

El incontestable triunfo del Betis sobre el Sevilla cerró el círculo de Manuel Pellegrini, que se dio a sí mismo un regalazo dos días después de renovar su contrato hasta 2027. Como obsequio, su primer triunfo en Nervión en el partido de rivalidad. Y José Luis Munuera Montero se erigió en el primer árbitro andaluz en dirigir un derbi por la nueva norma no escrita del Comité Técnico de Árbitros que derriba el sacrosanto criterio de la territorialidad. También tenía el jiennense el prurito de aplicar con rigor los nuevos protocolos, que los focos estaban sobre su arbitraje: tras avisar por megafonía que se detuvieran los lanzamientos de botellas de agua, lo suspendió en el minuto 86 -según el acta arbitral- tras caer otra botella junto a Álvaro Valles y un mechero.

La incomprensión de la suspensión de los técnicos

En un derbi ya sentenciado a favor del Betis, a los dos entrenadores sudamericanos, como al resto de profesionales de los dos equipos, les extrañó sobremanera la suspensión de cinco minutos cuando apenas quedaban dos de tiempo reglamentario. Por entonces, dos minutos después de la roja a Isaac, el Sevilla ya era un juguete roto a manos del Betis.

“Con lo que quedaba no entendía la decisión, pero me explicó el árbitro que por protocolo tenía que hacerlo. Es lamentable acabar el encuentro así, pero eso no empaña nuestro buen partido”, dijo Pellegrini cargado de razón. “Junto al entrenador del Betis le decíamos que lo terminara. Pero hay unos protocolos que hay que respetar y que uno no sabe y si el árbitro tomó la decisión sabe por qué la tomó. Creo que se iba a hacer todo más largo”, dijo Almeyda.

El argentino, que ha vivido muchos River-Boca, añadió enfadado que si el árbitro pensaba que iban a tirar flores... Bueno, no se trata de justificar lo injustificable, por mucho que por otros lares los partidos de rivalidad lleven la pasión a extremos más agrios.

El arzobispo y el alcalde lo vieron todo desde el palco

El derbi del estreno de un andaluz como árbitro fue presenciado in situ, en el palco de autoridades, por el arzobispo de Sevilla y por el alcalde de la ciudad. José Ángel Saiz Meneses es un hombre que está muy encima de todo lo que ocurre en la Archidiócesis hispalense y, pese a que tuvo algunos problemas en el acceso por los controles de seguridad y la acumulación de aficionados, vio en directo todo lo ocurrido, al igual que José Luis Sanz, que presidió el partido junto a los máximos mandatarios de los dos clubes. No habría estado mal una cámara oculta que desvelara sus comentarios durante la suspensión...

El técnico sevillista dio en la tecla sin querer: lo único que consiguió Munuera Montero en su debut en un partido así fue alargarlo todo. Sobre todo el gozo de un beticismo que disfrutó a lo grande con el triunfo inapelable en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Ambas aficiones se dedicaron cánticos subidos de tono durante ese parón de diez minutos. Al delegado de LaLiga que anota los soeces exabruptos que se sueltan en los campos de fútbol también tuvo más tiempo de apuntar el discurso procaz que emanaba de una grada enardecida con la suspensión. Pero el protocolo manda. A veces antes que el sentido común.

Munuera Montero explica a los delegados y capitanes del Sevilla y el Betis la suspensión del partido.
Munuera Montero explica a los delegados y capitanes del Sevilla y el Betis la suspensión del partido. / Antonio Pizarro

O no: lanzar botellas de agua no conduce absolutamente a nada positivo, salvo mandar al garete el concepto buenista de El Gran Derbi con el que la patronal que dirige Javier Tebas quiere ofrecer al mundo el partido de íntima rivalidad de la ciudad de Sevilla. En ningún caso se tirarán flores...

Un Betis superior aun sin sus primeros espadas

El Betis ganó sin sus primeros espadas. Sin Antony, que no obtuvo clemencia alguna de los distintos comités y tribunales; sin Isco ni Amrabat, tras la grotesca acción en la que el segundo dio una patada en la espinilla del primero en su afán de disparar a puerta; sin Lo Celso tampoco. En el Sevilla faltaba gente importante también. Las lesiones de Suazo y Rubén Vargas, dos de sus mejores hombres, dejaban con lo puesto a Almeyda, que ni siquiera pudo alinear a tres de los que acababan de salir de lesión y también son primeros espadas: Agoumé, Alexis e Isaac.

Que el Betis ganara sin sus estrellas a un Sevilla estrellado por su deriva de los últimos años es otro síntoma de gozo del beticismo, que se tentó la ropa cuando asombrado presenció el patadón de Amrabat a Isco. La creciente trayectoria verdiblanca deglutió a la decreciente trayectoria sevillista. El círculo simbólico de la vuelta de la tortilla lo empezó a abrir Pellegrini ganando el derbi copero de enero de 2022 -con una suspensión de las de siempre- antes de su primer derbi de Liga en Heliópolis el pasado marzo. Y lo cierra con otro triunfo incontestable ya en Nervión. Al final lo que queda es esto, por encima de los protocolos: el bético se levantará ufano y feliz tras presenciar la concreción total del sorpasso.

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