A falta de 11 partidos para el final del campeonato, el Betis de Pepe Mel consiguió la famosa cifra de los 43 puntos, ésa que en otros tiempos significaba el fin de la temporada. Era la época de Manuel Ruiz de Lopera al frente del club y el ex dirigente pregonaba que con esa puntuación se lograba la permanencia, después de que su equipo descendiera años antes con 42 puntos, aunque campeonatos posteriores demostrasen que incluso en ocasiones se necesitan todavía más para asegurar la categoría.

Este Betis se presenta con rasgos diferentes. Desde los despachos al terreno de juego. Desde la integración en la sociedad, con la celebración del Día de la Mujer y ese palco repleto de féminas y presidido por Isabel Simó, a la ambición exhibida tanto por la dirección deportiva, con la apuesta por reforzar a la plantilla en enero, como por su entrenador, el mismo que mantiene el legítimo sueño de competir con el Betis por Europa.

Y es que sobre Mel giran las claves en verdiblanco. Desde su valentía para hacer debutar a un jugador fichado para el filial en enero como Fausto, a la claridad para apostar por Pabón en lugar de Beñat cuando más torcido parecía el encuentro tras el empate de Osasuna. El colombiano, en apenas ocho minutos que apareció sobre el césped, al tener que marcharse lesionado tras una fuerte entrada de Arribas, revolucionó el partido y su excelente asistencia a Rubén Castro sirvió para que el canario se reencontrase con el gol.

La sociedad entre Pabón y Rubén comienza a ofrecer su rentabilidad. Si en Anoeta el canario ejerció de asistente para que el colombiano igualase el partido ante la Real Sociedad, ayer éste interpretó a la perfección el desmarque en diagonal de Rubén, que se plantó ante Andrés Fernández, al que superó con un toque cruzado con el pie derecho, después de vencerlo con una finta propia de un gran goleador.

El Betis de Mel ya puede presumir de haber logrado el objetivo que se le planteó allá por el mes de agosto, cuando los dirigentes colocaron el listó en una permanencia sin apuros y mejorando la posición de la pasada temporada. A falta de 11 partidos, el cuadro verdiblanco ya ha ejecutado las órdenes que se le impusieron desde las más altas instancias, pero con 43 puntos y metido de lleno en la lucha por disputar una competición europea, nadie renuncia a llegar hasta una meta que hace unos meses parecía lejana.

Es el Betis de los nuevos tiempos, el que se abre a la ciudad y a sus béticos con iniciativas de toda índole ejemplarmente orientadas desde su departamento de márketing. Y, sobre todo, es el Betis que hace soñar a los suyos con volver a ser EuroBetis.