La señal positiva de que Sergio Rico no debutara aún

Ni a la novena ocasión en que era convocado con España pudo ser. En Cluj, Rumanía, Sergio Rico se volvió a quedar los 90 minutos en el banquillo. Parecía que sería la definitiva. Hasta el seleccionador, Vicente del Bosque, expresó en los días previos su intención de hacerlo debutar con la absoluta ante Italia o Rumanía: "Intentaremos que jueguen todos, incluido Sergio Rico". Al final, el sevillista fue el único que no jugó un solo minuto.

El flemático entrenador salmantino argumentaba tras el partido del domingo ante los rumanos su decisión contraria: "Utilicé los cambios para ganar el partido, ya habrá ocasión para que Sergio Rico debute". El guardameta sevillista puede extraer una lectura de estas palabras: Del Bosque, viendo la dificultad de ganar el partido en Cluj, prescindió de cambiar a Casillas, que además fue de los más destacados dentro de un tono muy gris del equipo, y emplaza a Sergio Rico, o eso dice, a un futuro. Y el futuro es la Eurocopa: la próxima lista será la definitiva para defender la corona. Si el seleccionador no tiró de Sergio Rico el fin de semana pasado, puede ser porque ya tiene decidido incluirlo como tercer portero para la cita en Francia.

La lógica dicta que Sergio Rico, a sus 22 años, iría como tercer portero, por detrás de David de Gea e Iker Casillas. Y también viajaría al margen de ese debate que ya calientan los medios entre los guardametas del Manchester United y el Oporto. El sevillista está encantado de su papel secundario y Del Bosque sabe que, con él en la lista, se ahorra otro problema, el de la convivencia de tres gallos en la portería.

Al ser el tercero en discordia, el sevillista lo tiene casi imposible para jugar en la Eurocopa, que arrancará el 10 de junio. Pero si entra en la lista definitiva, lo que ya de por sí lo haría muy feliz, tendrá tres amistosos para debutar: el 29 de mayo ante Bosnia en Saint Gallen (Suiza), el 1 de junio ante Corea del Sur en Salzburgo, y el 7 de junio ante Georgia en Getafe. En ellos, quizás, pensaba Del Bosque cuando decidió que Sergio Rico estaba bien con su manta, calentito, en el banquillo de Cluj.