Una temible segunda línea

El fútbol tiene estas cosas. Mientras mil y un comentarios ha podido deparar la posición del nueve en este Sevilla, la que se ha puesto a brillar de verdad ha sido la segunda línea. Desde que cambiar el estilo con el que ha sido dos veces campeón europeo para encajar a Fernando Llorente llevó al equipo a perder la identidad, desde que Immobile es una figura extraña en el vestuario y Emery se opuso a su fichaje, o que Gameiro no es Bacca... Se han leído y oído muchas sentencias que pretendían explicar las claves del preocupante mal arranque del Sevilla más caro de todos los tiempos.

Pero, como siempre, es el propio fútbol el que se encarga de bajarla al suelo. Igual que hará lo propio con el estado de euforia en el que el sevillismo, tras una goleada al Getafe y reminiscencias de una buena primera parte en Manchester, ha entrado viendo al equipo cómo parace tirar para arriba. Algo que tampoco se entendería analizando fríamente los números, pues el Sevilla, que tuvo una primera media hora el sábado bastante mejorable, venía de no pasar del empate en Eibar... y gracias, pues el gol de Gameiro en la recta final evitaba una derrota segura.

Es evidente que el Sevilla parece estar en la fase de despegue, pero es una percepción que debe aún confirmarse y que será o no será según su rendimiento en las dos próximas semanas, que no serán para nada fáciles con tres encuentros muy exigentes ante Villarreal en El Madrigal y nada menos que Manchester City y Real Madrid en el Sánchez-Pizjuán.

Antes de emitir una sentencia habrá que ver la respuesta del equipo ante rivales de verdad como los que están a punto de asomar por la esquina, aunque lo que no se puede negar es que el Sevilla ha dado un paso importante que ha llegado a tranquilizar a una inquieta afición, sobre todo con la puesta en escena de una segunda línea que siempre fue temible en el Sevilla y que ha logrado activar las ganas de Konoplyanka. La irrupción -por fin- del ucraniano ha relanzado una línea de tres cuartos que es la envidia de muchos grandes. El rendimiento con el que ha vuelto Banega tras superar su lesión ha sido espectacular y una de las grandes incógnitas, cómo acoplaría Emery en el mismo once a dos jugadores cuyas mejores prestaciones llegan desde la izquierda, Vitolo y Konoplyanka, se ha resuelto con la adaptación del canario a la derecha.

La decisión de Emery de casi calcar ante el Getafe la alineación que sacó en el Etihad Stadium viene en parte por la gran imagen exhibida ante el Manchester y la capacidad de desarbolar a un gran equipo en muchas fases del partido en zona de último pase. Vitolo, Banega y Konoplyanka forman una línea diversa y completa en la que el canario pone potencia y zancada, el argentino talento en el pase y el ucraniano una capacidad de desborde propia de un crack mundial. Y aún falta la magia de un jugador que también aporta lo suyo cuando apuestan por él, José Antonio Reyes. Y hay más, pues Krohn-Dehli ha tenido días muy felices, como en la victoria ante el Barcelona. Kakuta sí ha sido una decepción, mientras que Emery aún busca un hombre que doble por la banda derecha.

Aún es pronto para afirmar que el Sevilla, el gran Sevilla, está de vuelta, pero lo que sí es cierto es que ha demostrado querer ponerse en el camino, gracias, sobre todo y más que nada, a una segunda línea que puede incluirse entre las mejores de España y, por qué no, de Europa.