Zapatero se resiste a abaratar el despido pese a las presiones de Trichet y MAFO

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En la misma línea que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, MAFO, aseguró ayer en la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados que la reforma laboral en España "resulta ineludible". Una advertencia a la que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, contestó con contundencia : "No abarataremos el despido ni haremos reformas que restrinjan los derechos laborales".

Después de un exhaustivo diagnóstico de la crisis, el gobernador del Banco de España dijo en la Cámara baja que "uno de los principales problemas de nuestra economía reside en el mercado de trabajo", y apostó por una reforma laboral "ineludible" en "diversos ámbitos". Aseguró que es "vital" cambiar el sistema de contratos y que la subida salarial no favorece la creación de empleo.

A su juicio, "es necesario actuar para evitar que el aumento del número de desempleados se enquiste y su grado de empleabilidad disminuya rápidamente y, también para permitir una rápida reasignación de recursos entre sectores que facilite el relevo de la actividad inmobiliaria por otras ramas productivas".

En concreto, MAFO defendió que, "en el terreno de la negociación colectiva", es necesario que "las condiciones laborales se ajusten con más flexibilidad a la situación económica, especialmente las que atraviesan las empresas o los sectores productivos específicos".

Asimismo, apuntó la necesidad de introducir cambios en los sistemas de contratación y una mejora de los sistemas de intermediación en el mercado laboral, de la movilidad y de la formación para que los trabajadores que han perdido su empleo encuentren pronto nuevas oportunidades.

Zapatero salió al paso de las declaraciones del gobernador del Banco de España y recordó que esa propuesta no está ni en el programa electoral, ni en el del Gobierno ni en el de investidura. El presidente, que señaló que hay un proceso de diálogo social abierto que espera que alumbre un acuerdo positivo, espetó: "Es muy distinto ser gobernador de un banco central que presidente del Gobierno; respeto todas las opiniones, pero una cosa es opinar como experto y otra gobernar para la ciudadanía, son cosas bastante distintas", sentenció.

En otro orden de cosas, y a tenor de las últimas cifras anunciadas por el Gobierno, MAFO vaticinó que el déficit podría situarse cerca del 10% del PIB en 2009. Para cumplir los objetivos de estabilidad presupuestaria para el periodo 2010-2012, que prevé dejar el déficit en el 3% del PIB, subrayó que es necesaria "una ejecución presupuestaria muy estricta y la adopción de medidas enérgicas". El gobernador del Banco de España dedicó el tramo final de su comparecencia a repasar la situación del sistema bancario español. Insistió en que las entidades financieras que reciban ayudas deben "como poco" fusionarse, aunque no descartó las absorciones. Al mismo tiempo, defendió que las fusiones se hagan entre entidades de la misma región, pero siempre que se deje en buena situación a la entidad o que el contribuyente no tenga que pagar mucho por ello. En su opinión, tras la crisis "no puede quedar el mismo número de instituciones". "No se puede pretender, como han hecho otros países, querer salvar a todas las instituciones", agregó.