“La ingeniería española vive un momento dulce”
Jaime Domínguez Abascal. Presidente de la Real Academia de Ingeniería
El ex director de la Escuela Superior de Ingenieros
de Sevilla asume el cargo y se propone convertir al organismo en un dinamizador de la actualidad del sector
Ingenieros Técnicos y Economistas impulsan la creación de empresas de ingeniería en Sevilla
Recién elegido presidente de la Academia de Ingeniería, Jaime Domínguez Abascal, nacido en Sevilla, es Ingeniero Industrial y Catedrático de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Sevilla. Ha participado en más de 150 proyectos de I+D, en la mayoría de ellos como responsable, todos ellos relativos al análisis y diseño de sistemas mecánicos o a biomecánica. Cuenta con unos 250 artículos publicados, más de la mitad de ellos internacionales, 24 tesis dirigidas y 5 patentes.
–¿Qué objetivos se plantea en su nuevo cargo?
–La Academia tiene como función promover la competencia de la ingeniería española, velar por la calidad de los estudios técnicos, ser un foro de conocimiento e intercambio de ideas. Mi propósito es que esos objetivos se cumplan. Hasta ahora no se ha podido hacer como nos gustaría por falta de medios y el efecto de la Covid. Queremos poner el foco en la actualidad, hacer informes y estudios sobre digitalización, inteligencia artificial, medio ambiente, agroalimentación, industrialización, etc.
–¿Cuál es el momento, en su opinión, de la ingeniería española?
–Está en un momento dulce. No hay paro, cualquier egresado encuentra trabajo en menos de seis meses. La estadística dice que eso pasa en el noventa y tantos por ciento de los casos pero en realidad es el 100% porque el resto prefiere ampliar estudios o hacer otra actividad. De los que busca empleo, lo consigue el 100%. España está en el nivel, además, de los países más desarrollados en el campo de la ingeniería
–¿Están volviendo los que se fueron por la crisis de 2008?
–Algunos se van a trabajar fuera hoy, lo que no es malo si después vuelven. Hay movimientos en los dos sentidos, ya que un número apreciable también está volviendo ahora a España.
–¿Cuál es la especialidad con más futuro?
–Todas las que están vinculadas a la digitalización. Pero siempre hay cambios dependiendo de la época. La digitalización está muy en boga, pero también la mecánica, la eléctrica, la agrónoma, e incluso la industrial.
–Usted fue subdirector de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla en los años 80 y luego entre 2015 y 2019. ¿Cómo ha evolucionado la enseñanza universitaria en todo ese tiempo?
–Al ritmo, con un poco de desfase, de la evolución que ha seguido la enseñanza no obligatoria y el bachillerato. El catedrático Javier Aracil decía que los alumnos buenos hoy son mejores que lo que éramos nosotros y los malos peores. Ahora los estudiantes tienen más medios, más posibilidades de formación, y el bueno crece más. Los malos vienen de un sistema que prima que aprueben para rentabilizar la inversión en educación. Se les da salida a todos, unos a un nivel y otros a otro nivel.
–¿Cómo va la relación entre la Universidad y la empresa?
–Todavía falta para llegar a donde queremos. Pero cada vez más las empresas se acercan a la universidad a colaborar, va aumentando su confianza en estos centros. La Universidad también empieza a aceptar la entrada de las empresas.
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