El Fiscal

La Pastora tiene una cita con la Historia

  • Ha querido el destino que sea una hermandad de gloria la que tenga la responsabilidad de sacar un paso con costaleros con una pandemia vigente

La Pastora en su capilla de la calle Amparo

La Pastora en su capilla de la calle Amparo / Antonio Pizarro (Sevilla)

Hoy es el día. Esta tarde sale un paso con costaleros. De una virgencita querida, de devoción secular, una corporación pujante, hermanos inquietos e incondicionales de la hermandad. A ellos les ha correspondido la responsabilidad de ser los primeros. Así lo ha querido el calendario tras la reapertura del culto público. Los ojos estarán puestos en la calle Amparo, en la capillita de la que sale la Divina Pastora, la que hoy es del hermano mayor Andrés Martín, el pregonero Francisco Segura, el capataz Antonio Santiago, la consejera Miriam... La que ayer fue del padre Isidoro que fundó su hermandad en 1703, la de la virgencita venerada por Felipe V y Fernando VII, y la que fue a la Catedral con motivo de la definición del Dogma Asuncionista. Es la Virgen que luce la Medalla de Sevilla y que tiene los fajines de capitanes generales y de tenientes de alcalde de Fiestas Mayores. A sus hijos pastoreños todo les parece poco para honrar a la Virgen, son entrañables, locos de amor por su Pastora. Hoy les ha tocado ser modélicos.

Pasarán en nombre de todos una suerte de examen, fundamental para los próximos días, para que poco a poco recobremos esa normalidad que consiste en convivir con el virus y no relajar ciertas medidas. Hay que ser muy serios, estar preparados y no bajar la guardia. Y estar atentos a quienes juzgarán con especial dureza la primera manifestación de religiosidad popular. Algunos serán inflexibles como no lo han sido con el fútbol, las movilizaciones callejeras políticas, el teatro, los conciertos y cualquier otra cita con público masivo. Aquí habrá costaleros debajo de un paso. Las televisiones nacionales ya se han interesado con tal intensidad que a Andrés Martín le parecerá poco hablar a partir de ahora con un consejero de Gloria.

El carrito auxiliar llevará más mascarillas y geles hidroalcohólicos que varas y cirios. ¡Esa es la nueva normalidad! Es importante que todo salga bien, muy bien. Sin histrionismos, con naturalidad. Con sencillez, sin aparatosidad. Bien pudo haber sido la primera procesión la de la Virgen de los Reyes porque reunía todos los requisitos para serlo: su condición de patrona, un recorrido corto, el horario temprano y el tradicional público muy selecto. Pero la jerarquía eclesiástica no quiso ver la oportunidad. O no pudo. Esta responsabilidad recae en unos pastoreños de pro que saben lo que tienen entre manos porque aman su hermandad todo el año con una intensidad que no se aprecia todos los días en otros lugares.

Lo de hoy es una responsabilidad, sí. Y también un tremendo honor, la oportunidad de que las hermandades de Gloria den lo mejor de sí en beneficio de toda la ciudad. Antaño fueron grandes y reconocidas hermandades, pero la evolución y los avatares de la historia las fueron relegando. Su protagonismo decayó en beneficio de las hermandades de penitencia, al igual que la fuerza del Corpus se marchitó y dejó de ser la gran fiesta de Sevilla para ocupar su lugar la Semana Santa. Pero la historia le da hoy un oportunidad a las glorias para volver a ser lo que fueron. Tal vez algunos no hayan apreciado cuánto está hoy en juego. Pero lo están la salud, el futuro más hermoso de la ciudad y un ajuste de cuentas con una historia no siempre generosa con unas hermandades maravillosas.

Aquilino Duque

El cofraderío en general ignora la trascendencia de la obra del escritor y poeta Aquilino Duque. Acostumbrado a los versos fáciles, afectados, de dudosa métrica y directos a la sensiblería, no sabrá nunca el nivel y la altura de quien se murió ayer a los 90 años. De carácter difícil, temperamental, libre y valiente. No cambió nunca su libertad por los honores oficiales, aunque bien los mereció tanto de Sevilla como, por supuesto, de Andalucía. Era de derechas, sí. No es un delito serlo, de momento. Se sintió siempre sin ataduras, hasta cuando se equivocaba. Fue vergonzoso que la delegada del Distrito Triana no repusiera la placa en su casa natal. Una perfecta don nadie enmendándole la plana a un escritor de indudable prestigio. ¡Pobrecilla! Su nombre habría que buscarlo en Google mientras el de Aquilino sale solo. Ni la oficialidad cofradiera ni la política tienen ni pajolera idea de la obra de Aquilino. “Esta noche, Manuel, tú sobre el puente”. Lean el sublime poema al Cachorro. Nada que ver con los ripios. Y no dio el Pregón. Ay, Señor... Descanse en paz y brille para él la luz perpetua.

Gran Poder

La hermandad baraja de cara al 16 de octubre un recorrido de ida con salida del centro por la Puerta Osario tras una estación quizás en San Martín y el templo de los Gitanos. En recorrido de regreso con entrada al centro sería por la Puerta de la Carne, alcanzando la Catedral por San José y Federico Rubio, lo que permitiría breves visitas a los templos de Santa María la Blanca y San Nicolás. En cualquier caso, todo está en el aire porque las circunstancias se han modificado sustancialmente a cuenta de la pandemia.

Macarena

¡Pues habrá dos candidaturas finalmente! Se repite el mismo enfrentamiento en las urnas que hace cuatro años. José Antonio Fernández Cabrero, actual hermano mayor, y Santiago Álvarez, que en su día fue teniente. Cabrero ya anunció en verano su intención de ser reelegido. Santi ha hecho pública su presentación esta semana con algún que otro dardo al modelo de gobierno actual, del que rechaza la figura del “tutor paternalista”. Álvarez defiende que haya pluralidad de listas en una corporación con 16.000 hermanos. Lo intentará por segunda vez. Nadie puede dudar de su macarenismo ni de su conocimiento y amor por toda la Semana Santa. La lástima, ay, es que ya sabemos que de todo proceso electoral con más de una candidatura quedan heridas difíciles de cicatrizar.

José Luis Cabello, hermano mayor de Pasión José Luis Cabello, hermano mayor de Pasión

José Luis Cabello, hermano mayor de Pasión / Juan Carlos Muñoz (Sevilla)

La mejor normalidad

Unas deciden sacar los pasos, otras no. Pero ciertas actividades no se frenan. Qué maravilla leer esta semana que la Hermandad de Pasión ha presentado la restauración de las caídas del paso de palio, realizadas por el taller de Jesús Rosado, con pasamanería de Sergio Guzmán y la labor de Cordonería Rodríguez. Después de tanto tiempo de lamentaciones, nostalgias y suspensiones, un acto de los que eran tan frecuentes hasta mitad de marzo de 2020, nos dio todo un alegrón. Más aún a cargo de Pasión y de su hermano mayor, José Luis Cabello. Que haya muchas más convocatorias de este tipo. Será la mejor señal.

El Lagarto de la Catedral: "No te puedes hacer una idea de la capacidad de trabajo de monseñor Saiz. Sigue con el curso acelerado de introducción en la diócesis y en la sociedad sevillana. Recibe en Palacio a periodistas, dirigentes y empresarios, acude a la provincia, a las hermandades... Este hombre es tremendo".