Traslados exprés

Hay un frío de Magna desde el 8 de diciembre como hay una velocidad de traslado exprés desde la tarde de ayer. El Cristo Yacente salió a las 17:36 de la iglesia de San Gregorio y entró en la Catedral a las 18:07. Y el retorno fue épico. ¿Quién da más? Cuando hay ganas y el cielo amenaza, más vale correr como una gacela. Aquella tarde de diciembre tiritamos más que el señor nuncio, al que Eduardo Carrera, tesorero de Consejo, cedió el abrigo en un gesto que bien merecería una suerte de Laureada de San Fernando. Y es probable que ayer viéramos el traslado más rápido en la historia contemporánea de las cofradías. Son demasiados años de suspensiones. Quizás las cofradías han tomado conciencia de que arriesgan un poco... O pasan los años sin encender las pastillas del carbón del incienso. Ha habido casos de bochornosas mojadas, pero también de excesiva y casi ridícula prudencia. Tal vez el exceso de conservadurismo del pasado justifica algunos excesos de hoy. El tiempo permitirá tener perspectiva. El caso es que no se recuerdan unos traslados al estilo de Rayo MacQueen. Mientras no se pierdan el sello, ni el estilo, ni el recogimiento... Y no se perdieron.