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Encuentro con Manuel del Valle, Alejandro Rojas Marcos y Alfredo Sánchez Monteseirín

Tres alcaldes, 24 años de gobierno y un acuerdo de altura para Sevilla

  • Manuel del Valle, Alejandro Rojas Marcos y Alfredo Sánchez Monteseirín aceptan una invitación para hablar de la vida municipal

  • Los tres prefieren la autocrítica y concluyen la tertulia con un ejercicio de señorío político: ofreceremos ayuda al alcalde que lo necesite

Tertulia con Manuel del Valle, Alejandro Rojas Marcos y Alfredo Sánchez Monteseirín

Cuarenta años después de las primeras elecciones municipales de la democracia, Diario de Sevilla se ha citado con los ex alcaldes de la ciudad. Son voces legitimadas para hablar de la Sevilla de ayer, de hoy y la que viene. Los dos ex alcaldes del PP, Soledad Becerril y Juan Ignacio Zoido, se excusan por problemas de agenda. Los socialistas Manuel del Valle y Alfredo Sánchez Monteseirín y el andalucista Alejandro Rojas Marcos acuden. El más veterano, Del Valle, obtuvo la primera mayoría absoluta de esta etapa en 1983 y fue el encargado de diseñar y ejecutar la primera gran transformación de la ciudad y prepararla para el 92. Una muestra que inauguró ya como alcalde Rojas Marcos, a quien le tocó lidiar con la crisis posExpo para mantener el tono de la capital y que pasó en la Casa Grande 16 años, cuatro de ellos como teniente alcalde de Becerril. Monteseirín ostenta el título de alcalde más longevo.

Llegan puntuales a la cita. El encuentro es muy cordial, casi entusiasta. Tres ex alcaldes de Sevilla han gobernado la ciudad durante 24 de los 40 años de democracia y afrontan convencidos el reto de analizar cómo hemos cambiado en estas cuatro décadas.

–MANUEL DEL VALLE: Lo que realmente ha cambiado son las relaciones interpersonales. En aquella época tanto Alejandro Rojas Marcos, como Pedro Albert y yo nos conocíamos, habíamos estado juntos en la Facultad de Derecho y nuestra relación en el Ayuntamiento siempre fue innejorable.

–ALEJANDRO ROJAS MARCOS: Así es. Pero el mérito es más de él que mío. Yo he sido más guerrero. Él, como alcalde, era un buen componedor y yo hacía lo posible por deshacerle sus composiciones, pero siempre dentro de una cierta normalidad humana. La política era otra cosa.

–ALFREDO SÁNCHEZ MONTESERIN: Yo siempre he envidiado ese ambiente en los 12 años que fui alcalde. ¿A qué se debe el cambio? Hay quien dice que tiene que ver con el encanallamiento de la vida política, por la manera de hacer las cosas de José María Aznar dentro del PP. Cuando no se habla de si has hecho las cosas bien o mal, sino de si has cometido o no un delito para ver si te meto en la cárcel y te quito de enmedio... ya que no te gano con los votos, con el debate político, a ver si te gano en los tribunales... Eso envenena cualquier relación humana. Todo se judicializa. El Derecho Penal se come al Derecho Administrativo.

–A.R.M.: También hay otro factor, el carácter de cada uno. Hay personas que imponen más que otras. Igual que se ha hablado de Aznar, yo hablo de Alfonso Guerra: era un provocador fuera y dentro de su partido. Muy inteligente, maravilloso estratega, pero ayudar a la armonía... Recuerden aquella frase de quien se mueva no sale en la foto... Tenía a todos asustados en su partido y desde fuera impresionaba. Pero mejor hagamos autocrítica de nosotros mismos. No sé si eso ayudará.

–M.D.V.: Mi duda es si dentro de otros 40 años los alcaldes que vengan detrás podrán sentarse así, juntos, con la mismas cordialidad.

–A.S.M.: Yo he tenido tiempo de reflexionar en estos cinco años que he estado fuera de la política. Me hervía la sangre cuando veía que se iba a producir algo que yo hice mal y eso me motivaba para decir cuidado. Ahora si llamo es para eso, no para otra cosa. Pero hasta que Juan Espadas no ha sido alcalde, la verdad es que nadie me ha preguntado ni la hora.

–A.R.M.: Voy a provocar un poco [risas] y voy a decir cuáles creo que son los mejores alcaldes que ha tenido Sevilla: Luis Uruñuela y Juan Espadas. Son personas que teniendo una ideología muy marcada, trascienden a su propio partido; siendo coherentes y buenos militantes, generan una adhesión muy amplia y tienen un perfil humano muy adecuado para ser alcalde. Los peores: Alejandro Rojas Marcos y Soledad Becerril. Un alcalde se tiene que mojar, sí, si no será un espíritu puro y no serviría para nada, pero yo es que acababa siempre chorreando, era un error gravísimo. Y el error de de ella es que no se mojaba ni cuando llovía a manta. Y ellos dos [en referencia a Del Valle y Monteseirín] me han parecido unos alcaldes normalitos, aunque me han ganado por goleada, uno ha estado 8 años y otro 12. Así que les tengo una envidia de la mala… [Risas].

–A.S.M.: Del Valle ha conseguido algo que también está consiguiendo Juan Espadas ahora: tener a los suyos de su parte. Manolo es una referencia del PSOE renovado desde sus inicios, tenía buena prensa en relación al sector más conservador y a Espadas le pasa también. Y como yo también me mojo lo digo: yo los envidio, nunca conseguí eso.

–A.R.M.: Menos mal, si no todavía estarías sentado en el sillón [risas].

Manuel del Valle, Alfredo Sánchez Monteseirín y Alejandro Rojas Marcos. Manuel del Valle, Alfredo Sánchez Monteseirín y Alejandro Rojas Marcos.

Manuel del Valle, Alfredo Sánchez Monteseirín y Alejandro Rojas Marcos. / Juan Carlos Muñoz

–A.S.M.: Cuando llegas a la Alcaldía intentas contentar a todos, pero luego te chocas con la realidad. Yo he tratado de ser una persona pactista, defensora del planteamiento de vamos a llevarnos bien y todo el mundo es bueno. Y mi experiencia, que no es poca, me ha conducido a pensar que no se puede contentar a todos. Al final a ti te ubican allí donde te han situado los votos, no en cantidad sino en cualidad. A partir de ahí tienes que establecer cuál es el interés común y decidir. Yo soy de izquierdas. Algunos me dicen que ahora estoy más ideologizado que antes. Y sí, es la experiencia vivida. Sectores, no digo partidos, que me atacaron duramente ahora han dado la cara y están en la extrema derecha. A veces nos creemos que es algo personal, nos sentimos importantes, y es un prejuicio: si así lo ves tú que eres socialista, no me sirve.

–M.D.V.: La figura de Luis Uruñuela en la Transición fue muy importante. Hay que pensar cómo era la sociedad entonces. Nos veían como unos usurpadores. Me contaron que en el Aero Club de Sevilla se decía de mí que por lo menos llevaba chaqueta y corbata. Nos miraban como el entomólogo mira a la hormiga...

–A.R.M.: Ahora me explico por qué nunca me invitaron al Aero Club. La charla discurre entre risas. Y los ex alcaldes, Rojas Marcos es el que más se resiste a hablar de su mandato, se refieren también a sus logros.

–M.D.V.: Lo importante en un ayuntamiento es el día. Los grandes saltos, las exposiciones, son accidentes. Lo bueno es que el que entre detrás de ti asuma y concluya las obras. Él [señala a Rojas Marcos] terminó la reforma de la Casa Consistorial y tuvo el gesto de buen amigo de poner una placa donde se dice que la obra la hicimos a medias.

–A.R.M.: No era amistad, era admiración política.

–A.S.M.: El otro día Juan Espadas decía en una entrevista que lo critican por no haber hecho grandes obras, precisamente lo que me reprochaban a mí... Me siento igual de orgulloso de las obras en los barrios, la peatonalización, las viviendas sociales, el plan de tráfico o las setas. Pero requiere más esfuerzo resolver esos pequeños problemas cotidianos que tener la osadía de buscar dinero privado para hacer grandes inversiones. Y si luego éstas no son polémicas pasan inadvertidas, me ocurrió a mí con la renovación de las riberas del río, una gran obra que hicimos con fondos europeos y la CHG. Sevilla es una gran ciudad complicada. La opinión de los ciudadanos es contradictoria muchas veces con la opinión de las élites y de los medios. Importan los grandes problemas de siempre o la farola y el banco.

Los tres ex alcaldes, durante el encuentro. Los tres ex alcaldes, durante el encuentro.

Los tres ex alcaldes, durante el encuentro. / Juan Carlos Muñoz

Pero, al margen de las pequeñas obras del día a día, Sevilla es hoy fruto de esas grandes transformaciones políticas que ustedes acometieron.

–A.S.M.: Hay que aguantar el tirón y apostar por lo grande, lo polémico también, al final es gratificante, Ahí están Fibes, las setas o la piel sensible... Los resultados vienen después, pero no tiene el rédito electoral que se espera. Harto de palos en la calle San Gregorio, la última que peatonalicé, opté por un diseño plano y clásico y hoy pasa inadvertida.

–El diseño actual de la ciudad es obra de los mandatos de Del Valle y Monteseirín básicamente. Y Rojas Marcos, el Metro.

–M.D.V.: Acaba de mentar a la bicha. A mí me tocó parar el Metro y debe ser que no he sabido explicarlo bien en todo este tiempo. Y Alejandro tuvo la suerte de hacerlo.

–A.R.M.: ¿Suerte? Tampoco me tocó en la tómbola... Yo me quedo embobado escuchando a ellos dos, pero no quiero hablar de mí... En todo caso echar piropos a los que han venido y a los que no... hubiera sido estupendo que estuviera Juan Ignacio Zoido. Hay una anécdota importante de nuestros tiempos, es común.

–Adelante. Cuéntela.

–A.R.M.: El PA, por aquello de su naturaleza nacionalista, podía pactar hacia la izquierda o hacia la derecha. Cada vez que nos inclinábamos hacia un lado u otro se caía el mundo. Eso le daba cierta gracia a la cosa. Cuando Alfredo se presenta, yo tengo un bajón importante y no podía aspirar a nada, tengo que pactar con el PP o con el PSOE. Con ambos habíamos pactado ya en el Ayuntamiento y en la Junta. En la campaña el PP abanderaba esta amenaza: como pacte con Monteseirín se tiene que ir de Sevilla. El PSOE se avino al Metro, nosotros encantados, mantuvimos el tipo. Y luego se caía el mundo para que yo me fuera de Sevilla... Eso entra dentro del encanto de la política. Para mí fue un honor haber apoyado a Alfredo.

–¿Por qué ha sido el alcalde que más longevo?

–A.R.M.: Ha durado 12 años siendo el alcalde más criticado. Cuando lo votamos parecía que habíamos votado a la bicha. En política se generan filias y fobias. Con Alfredo se generó una gran fobia ambiental y duró 12 años. Y yo ahora detecto también esa fobia ambiental con Pedro Sánchez. Injustificada. Que tiene un nivel a,b o c. Lo sé, lo ha comprobado, pero detecto también esa fobia injustificada. ¿Por qué se produce esto? ¿Tienen aristas? Para aristas yo... Al revés, tienen un perfil suave.

–A.S.M.: En el mundo local eso se ve de manera más palpable. Yo desde hace un tiempo vengo proponiendo algo que seguro que a Rojas Marcos no le gusta nada o sí, que consiste en que las elecciones municipales sean a doble vuelta, ballotage. Que cuando ha salido de un pacto entre fuerzas que no han sido las más votadas en Sevilla se ha producido una crítica brutal y eso se puede resolver con este sistema. Esto puede ser preventivo frente a estas fobias. Aunque no hay que buscarle mucha explicación. Es normal que la derecha nos criticara en su día a los tres, su planteamiento está basado en el patrimonialismo de la ciudad es mía y éstos son unos foráneos, vienen a quitar el poder de la ciudad a sus legítimos propietarios de siempre. Pero cuando es la derecha quien alcanza la Alcaldía esos sectores lo que quieren de su alcalde o alcaldesa es que no haga nada, que decore, que figure, que mantenga limpia la Feria y recoja pronto las sillas en Semana Santa, pero que no se meta en nada, que Sevilla es una ciudad que ya funciona sola y no tiene por qué cambiar, que no se metan los políticos en eso.

–M.D.V.: Este sistema francés es muy difícil que funcione aquí. La solución es muy racional, pero la psicología política del español no lo entendería. En Francia los ayuntamientos funcionan de otra manera, son técnicos, no políticos, quienen los gestionan. Es otra cultura.

–A.R.M.: Francia es el país que más dinero dedica a la cultura del mundo. Y eso se nota. De Gaulle nombró a Malraux. un comunista, como ministro de Cultura. Hacen filigranas, pero no en el sentido de los italianos... que es una deriva.

–¿Qué opinan de limitar los mandatos? Candidatos como Juan Espadas son partidarios y ya ha dicho que no se volvería a presentar.

Manuel del Valle. Manuel del Valle.

Manuel del Valle. / Juan Carlos Muñoz

–M.D.V.: Yo no le veo sentido, hay un capital humano que debe ser aprovechado mientras haya fuerzas e ideas. Nunca lo desaprovecharía y luego no se sabe si llegado el momento habrá un recambio adecuado...

–A.R.M.: Estoy de acuerdo, pero en otro lado de la balanza pongo otra cuestión. Creo que el poder lleva al abuso de poder. Por inercia. No hace falta ser un corrupto. El poder se autoalimenta y un poder continuado no es que eche raíces, sino que intenta poner anclajes que no hay quien levante. Y la forma de evitar esto es limitar el mandato.

–A.S.M.: Es una gozada poder iniciar y concluir una planificación. Diseñar una calle y pasear por ella.Pero es verdad que te puedes acabar quemando. Mi propuesta es que los mandatos fueran de cinco años y que se limitaran a dos. Claro, hay quien me dice que mi peor experiencia fueron los últimos años y que mi propuesta está preñada de subjetividad.

–¿Cuatro años son pocos para poder diseñar una ciudad? Los candidatos hacen planes a ocho años vista.

–M.D.V.: Yo en ocho años tuve que diseñar y ejecutar todo el proyecto. La Expo estaba ahí. Fue un desgaste personal y político. Y agradezco que la corporación que vino después siguiera con estos proyectos. Por cierto, ahora que se habla de escraches, recuerdo el que me montó Alejandro.

–A.R.M.: A ti y a Guerra, ibais en el mismo paquete. Pero eran motivos políticos que no vienen ahora al caso.

–M.D.V.: Sí, porque hoy me reconocerás que fue una gran obra, tirar el muro de la calle Torneo por donde pasaba una carretera nacional, con mercancías peligrosas. Sólo esa obra justifica un mandato. Se hizo deprisa y corriendo. Fue un berrinche aquella mañana del escrache. Hoy resulta gracioso.

Alejandro Rojas Marcos. Alejandro Rojas Marcos.

Alejandro Rojas Marcos. / Juan Carlos Muñoz

A.R.M.: Un alcalde deber saber que hay cosas que no se deben hacer. Yo tragué sapos, personales, no para la ciudad. Estaba en contra de nombrar comisario a Jesús Aguirre. Pero... Yo no puedo llegar cuando la Expo estaba ya guisada, la guisó, en lo que le dejaron porque el plato venía ya precocinado de Madrid, este señor [Del Valle], el mérito era suyo. Yo tuve que agachar la cabeza... un poco, no mucho.

–A.S.M.: Con el tiempo te tienes que reír de algunas cosas. Estos días me han llamado para decirme algunos indignados que el candidato del PP, con lo que nos dieron, use de fondo de cartel electoral las setas. Te tienes que reír, y yo encantado.

–M.D.V.: Y fíjate en la campaña del PSOE... el corazón recuerda al Amo Sevilla de Rojas Marcos.

–A.R.M.: Quisimos hacer una campaña distinta. La hizo un diseñador malagueño que había trabajado en Brasil. Es un honor que el corazón se use ahora por otro partido.

[Risas] Del Valle recuerda que aquella campaña del 91 fue impactante también por el infarto que sufrió Rojas Marcos. “Fue un conato, fue un susto tremendo”. Todos recuerdan el desgaste físico que supone también la Alcaldía y sus tensiones. Del Valle asegura que Sevilla es una ciudad también especial para los políticos. “La tensión que se vive aquí no se da en otras grandes ciudades”.

–¿Y qué piensan de la mayorías absolutas? En la etapa democrática se ha alcanzado dos veces: con Manuel del Valle en 1987 y con Juan Ignacio Zoido en 2011.

–M.D.V.: La mayoría absoluta no hay que tenerla sólo en la corporación, hay que tenerla también en tu grupo político. Cuando se gobierna en minoría el grupo está más cohesionado y tus decisiones tienen más fuerza. Cuando goberné con minoría todo el mundo estaba pendiente de lo que tenía que hacer, no de mí.

–A.R.M.: Esos problemas los partidos menores los tenemos muy raramente. Ésos son los problemas de los poderosos.

–El poder de los andalucistas es que han tenido muchas veces la llave.

–A.S.M.: A mí me decían: cómo le vais a dar tanto si son cuatro, no son llave son un llavín.

–A.R.M.: Fuimos llavín, eso es cuando te puedes inclinar hacia un lado u otro, en dos ocasiones. Pero no fuimos llave ni con Luis Uruñuela ni en mi primer mandato.

Los tres ex alcaldes. Los tres ex alcaldes.

Los tres ex alcaldes. / Juan Carlos Muñoz

–Hoy hay otra llave, Vox.

–M.D.V.: ¿Dónde estaba antes esa llave? Ha existido siempre. En este país hubo la suerte de que esos representantes de Vox estaban subsumidos en una ideologíoa que abarcaba los dos extremos de la derecha y que por desgracia ahora se han independizado y han dicho queremos hacer oír nuestra voz. Tienen derecho a estar y a manifestarse, pero el peligro es que contaminen al resto de la sociedad española y que ésta crea que es la solución a sus problemas.

–A.R.M.: Sí, el problema no es que han desenterrado a Franco, sino que lo han resucitado. En la Transición el debate era reforma o ruptura. Optamos por la reforma y estamos pagando ahora los riesgos. La Transición ha sido muy condescendiente con la dictadura de Franco, muy tolerante. Fue un pacto político, era de poder a poder, o vamos a la democracia o nos jugamos otra vez 40 años... Tuvimos que tragar un porrón de sapos para sacar adelante la democracia. Eso hace que esa fuerza de repente empiece a pulular por ahí. Bueno, habrá que lidiarlo.

–M.D.V.: Es una situación sociológica. Quienes están sosteniendo esa teoría política con gente que nacieron incluso en la Transición, no conocieron la guerra ni la dictadura. Es un fenómeno que enlaza no con la vieja derecha de Franco sino con los movimientos populistas actuales de Europa.

–A.R.M.: Pero que se enganchan automáticamente con lo que significó Franco. No lo conocieron pero están encantados, lo han resucitado.

–M.D.V.: Las personas que hicieron la guerra biológicamente ya no existen. Por el mero transcurso del carné de identidad.

–A.R.M.: Lo que pasa es que los actores de esa contienda no existen pero en la sociedad española pesa la contienda, 40 años de dictadura y el pacto de poder de la Transición. Ahí está la memoria histórica, las fosas. He colaborado con Amnistía Internacional y conozco los obstáculos que hay en España para recuperar a sus familiares. Eso fuera no se entiende. Es como cuando se ponen a discutir si sacan a Queipo de la Macarena o si el fajín puede ir... pesa muchísimo.

–M.D.V.: ¿Qué hubiera pasado si el 23-F se da cuatro años antes? ¿Si hubiera habido ruptura?

A.R.M.: Hicimos lo que tuvimos que hacer. Los historiadores tendrán que analizarlo...

–M.D.V.: Así es, y esa historia debería estar más al margen de las sensibilidades, más en la racionalidad. Más en los documentos, que muchos han desaparecido, que en los sentimientos de las personas. Y lo digo yo que provengo de la derecha familiar y social y que me encardino en un partido de izquierdas. Los muertos en mi familia están producidos por la izquierda, un primo de esos fallecidos era secretario general de las Juventuddes Comunistas Unificadas y cuando mi abuela va a decirle que van a fusilar a su primo responde algo habrá hecho... Ésa es la tragedia de mi familia.

–A.R.M.: Es muy interesante porque demuestra la capacidad que tiene el ser humano de nadar contracorriente. Yo estoy muy orgulloso de mi padre porque me respetó: se presentó voluntario, fue alférez provisional, llevaba un grupo de tanques, lo cogieron prisionero, lo juzgadon y condenaron a muerte, estuvo dos años en el pasillo de la muerte, lo sacaron a fusilar dos veces. Mi padre luego vino a verme a la cárcel porque un tal Francisco Franco me había metido porque yo daba conferencias por los derechos humanos. Estas tragedias te dan tolerancia, amplitud de miras... Humanamente, seguro que estas historias nos han ayudado.

Alfredo Sánchez Monteseirín. Alfredo Sánchez Monteseirín.

Alfredo Sánchez Monteseirín. / Juan Carlos Muñoz

 –A.S.M.: Yo también tuve la ocasión, más la necesidad, de decirle a Agustín Muñoz Grandes, hijo, que yo soy hijo de la reconciliación nacional. La parte de mi familia que estaba en un bando tuvo una serie de reconocimientos y que la otra parte ha estado a dos velas hasta que ha llegado la memoria histórica. Objetivamente. No vamos a reabrir heridas, pero sí vamos a hacer justicia. Esto no habría que discutirlo.

–A.R.M.: Esto en el mundo no se entiende. Hay que dar un salto. Hicimos un pacto para salir adelante y llegar a la democracia lo mejor que supimos.

–A.S.M.: Y lo hicisteis muy bien. En 1979 la gente de los pueblos comprobó que los socialistas, los andalucistas o incluso los comunistas eran gente de bien, vecinos suyos, no demonios con rabo. Esto también ayudó a la Transición.

–A.R.M.: Yo voy a proponer un acuerdo, un pacto personal. No me gusta decir que he sido alcalde, mejor he estado de alcalde. Y todos los que hemos estado colocados en el Ayuntamiento de Sevilla deberíamos tener prohibido criticar a los otros. No tenemos legitimación activa para criticar al que esté ahora de alcalde. Y daríamos un ejemplo de señorío político renunciando a la crítica e incluso ofreciéndole ayuda para lo que necesiten, siempre que no entre en contradicción con nuestra ideología. Sería un juego de altura política.

–M.D.V.: Acepto. Los que hemos estado de alcalde siempre hemos intentado hacerlo lo mejor posible y vamos a seguir siendo ex alcaldes toda la vida y debemos ayudar al que está ahora. Tenemos nuestra experiencia.

–A.S.M.: Estoy de acuerdo, estoy en ello, volcado con la candidatura de Juan Espadas. Estoy orgulloso de cómo se portaron conmigo cuando fui alcalde durante 12 años.

–A.R.M.: Yo tengo que decirte que te he echado de más, Alfredo...

–A.S.M.: Y yo te he echado de menos... [Risas y abrazos de cordialidad para despedir la tertulia].

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