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Entrevista a Carmen García Roger

“Dios está en el Universo porque si no no sería tan perfecto”

  • Esta valenciana residente en Madrid es matemática y astrónoma y lleva desde los 23 años con dolores crónicos por una dolencia. Ha iniciado el camino para ser astronauta discapacitada de la Agencia Espacial Europea

La matemática y astrónoma Carmen García Roger

La matemática y astrónoma Carmen García Roger

Carmen García Roger (Valencia 1975) es licenciada en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense, en la especialidad de Astronomía, Mecánica Celeste y Geodesia. Enferma durante años, convaleciente accedió por oposición al Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Administración de la Seguridad Social ingresando con el número 1. Pese a su formación científica es una apasionada por la Filosofía y la Literatura española e inglesa. En 2018 publicó Fuerte, que se entere el mundo. Como vivir con dolor crónico...¡Y vivir feliz! y acaba de lanzar la novela autobiográfica Yo deseo, yo olvido

–En el colegio protestábamos ¿para qué sirven las matemáticas? Resulta que sirven para todo.

–Es un conocimiento para la digitalización, la innovación, el aprendizaje. Yo como matemática trabajo en el sector público, pero además me dedico a fomentar la vertiente “STEM” (Science, Technology, Engineering and Mathematics) para generar vocaciones de ciencia. Somos aún pocas mujeres en la ciencia.

–¿Usted tuvo ese profesor de matemáticas que le cambió la vida?

–En EGB tuve un sacerdote matemático que era excelente profesor y que lo establecía todo como un juego, un reto. Me ayudó y fomentó mi capacidad para luchar contra los miedos. Las matemáticas te amueblan la cabeza, por supuesto.

"Quiero ser astronauta porque pueden hacer mucho en favor de las personas con discapacidad como yo”

–¿La miraban entonces como a un bicho raro?

–Fijaos lo que era decirle a mi padre que iba a estudiar matemáticas. Le expliqué quería aprender a pensar, me sorprendo de la madurez que tenía y él me dio toda su confianza, no era un capricho. En la Complutense estudié Astronomía Mecánica Celeste, pero porque yo quería ser entonces ya astronauta.

–¿Usted se asoma al Universo y no lo mira como los demás?

–Miro el mundo y voy más allá. Se te olvidan los cortoplacismos, las apariencias. La capacidad del cerebro es infinita y otra cosa es nuestra voluntad de desarrollarlo.

–Y al ver de cerca el Universo ¿qué es?

–Una máquina en funcionamiento, es muy dinámico. Con la cualidad de ad infinitum. Todas las cualidades de la relatividad me fascinan. Cuanto más conozco el Universo, más sé que no sé. Es la humildad y la incertidumbre.

–¿Por qué quiere ser astronauta?

–Los astronautas se dedican es hacer experimentos que no se pueden hacer en la Tierra en condiciones de ingravidez. Además toda la labor que se puede hacer en favor de las personas con discapacidad como yo, me motiva mucho.

–Perdón, porque esta pregunta es muy típica, ¿Dios está en el Universo?

–Dios está en el Universo porque si no no sería tan perfecto. Cuando estudias astronomía toda las series armónicas son de una perfección musical. Es una opinión que conjuga lo científico con lo espiritual: el Universo es armonioso, es imposible que venga de la nada y de la casualidad. Hay una expansión armónica en el Universo.

"He sufrido múltiples cirugías en los tobillos. Con una protésis, de pequeña, para corregir me causó una artrosis degenerativa a los 23 años. Mi pronóstico era muy malo, con posibles amputaciones.Lo importante para mí era moverme, tener trabajo, tener familia"

–¿Dónde ‘oíriamos’ una sinfonía celeste?

–En el movimiento armónico de los sistemas solares. Hemos visto muchas películas de asteroides grandes que amenazan la Tierra y es tremendamente improbable que causen grandes daños. La explicación más probable es que el movimiento armónico impide cataclismos.

–Nuestras magnitudes de tiempo son ridículas.

–Nuestras magnitudes del tiempo no son nada en la vida del Universo. No somos nada, en verdad.

–Usted ha tenido una vida de dolores crónicos, ¿cómo nos la resume?

–Ha sido una vida de mucha superación. He sufrido múltiples cirugías en los tobillos. Con una prótesis, de pequeña, para corregir me causó una artrosis degenerativa a los 23 años. Mi pronóstico era muy malo, con posibles amputaciones. Lo importante para mí era moverme, tener trabajo, tener familia. Tengo 46 años y no creo que haya tenido una vida difícil, sino de superación. Y eso ha sido no sólo fuerza de voluntad, sino querer hacerlo. Es decir, yo quiero vivir, quiero trabajar, que me dé el sol o tomarme una copa.

–¿Le dieron una baja permanente y usted se opuso?

–Sí, me daban la incapacidad permanente pero yo pedí el alta. Yo puedo trabajar pese a mis dolores y problemas. Adapté mi coche y me puse a trabajar y estudiar. No todo el mundo tiene los recursos mentales, físicos y económicos para hacerlo. Yo me saqué dos oposiciones durante las bajas. Los postoperatorios eran duros, pero yo opté por estudiar.

–Lo habitual habría sido compadecerse y estar escondido en un rincón...

–Y tienes derecho a enroscarte, pero por un tiempo limitado... después hay que seguir luchando. Hay que salir del modo ovillo y cuanto más tiempo más pasa, exponencialmente es más difícil superarlo. La compasión por ti mismo aumenta.

"Si eres capaz de gestionar los pensamientos en las crisis eres capaz de gestionar la paz"

–Usted que ha convivido con el dolor, ¿Cómo analiza y asume todas estas catástrofes naturales, ‘dolores’ que se nos amontonan?

–Estamos en la expectativa de la reconstrucción, la realidad ha cambiado y nos tenemos que enfrentar a ella. La mente maneja muy mal la incertidumbre y yo la manejo bien. Si sientes el miedo, te estás enfrentando al pasado; si es ira, te enfrentas al presente; y si es con ansiedad, el futuro. Pero si eres capaz de gestionar los pensamientos en las crisis eres capaz de gestionar la paz y te permite así tomar decisiones con claridad. Cuando tienes dolor hay que actuar con serenidad.

–Ha comenzado el camino de ser astronauta con la Agencia Espacial Europea ¿cómo va?

–He pasado el filtro y es un proceso largo, de un año. Siempre quise ser astronauta y hasta el momento no me podía presentar por tener discapacidad. Para ser astronauta había que tener un estado físico excepcional. Hace poco se ha abierto una oposición para astronautas con discapacidad. Me animaron porque me decían que puedo hacer algo por la humanidad.

–¿Y cómo se saca la plaza de astronauta?

–Estoy preparándome en pruebas de inteligencia, memoria. Es lo más difícil. Me cuido mucho, hago mucho ejercicio terapéutico. Hago pruebas mentales, test duros,. Ya ha habido algún español que ha pasado también la convocatoria. Tengo cualidades pero las tengo que trabajar.

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