Cuatripartito al olor de la morcilla

POLÍTICA DE BARRA

El Ultramarino Bar Veedor de Cádiz reúne una tertulia improvisada con los embutidos como moderadores División de opiniones en uno de los centros de reunión social de la capital

Manuel Muñoz Fossati

13 de diciembre 2015 - 01:00

EL resultado de las próximas elecciones generales quizá termine asemejándose a la morcilla dulce gallega a la que invita el abogado Joaquín Zozaya, en el mostrador de mármol del Veedor, sobre el canónico papel de estraza, que prometía una cosa y resultó otra. El embutido tenía su color negro característico, su apariencia salada habitual, pero cogió desprevenidos a todos los presentes con un sabor dulce y especiado, casi como si fuera un alfajor asidonense, gracias a que la sangre habitual y la cebolla vienen acompañadas con unas imprevistas pasas y piñones. No concitó el agrado de todos, no obstante el anfitrión de la degustación dio con la clave del consenso. "Pero a que es sorprendente ¿eh?". Y al final todos comieron. Algunos hasta repitieron. Nadie lo dijo, pero alguno pensó que el Gobierno que salga de los comicios de dentro de una semana se parecerá a esta morcilla, quizá como la de siempre pero con ingredientes no habituales. Sorprendente, inimaginable hace unos meses, pero resultón.

En este ambiente de chacinas, conservas y buena manzanilla, preguntar de política no molesta. Rafael Velázquez, comparsista más conocido como Rafael el Mejicano, es de los habituales, y aunque "siempre" ha votado a los socialistas, ha pasado recientemente a engrosar el amplio grupo de los indecisos, "desencantado por tanta corrupción". Cuenta que en su casa tienen por costumbre debatir el voto y suelta una reveladora frase para los que quieren averiguar dónde está el centro: su familia siempre se ha repartido "entre el PSOE y la izquierda". ¿Para el 20-D? "No hay nada decidido, pero en los últimos días hay mucha tendencia a votar a Pablo Iglesias".

Juan está en un extremo, pero se anima a acercarse a opinar. De 74 años, ex mozo en Astilleros y en Correos, está con su manzanilla diaria ("no me puede faltar, es la mejor") y lleva en una bolsa de plástico la comida que le preparan diariamente en el Veedor desde que enviudó. "Yo siempre he sido de derechas, y no me avergüenza decirlo (tampoco tiene por qué, hombre), y votante del PP, pero esta vez voy a votar por Rivera, a ver si el PP y el PSOE espabilan, porque es el único que me da un poquito de confianza. Desde luego, no a Podemos; que se vayan con sus amigos venezolanos".

Al reclamo de la morcilla, aunque no sólo por eso, han acudido dos fijos en todas las alineaciones del Veedor como son Alberto Ramos y su mujer, Marieta. Alberto dice con insospechada ironía "yo siempre he sido del PP". Como todos saben, jaja. Pero, lástima, se pone serio al expresar su sorpresa por "el vacío informativo y en los medios a Izquierda Unida-Unidad Popular a lo que yo creo que es una propuesta muy bien construida. Que no se llame a los debates a una fuerza parlamentaria me sorprende tanto como que el objetivo de otras fuerzas no sea ganarle al PP sino ocupar el espacio del PSOE. Y mi tercera sorpresa es que dos partidos tan manchados por la corrupción sigan teniendo tanto apoyo entre la gente". Este minidiscurso en tono doctoral es lo único político que concede a los presentes el historiador. Marieta, en cambio, declara abiertamente "no tener claro" su voto. "A mí, la verdad, ya no me atrae ni caer en la tentación del voto útil. Ni viendo el programa de Bertín Osborne me aclaro, ahora que hemos pasado de la prensa rosa a la política rosa".

Joaquín Zozaya casi prefiere seguir resguardado tras su labor de convocante gastronómico de la tertulia, o hablar de su próximo proyecto andarín, "hacer el llamado Camino Español, que iba de Génova a Bruselas", y recorrían los Tercios españoles. Pero ya se ha improvisado una tertulia política imparable frente al mostrador después de que Sergio, escéptico abstencionista "durante 30 años", y ya son años, desde que se desencantó del PSOE, asegure haber "visto la luz" y recuperado la ilusión con la opción de Podemos. Y por eso el prudente abogado entra en la disputa para afirmar que su única opción es la que garantice "un gobierno estable". Aunque no lo explica, a Joaquín se le entiende que va a votar al PP, aunque estaría "dispuesto a hacerlo por el PSOE si garantizaran esa estabilidad, pero no lo veo".

A Sergio, al que alguno llama en voz baja 'el podemita', le replica con contundencia Enrique, que acaba de llegar: "¿Cómo le vas a votar a esos que quieren un referéndum en Cataluña, hombre, de verdad, qué país es éste? ¡Y yo soy de izquierdas desde chico ¿eh?Era socialista y español! Y me hice de UPyD, el único partido que ha hecho un poquito contra la corrupción. Lo que pasa es que el personalismo de Rosa..." ¿Y ahora? "No sé, pero el PP se merece un castiguito por la corrupción, que han dejado el país destrozado...", proclama el recién llegado, que se quedó sin morcilla pero no sin opinar. Joaquín sigue dejando entrever sus preferencias: "¿Corrupción en el PP? Claro. Pero vamos, como si en este país no hubiera habido ERE ni Urdangarín... Y tampoco estamos tan mal, porque España ha mejorado mucho. Pero con estos partidos que quieren destruirlo todo... No sé si nos damos cuenta de lo importante que es, por ejemplo, el tema de Cataluña. Ahí Zapatero cede y Aznar amenaza. El único que se mantiene prudente es Rajoy". "Yo lo que digo es nada más que una cosa: Sí se puede", remata Sergio a modo de despedida. El ambiente se serena con coplas de Carnaval, en un instante histórico en el que el almacenero tradicional que es Paco Chicón, dueño del Veedor, que anda por allí sin querer mostrar sus preferencias, rompe la rancia prohibición y permite cantar en su local.

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