Fueron muchos los que vieron los 10 Premios Goya que conquistó La Isla Mínima en febrerocomo una especie de culminación de un largo y fructífero viaje que habían emprendido algunos profesionales del cine andaluz. Así lo han entendido también los organizadores del Premio RTVA: tras un año "tan bueno", dijo el subdirector de Radio Televisión de Andalucía, Joaquín Durán, "nos parecía poco dar un solo premio", de modo que decidieron otorgar una distinción doble, al productor Gervasio Iglesias y la actriz Inma Cuesta, quienes recibieron ayer sus galardones en una gala celebrada en el Lope de Vega y en la que se proyectó La novia, protagonizada por Cuesta.

La adaptación de Bodas de sangre, de Federico García Lorca, que firma Paula Ortiz, confirma lo que ya venía apuntando Cuesta (Valencia, 1980) en papeles tan dispares como los de La voz dormida o 3 bodas de más: la enorme versatilidad que la ha convertido en una de las actrices del momento. "A los actores nos llegan las historias, y en ese sentido no podemos decidir cómo va a transcurrir nuestra carrera", expuso sobre la variedad de registros que ha demostrado. "Yo me considero bastante cómica, pero me elegían para papeles muy dramáticos, de una intensidad abrumadora. Hasta 3 bodas de más, en que pude sacar mi parte payasa: ahí se abrió la veda", señaló la actriz, que tiene en cartelera Los miércoles no existen y que estrenará en los cines el 11 de diciembre La novia, "una joya" que recordará "desde el punto de vista personal y profesional". En su paso por el Festival de San Sebastián, la cinta ya despertó entusiasmo por su impecable factura -cuenta con la música de Shigeru Umebayashi, conocido por In the mood for love o 2046, entre sus atractivos- y situó a la protagonista como firme aspirante a ganar el Goya el próximo año.

Para Cuesta, vista también en otros títulos como Blancanieves o Grupo 7, proyecto en el que coincidió con Gervasio Iglesias, La novia cumple un sueño, el de ser "chica Lorca. Bodas de sangre era mi libro de cabecera antes de ser actriz". Revivir ante la cámara esos textos que se aprendió en la adolescencia ha sido "un viaje apasionante, salvaje" que siente haber hecho en compañía. "El cine es un trabajo de equipo. Un actor no es nada sin un productor, sin un guionista, sin el encargado del sonido", aseguró. Cuesta contuvo ayer la emoción al expresar la "sensación agridulce" por presentar el filme sin Carlos Álvarez-Novoa, fallecido en septiembre y parte de un reparto que completan Asier Etxeandia, Álex García, Leticia Dolera, Ana Fernández y Luisa Gavasa. "Cuando nos conocemos fuera de un plató pueden pasar cosas, pero en un rodaje todo es más intenso, los vínculos son más fuertes", reflexionó Cuesta. "A Carlos lo admiraba mucho y tratar con él en esta película fue un regalo: como actriz, pero también como persona. Mantuvimos muchas conversaciones sobre la vida".

Por su parte, Gervasio Iglesias, responsable de éxitos como Grupo 7 o La Isla Mínima, quiso ver su premio como un respaldo "a un colectivo de amigos que decidimos quedarnos en nuestra tierra, contar nuestras historias y que no las contaran por nosotros". Iglesias revela estos días en un documental sobre Juan Sebastián Bollaín que fue éste quien le dio su primer trabajo. "De él aprendí una serie de consejos que no he olvidado, pero si tengo que mencionar mis referentes no puedo dejar fuera a mis amigos", confiesa Iglesias, que admitió ayer haberse metido a productor "porque yo no sabía rodar tan bien como Alberto [Rodríguez], Santi [Amodeo] o Chiqui [Carabante]". En el camino, también, ha encontrado "gente que te marca, como el actor Antonio de la Torre o la directora de casting Eva Leira, que exploran todos los matices de un proyecto".