Isabel Preysler ha reaccionado de inmediato a una crisis de reputación sufrida por las declaraciones de Laura Boyer, fallecida hace dos semanas, que acusaba a la segunda mujer de su padre de haberla separado de él. También la economista la acusaba de haber manejado el patrimonio paterno en su beneficio, escriturando a su nombre la mansión de Puerta de Hierro, residencia que levantó junto a su tercer marido que sufrió problemas económicos para hacer frente a la asistencia que necesitaba tras sufrir un ictus.

"Laura Boyer quería hacer daño, pero hay que perdonarla", declara a la revista ¡Hola! Isabel Preysler. Ha acudido a su medio de cabecera y entrevistas para dar su versión cuanto antes ya que estas declaraciones se suma a la guerra personal de gestos e indirectas con su ex y su entorno, Mario Vargas Llosa.

"Las cosas no fueron así", rechaza sobre lo vertido por Laura, a quien perdona porque sabía "que se encontraba mal, que tenía problemas desde hacía muchísimos años". La hija de Miguel Boyer le acusa de haberla distanciado de su padre y de su fría relación con su hermana Ana. Los hijos del ex ministro fueron tratados con desdén en la casa de Isabel Preysler según vino a contar la fallecida economista.

La publicación se hace eco de las aclaraciones del abogado de Isabel Preysler sobre la herencia de Boyer. Se repartió tal como establece la ley, con un tercio para la viuda y el usufructo de las propiedades inmobiliarias, y dos tercios equitativos para los tres hijos del  'superministro', que falleció en 2014.

La frase más llamativa es sobre su ruptura con Mario Vargas Llosa, relación que habría superado con estas palabras: "yo no sólo he pasado de página, sino que he cambiado de libro", asegura.