Vaticinios flatulentos

Los siete desastres culturales que predice Mario Vargas Llosa en 'Los vientos'

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa

Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa / EFE

Mucho más allá de la abundancia escatológica y el lamento personal autobiográfico cuando su relación con Isabel Preysler comenzaba a hunirle personalmente, el relato de Vargas Llosa Los vientos desgrana vaticinios que revelan el pensamiento escéptico del premio Nobel. El escritor hispano-peruano, de 86 años, contempla a través de su relato un futuro distópico en el que la sociedad ha abandonado el cultivo de la cultura, de la creatividad artística innovadora, en favor de la inteligencia artificial.

Es lo que va reflexionando su protagonista, trasunto del autor, que en un futuro próximo va deambulando con los pantalones sucios por las ventosidades por un Madrid donde han desaparecido los cines, las librerías y los museos están vacíos de público. El personal está centrado en "las pantallitas". Es una crítica al futuro que en realidad es una crítica al ciudadano de hoy.

Vargas Llosa con su ex, Patricia Llosa, en la biblioteca familiar en Lima Vargas Llosa con su ex, Patricia Llosa, en la biblioteca familiar en Lima

Vargas Llosa con su ex, Patricia Llosa, en la biblioteca familiar en Lima

."El único novelista que queda vivo y pataleando es el ordenador". La primera 'profecía' amarga que vierte Vargas Llosa en Los vientos es la desaparición de los escritores. En lugar de autores cada usuario, a través de la inteligencia artificial, crea la novela con los ingredientes a su gusto. Es la inteligencia artificial la única que desarrolla ficciones. ¿Puede producirse? Observando cómo avanza esta tecnología, probablemente podrá ocurrir un fenómeno parecido.

."Cuando la Biblioteca Nacional de Madrid cerró sus puertas también hubo una manifestación". La paulatina desaparición del papel y al digitalizarse todos los documentos el escritor imagina que los estados prescindirían de la existencia de bibliotecas, al estar todo el conocimiento en la nube. En Francia la medida llega a desencadenar conflictos violentos. ¿Puede producirse? Es improbable que las próximas generaciones fueran a prescindir del patrimonio material de sus mayores, aunque todo el conocimiento humano se pudiera concentrar en nubes.

-"Mucha gente prefiere ahora ver los cuadros en una pantalla". El errante desmemoriado que dejó a su mujer por "pensar con la pichula" lamenta en ese futuro que no haya público en los museos porque se prefiere ver las obras de arte en una pantalla y contemplarla en los detalles. ¿Puede producirse? Por muchas facilidades que traigan las nuevas tecnologías sobre el tratamiento de las obras audiovisuales el visionado de una obra plástica en vivo, en un monumento y habitualmente dentro de un viaje de placer, no tiene parangón.

-"El 'franquismo' actual es de otra índole". El totalitarismo tecnológico que vaticina irónicamente el escritor dice que está "apoyado en la física y las matemáticas y en el dominio absolutos de las pantallas". Como ludita, como admite en el propio relato, cualquier evolución maquinista supone la destrucción social. La sociedad se ha inmolado en favor de la inmediatez audiovisual. Las imágenes dominan a la razón y a las ideas, a las palabras. ¿Puede producirse? De alguna manera se está produciendo.

-"A mis años, me había dado por los circos y los dibujos animados". En una sociedad 'infantilizada' yaga los resortes creativos más primarios son los que triunfan y en un futuro próximo los niños no quieren ser músicos, pero tampoco ni futbolistas ni chefs, sino saltimbanquis. Una metáfora ácida del escritor, que de forma autobiográfica podría admitir que los mayores (y una sociedad avejentada por su decadencia) se reencuentra con el humor simplón de los dibujos animados clásicos.

-"(El teatro, la ópera) ahora se han vuelto también una astracanada". En el Madrid futurista de Los vientos los montajes escénicos también están basados en la tecnología de las pantallas, en los efectos especiales, perdiendo frescura, sencillez y viveza. Los "espectáculos multimedia comentados" son una nueva burla de Vargas Llosa sobre el teatro y la ópera de hoy.

-"¿Será que la cultura ya no tiene ninguna función que cumplir en esta vida?". Es una de las preguntas que lanza el errabundo protagonista que ha olvidado dónde vive porque ha perdido toda la memoria. Y así sucede con la sociedad futura, una sociedad sin seso y sin cultura, donde ha llegado a prohibirse la publicaciones de papel por antihigiénico (Los vientos está escrito en pleno temor de la pandemia)  y por los recursos que derrocha ¿Podría producirse? Quién sabe. En ese relato se habla de la desaparición de la Filosofía en las universidades (ya prácticamente ha desaparecido de los institutos). En las Islas Marquesas, en la Polinesia Francesa, queda la última facultad donde se imparte Filosofía junto a Teología y Cocina. En realidad su intención en esta suposición fatalista con humor es reírse de la victoria de Tamara Falcó en MasterChef.

 

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