El pasado 31 de diciembre saltaba por los aires el tablero del casa real danesa cuando la reina Margarita anunció su abdicación tras 52 años reinado. La corona sería a partir del 14 de enero para su hijo Federico, que sólo unas semanas antes había sacudido la tranquilidad de Copenhague con las fotos donde se le veía en Madrid con la mexicana Genoveva Casanova en una jornada en que pasó la noche en la casa de esta empresario. La princesa Mary llegó a marcharse a su país natal, Australia, para poner en distancia e incluso plantar un ultimátum a la reina Margarita.

La solución a una grave crisis personal que venía a tambalear a la propia institución fue la de la abdicación de la reina para respaldar así a una princesa muy querida por el país y que se ha ganado el afecto y la confianza del pueblo danés. Precisamente cuando su marido estaba en Madrid ella se encontraba en actos institucionales de la ONU en Nueva York.

Federico y Mary de Dinamarca en su primera aparición pública tras la abdicación de la reina Margarita

Mary Donaldson, abogada australiana que el heredero conoció en Sydney durante los Juegos Olímpicos, cumple este lunes 52 años y es por tanto su primera celebración familiar íntima desde que es reina de Dinamarca, tras la ceremonia de elevación al trono de Federico X el pasado 14 de enero. La pareja al menos de puertas para afuera cerró el conflicto con el beso en el balcón del palacio. 

A lo largo de todo este tiempo si había alguna duda de la responsabilidad de la hasta ahora princesa Mary había quedado disipada y la popularidad del rey estriba bastante, precisamente, en el reconocimiento hacia su esposa (que también se ganó toda la confianza de la reina emérita Margarita). Llevan casados 20 años, se desposaron una semana antes de que Felipe VI y doña Letizia lo hicieran en Madrid. La primera ocasión de gala de las casas reales en la que la actual Reina fue presentada como prometida del entonces Príncipe de Asturias.

Existían muchas dudas sobre la idoneidad de Margarita como princesa de un país tan remoto para Australia como el reino nórdico y lo que parecían problemas se transformaron en certezas de respaldo a la princesa consorte a la que se le valora haber llevado con inteligencia y diplomacia el carácter algo difícil de su marido. A Federico X se le llamó "el príncipe turbo" por su afición a las motos y al rock. Un espíritu díscolo en una casa real con margen de tolerancia, pero hasta un límite, claro. El encuentro olímpico con la abogada (por lo visto, como en las películas de tarde, él le ocultó durante días que era un príncipe) le vino a templar los ímpetus y han formado una feliz que garantiza esa estabilidad que necesita a su vez la Corona.

Casi un cuarto de siglo después, y a los 52 años, Mary de Dinamarca afronta su etapa cumbre, madre de un heredero preparado, Christian; con una hija a continuación, Isabel; y dos mellizos, Josefina y Vicente. No hay nada que los daneses puedan reprochar a la reina. 

La reina Mary de Dinamarca

Durante dos años la relación sentimental entre los actuales reyes se mantuvo en secreto y con muchas reticencias por la nacionalidad del amor principesco, que con los años se ha convertido en la mejor decisión de Federico de Dinamarca en su vida. Hace ahora 18 años que se anunció el noviazgo cuando la prometida ya había avanzado en su formación en danés y en todos requisitos que se le venía encima. El 8 de octubre de 2003 se oficializó el compromiso y la boda se celebró en el palacio de Fredensborg el 14 de mayo de 2004, donde el príncipe Federico, tan rockero, terminó llorando en el altar.  Más de una lágrima hubo en la reciente crsisis, pero la reina australiana, la reina de los daneses, cumple años segura de su labor y de sí misma.