Incendio

Los acusados del incendio en un bloque de Santa Aurelia tienen "ideas delirantes"

Los Bomberos, en el lugar de los hechos

Los Bomberos, en el lugar de los hechos / Emergencias Sevilla

El juicio contra los dos hermanos acusados de provocar un incendio en un bloque de viviendas de Santa Aurelia en octubre de 2018 sufren un trastorno de ideas delirantes persistentes según declararon los psiquiatras que realizaron el informe forense de ambos tras su detención. Los tres peritos señalaron lo poco colaboradores que fueron los hermanos a la hora de la exploración, negándose a contestar a las preguntas de los forenses, sobre todo el mayor de los acusados, Antonio O. al considerar que eran cuestiones "sobre su intimidad".

El psiquiatra que le realizó la exploración, Francisco Javier López, explicó que este trastorno, "uno de los más peligrosos en cuanto a consecuencias penales", le "anula" sus capacidades. Asimismo, señaló una posible relación de dependencia entre los hermanos que son "incapaces de percibir la realidad como es, interpretándola de una forma viciada e irreductible a la lógica".

Una conclusión similar a la manifestada en el informe que los doctores Guija y Sepúlveda realizaron sobre el otro hermano, José Luis O. Consideran que ambos "saben que lo que están haciendo está mal, pero tienen anulada la capacidad de controlarse. Tienen la idea delirante de que no los quieren en casa, todos le hacen la vida imposible, y no comprenden que este pensamiento es falso, organizan su vida y actúan conforme a este pensamiento delirante. Organizan su vida y actúan conforme a esa ideación delirante". Asimismo, afirmaron que uno de los hermanos "tiene cierta ascendencia sobre el otro".

A tenor de las declaraciones de los forenses, la fiscal ha aplicado la eximente incompleta y ha rebajado su petición inicial de 16 años de cárcel a 8 años por incendio y dos años por atentado agravado al haber causado lesiones a varios policías que acudieron el día de los hechos. A José Luis O. le solicita 4 meses de prisión más por un delito de amenazas a uno de los vecinos. 

Por otro lado, los abogados defensores han solicitado la libre absolución al entender, como explicó el letrado Alberto Pérez Miranda, que al no existir informe alguno sobre el origen del incendio. A esto, el letrado le suma que su representado, José Luis O., no se encontraba en el edificio cuando se inició el fuego. Respecto a las amenazas que profirió a uno de los vecinos, el abogado considera que fueron "fruto del estado de agitación del momento en el que pensaba que su hermano se quería quemar a lo bonzo".  Por tanto, solicitó la rebaja de la condena en dos grados para José Luis. El letrado de Antonio también solicitó la rebaja en un grado de la pena, en el caso de que fuera condenado porque los desperfectos causados por el incendio en el edificio "no llegaron a los 200 euros".

El representante de la familia que tuvo que vender su casa tras el incendio ha solicitado al tribunal la indemnización como reparación del daño y las lesiones psicológicas causadas tanto al niño como a la mujer. 

Los acusados, que están en prisión preventiva desde octubre de 2018. se han negado a declarar durante el juicio aunque uno de ellos, Antonio, hizo uso del derecho a la última palabra para decir que no acepta la celebración de la vista oral "porque no conozco a los abogados, aunque a usted sí, por la prensa". El tribunal estaba presidido por la juez Alaya. 

Según el escrito de la Fiscalía, la tarde del 12 de octubre de 2018 ambos acusados apilaron numerosos papeles en la puerta de su vivienda y rociaron el suelo con aceite y le prendieron fuego, como José Luis L. O. había anunciado ese mismo día. Antonio O. J. se quedó en su domicilio mientras este ardía, su hermano, José Luis O. J. atrancó la puerta del edificio, lo que impidió que los vecinos pudieran salir del edificio. Mientras que hacía esto, advirtió a los vecinos "que si su hermano se quemaba, se quemaban todos", según recoge el escrito de la Fiscalía. Más tarde, retiro la tranca de la puerta y salió del bloque.

Cuando los bomberos y policías consiguieron acceder a la vivienda, el hermano que estaba atrincherado en su interior, Antonio O. J. los recibió con una especie de arpón. El escrito de acusación recoge que los agentes tuvieron que reducirlo y el procesado "continuó golpeando con patadas y puñetazos a los agentes", lo que provocó lesiones a tres de los policías.

Más tarde, casi a medianoche, volvió al edificio José Luis O. J., quien amenazó con matar a uno de los vecinos con una barra de hierro en la mano. Por este motivo, los agentes volvieron al piso. Allí los recibió el segundo de los acusados, quien como había hecho su hermano, también se resistió a la detención golpeando con patadas y puñetazos a los agentes, lesionando a dos policías.

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